Alberto en Israel: ¿agenda pragmática o la improvisación de una diplomacia de "doble filo"?
El viaje de Alberto Fernández a Israel sorprendió a propios y ajenos, en especial a los analistas internacionales, que todavía no logran interpretar cuál será la política exterior que llevará adelante el país.
Sobre todo por la elección de este primer destino oficial, junto a la posterior visita al Papa en el Vaticano, en momentos que luce más urgente reunirse con alguna potencia mundial para resolver la cuestión de la deuda, o bien, con los principales socios comerciales de la región, como Brasil y Chile.
Por lo pronto, prevalece la sensación que se establecerá una agenda "pragmática", con menos apego al alineamiento ideológico que primó durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner. Pero aun así, hay ciertas voces de alerta sobre una posible "diplomacia de doble filo".
Así, existe cierto consenso que la elección de Israel es un intento oficial por desactivar los "ruidos" políticos generados en torno a las declaraciones de varios funcionarios sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman y la agrupación Hezbollah, que derivaron en el pedido de juicio político de los legisladores de la Coalición Cívica a la ministra de Seguridad Sabrina Frederic.
En este caso, el Gobierno aprovechó la invitación a viajar a Jerusalén al cumplirse 75 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, para participar en el Foro Internacional de Líderes en Conmemoración del Día Internacional de Recordación del Holocausto y la lucha contra el Antisemitismo, acto que es organizado por la IHRA (International Holocaust Remembrance Day), entidad en la que nuestro país es miembro desde 2002.
Con la consigna, "Recordando el Holocausto: Luchando contra el Antisemitismo", el evento es central para integrar a Argentina al resto del mundo, debido a que participarán unos 46 países a través de 26 presidentes, cuatro primeros ministros, cuatro reyes y otros funcionarios.
En resumen, se pone en evidencia el pragmatismo de Alberto Fernández de aprovechar este evento como una forma de compensar una primera imagen que pudo haber dejado resquemor en la colectividad judía y en torno a las potencias occidentales.
Al respecto de esta decisión de política exterior, iProfesional consultó a diversos referentes para conocer sus opiniones sobre las causas, consecuencias y lectura de esta visita a Medio Oriente que se organizó a último momento y que tiene diversas explicaciones posibles que justifican la decisión. En primera medida, la mayoría de los expertos consideran que la visita es favorable para la Argentina.
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En ese sentido, el analista Luis Palma Cané sostiene que desde el punto de vista de las relaciones internacionales "es muy positiva porque se encontrará con más de 40 líderes mundiales, con los cuales podrá entrar en contacto personal e intentar estrechas vínculos comerciales y políticos".
"Y se debe agregar que toda vinculación con Israel favorece las relaciones con Estados Unidos, que es su principal aliado, lo cual es crucial para la renegociación con el FMI", completa.
Por otro lado, desde la perspectiva diplomática, Atilio Molteni, ex embajador argentino en Israel (entre 2002 y 2010), dice a iProfesional que la decisión del Presidente Alberto Fernández de viajar a Jerusalén "es muy adecuada y debe ser apoyada" ya que "es necesario prevenir que otros actos de genocidio tengan lugar en el futuro".
Asimismo, Molteni disiente con aquellos que cuestionan que la primera salida internacional sea a este destino: "Tiene una gran significación que el primer viaje al exterior del Presidente Fernández, en ejercicio de su cargo, sea a Israel. Es un país con el cual Argentina está ligada desde sus orígenes y donde la comunidad judía aquí y los israelíes de origen argentino allí, son una expresión constante de la importancia que tienen nuestros vínculos".
En este punto también concuerda Constanza Mazzina, doctora en Ciencias Políticas y licenciada en Relaciones Internacionales: "Me parece que es una señal no sólo a Israel, sino fundamentalmente a Estados Unidos y también a la comunidad judía argentina, que en Iberoamérica es la más grande y también una de las más importantes en el mundo".
El "doble filo" del viaje
Sin embargo, no faltan quienes advierten que la jugada de viajar a Medio Oriente podría no dar el resultado esperado, en el caso de que el gobierno israelí deslice alguna crítica en el sentido de que no le agradó percibir un cambio en la línea diplomática que se venía cultivando en la gestión de Mauricio Macri.
"Se va prácticamente de forma penosa a pedir disculpas y ver qué se puede arreglar de los dos temas irritantes que tuvo Alberto Fernández respecto al Estado de Israel, que son la no condena a Hezbollah y al cambio de opinión sobre el caso Nisman", sostiene Alejandro Corbacho, director del observatorio de política exterior de la UCEMA.
