Qué gobiernos sudamericanos consideran que sí hubo un golpe de Estado en Bolivia
Uruguay y Venezuela son los únicos países de Sudamérica que reconocieron en forma oficial que el expresidente de Bolivia Evo Morales debió renunciar por un golpe de Estado.
Al respecto, se refirió Nicolás Maduro, el presidente de Venezuela, a través de su cuenta de Twitter, en donde indicó: "El informe de la Organización de Estados Americanos fue la puñalada y el desencadenante que generó mayores focos de violencia. Han desatado una brutal represión en contra del pueblo boliviano. La OEA forma parte de este golpe de Estado contra nuestro hermano Evo Morales".
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Mientras que el Gobierno uruguayo difundió un comunicado de prensa en el que sostiene que "Uruguay considera que no existe argumento que puedan justificar estos actos, en particular habiendo anunciado pocas horas antes el Presidente Evo Morales su intención de convocar nuevas elecciones, a partir del informe producido por la misión electoral de la Organización de Estados Americanos".
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En el resto de Latinoamérica, se suman Cuba y México, incluso en este último el exmandatario llegó esta tarde en condición de asilado político. Desde la cuenta de Twitter oficial del Gobierno de dicho país, señalaron que "Defendemos las libertades y demandamos el respeto al orden constitucional y a la democracia en Bolivia. El golpe ocurrido ayer representa un retroceso para todo el continente. Buscaremos que se convoque una reunión urgente de la @OEA_oficial para discutirlo. No al silencio".
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Y, en esta misma sintonía, se encuentra Rusia, que advirtió desde su ministerio de Relaciones Exteriores que en Bolivia hubo "un golpe de Estado orquestado".
En cuanto a la postura de otros países de la región, desde Argentina -si bien dicen estar prrocupados por la crisis institucional, mediante su canciller Jorge Faurie, señalaron que la renuncia de Morales no configura como un golpe de Estado.
Mientras que para Jair Bolsonaro, el presidente de Brasil, tampoco hubo golpe: "El gobierno brasileño rechaza completamente la tesis de que habría un golpe en Bolivia; el rechazo popular tras el intento de estafa electoral, que favorecería a Evo Morales, llevó a su desligitimación como presidente con el consecuente clamor de amplios sectores de la sociedad boliviana por su renuncia", indicó un comunicado a través de un comunicado del Palacio de Itamaraty, la sede de la cancillería brasileña.
En Chile, en medio de la crisis y multitudinarias protestas, el presidente Sebastián Piñera se limitó a señalar, a través de un comunicado y en línea con la postura argentina, "su preocupación por la interrupción del proceso electoral para elegir democráticamente al presidente y por la crisis por la que atraviesa la sociedad boliviana".