Los cuadernos más peritados de la historia: cómo fue la llegada de la prueba al Tribunal que juzgará a Cristina
Poco antes de las 12 del viernes, en un sobre de papel madera con el número de causa 9608/18 y en su interior una bolsa del comercio "Solo deportes", los renacidos originales de los seis cuadernos manuscritos atribuidos al remisero Oscar Centeno entraron por primera vez al edificio de Talcahuano 550, el Palacio de Justicia, sede de la Corte Suprema de la Nación.
También sede, por avatares de espacio y falencias de Comodoro Py 2002, del Tribunal Oral Federal 7 que prepara el juicio a la ex presidenta Cristina Kirchner procesada como supuesta jefa de asociación ilicíta y cohecho.
El enviado del juzgado de Claudio Bonadio pasó el scanner de la puerta de la planta baja y fue directo a la secretaría del Tribunal. No imaginó que lo esperaba un largo trámite: los tres jueces que lo integran no son del núcleo duro de los tribunales federales de Retiro y recibieron con suspicacia el delivery de evidencia.
A las 12.15 ordenaron labrar un acta, examinar en detalle cada uno de los cuadernos y dejar constancia de su estado y anotaciones anexas. Estaban preocupados por la preservación de la evidencia. En particular después de la difusión de fotografías que daban cuenta de la manera algo relajada conque esta prueba se habría manejado en el edificio de la Justicia Federal, desde que fue llevada allí por el periodista del diario La Nación, Diego Cabot.
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Además, de inmediato, enviaron un oficio al presidente de la Corte, Carlos Rozenkrantz -con despacho en el cuarto piso del mismo edificio- para hacerle saber que reclaman de manera "urgente" custodia "permanente" de la Policía Federal en el Tribunal Oral para "garantizar el resguardo de la documentación remitida" desde el juzgado de Bonadio, incluídos los "seis cuadernos".
En cuanto a la llegada de los manuscritos originales atribuidos a Centeno, el juez Enrique Mendez Signori y la secretaria María Cecilia Chichizola los dieron por entregados sólo después de revisar uno por uno y labrar un acta.
"Un anotador marca Convenor cuya tapa color rojo reza "Block Cuadro Esquela 80 hojas" y "contratapa de cartón con inscripciones manuscritas en ambas caras". También contaron hoja por hoja. "68 hojas cuadriculadas con inscripciones manuscritas fechadas entre el 1/02/05 y el 16/10/05, con ambas tapas como sus hojas se encuentran desaprendidas del lomo y en el interior de dicho anotador consta una SUBTEPASS"" con un número de identificación, detalló el acta en uno de los casos en el que el cuaderno es, en realidad, un anotador.
También se recibió un cuaderno "Gloria" con 52 hojas cuadriculadas de anotaciones manuscritas. En este caso hasta se escribió "en el reverso de la última hoja".
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El Tribunal dejó constancia hasta de los papelitos con anotaciones y tickets de estacionamiento -la mayoría del parking "Madero Este" sujetos con clips metálicos a los cuadernos.
Uno de estos papeles, amarillo, tiene anotado por ejemplo "MUSENA VILLAFLOR 491 Y PAINE", un nombre y un número celular con la aclaración "de la empresa Pescarmona".
Los jueces Méndez Signori, Fernando Canero y Germán Castelli tienen ahora varios cursos de acción posibles: guardarlos hasta que den por iniciada la llamada "instrucción suplementaria" en la preparación del juicio y se ordene una pericia -algo que se descuenta pedirán las partes- o disponer de oficio alguna medida de prueba.
Al recibir los cuadernos, Bonadio analizó quedárselos y ordenar prueba en las causas "residuales" que aún conserva derivadas de la principal pero finalmente optó por pasar la pelota al Tribunal Oral.
Esta actitud se vio en los últimos meses en muchos juzgados del edificio que apuraron el envío de causas por supuestos hechos de corrupción en el kirchnerismo a etapa de juicio en Tribunales Orales y lograron así desligarse de la suerte de procesados y detenidos, antes de las elecciones.