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En ese aspecto, el ex embajador Molteni también considera que en la entrevista que tendrá este jueves Alberto Fernández con el presidente de Israel Reuven Rivlin y con otros altos funcionarios israelíes, "muy posiblemente, le mencionen la importancia del caso Nisman, sobre todo en su relación con el problema iraní, que es el principal problema geopolítico de Israel, y en muchos sentidos es una de las prioridades de Estados Unidos, como lo han demostrado los recientes acontecimientos en Iraq".
Incluso, Mazzina considera que estos resquemores comenzaron a partir de la firma del memorándum con Irán en 2013, durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, donde "las relaciones se habían visto muy deterioradas, y las consecuencias de esa firma Argentina las sintió en el plano internacional con Estados Unidos y el mundo occidental en general".
Por lo que agrega que esta visita "puede marcar un nuevo comienzo en las relaciones entre Israel y la Argentina".
Sobre los resultados de este encuentro internacional, también Molteni espera que este viaje fortalezca las relaciones políticas entre los dos países, y que ambos gobiernos, "que están en etapas recíprocas de cambio, puedan cooperar en la búsqueda de la paz y la justicia. Es muy posible que nuestro Presidente haya tenido esto en cuenta al decidir ir a Israel".
En este sentido, iProfesional le consultó sobre este tema a Waldo Wolff, Diputado opositor de Juntos por el Cambio y dirigente muy ligado a la comunidad judía.
Su respuesta a la visita del Presidente Alberto Fernández a Israel fue positiva: "Me parece muy bien y es lógica. Me expresé antes de que se decida, solicitándole su asistencia. Supongo que va a ser bien recibido ya que fue invitado. Es un evento que honra un hecho histórico de un simbolismo muy profundo".
Más allá del frente internacional, para Mazzina también se abre toda una discusión doméstica porque recuerda que, en su momento, el actual Canciller Felipe Solá y Sergio Massa no votaron a favor del memorándum con Irán, y "no me extraña que en estos días haya salido la declaración de Massa sobre que a Nisman lo asesinaron".
Al respecto, queda flotando un tema en profundidad que plantea Corbacho que se vincula a la relación de poder que existe en la Casa Rosada: "El problema que se va a mantener es que la posición de Alberto Fernández está limitada por la de Cristina Fernández de Kirchner, ese es un elemento de tensión con el que debe convivir".
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Relaciones internacionales
Justamente acá se abre otra instancia de discusión, que tiene que ver sobre cuál será la orientación a la que estará dirigida la política exterior argentina, sobre todo por las distintas corrientes de pensamientos que conforman a la coalición gobernante del Frente de Todos.
De hecho, no resultan tan lejanos los recuerdos de los lazos del kirchnerismo con el gobierno de Maduro. Incluso, en el acto de asunción de Alberto Fernández estuvieron presentes algunos funcionarios venezolanos, y tiempo después se le retiraron las cartas credenciales a la embajadora de ese país, puesta por Juan Guaidó. Gestos que van en sentido contrario a lo mostrado ahora.
Si a ello se le suman las distintas declaraciones contradictorias y la organización a último momento del viaje a Israel, ronda en el ambiente una sensación de improvisación en la política exterior argentina, en la que no se sabe claramente cuál es la orientación que tendrá.
"Creo que Alberto Fernández no sabe y no entiende de política exterior, creo que en eso es bastante flojo. Que su primer viaje oficial sea a Israel y al Vaticano parece poco, porque no va a ayudar a traer inversiones, ni establecer nuevos acuerdos comerciales", resume Corbacho.
Más allá de lo que ocurra en esta visita a Israel, persiste cierta duda sobre cómo encarará Alberto Fernández la relación a nivel regional. Para empezar, sorprendió que no haya sido Brasil, Uruguay o Chile el primer destino elegido.
"Llama la atención su primer destino internacional, rompiendo la tradición de comenzar por Brasil o Chile", se suma Palma Cané.
Cabe recordar que durante la campaña presidencial no sólo hubo diversos desencuentros a nivel personal entre Alberto Fernández y Jair Bolsonaro, sino también hubo divergencias más profundas de agenda, porque Brasil quiere tener una política comercial abierta. En tanto, Argentina busca cerrar la economía para cuidar las reservas y reactivar la industria nacional.
De hecho, en estos días el ministro de Desarrollo Productivo Matías Kulfas está teniendo reuniones con gremios empresariales de diversos sectores, explicando que se avanzará más lento de lo previsto en el acuerdo de integración entre el Mercosur y la Unión Europea.
Lo concreto ahora es que la semana que viene el Presidente continuará su pragmatismo en resolver heridas abiertas y viajará al Vaticano para reunirse con el Papá Francisco para limar asperezas sobre temas sensibles que se discutieron hace algunos meses, como la despenalización del aborto, y buscará abrir acuerdos hacia otros temas urgentes para la Argentina.-