ELECCIONES 2019

El ambiente político debate la denuncia de Pichetto: ¿es posible "robar" 1,25 millones de votos?

Días atrás, el candidato a vice de Juntos por el Cambio denunció que el oficialismo perdió votos por descuidos de los fiscales. Expertos le responden
POLÍTICA - 03 de Octubre, 2019

Miguel Pichetto lo hizo. Cuando parecía que nada podía "condimentar" una campaña que ya parece definida, introdujo la discusión sobre el fraude electoral, al denunciar que en las PASO del 11 de agosto el oficialismo había perdido "cuatro o cinco puntos" por prácticas irregulares. 

El candidato a vice de Macri lo planteó con más tono de autocrítica que de denuncia, porque responsabilizó fundamentalmente a "ligerezas y subestimación" de las garantías que requería el proceso electoral.

Su referencia tenía por objeto lograr una mayor participación de la militancia macrista en las tareas de fiscalización, sobre todo en las zonas donde el oficialismo es débil, como el conurbano bonaerense o provincias del norte.

No es que fuera la primera vez que este tema se plantea en medio de una campaña, pero las declaraciones de Pichetto tuvieron una repercusión inusitada, por varios motivos. Primero, porque no se trata de un dirigente de segunda línea, sino de un senador que aspira a la vicepresidencia; segundo por la magnitud de la irregularidad estimada -cinco puntos equivalen a 1,25 millón de votos-; y tercero, porque Pichetto es peronista, lo cual le da más verosimilitud a una denuncia que involucra a una oposición también peronista.

Estos factores fueron los que llevaron a que en el ámbito político se instalara la pregunta: ¿es posible realmente que en Argentina pueda haber irregularidades en el proceso electoral al punto de que se puedan "robar" cinco puntos de los votos?

Al respecto, iProfesional consultó con encuestadores y analistas políticos de diversas extracciones. Y, como regla general, las opiniones apuntan a que las afirmaciones de Pichetto fueron, como mínimo, exageradas. 

¿Cinco puntos de actas con "cero voto"?

Cabe recordar que el candidato a vicepresidente de Juntos por el Cambio aligeró su denuncia implícita al decir: "No es para flagelar ni echar culpas, pero si no acentuamos los controles y las fiscalizaciones, podemos tener dificultades de nuevo". Y ejemplificó al respecto que "hubo muchas actas en cero", por lo que responsabilizó de ello a los que "organizan los comicios".

Lo cierto es que de una forma u otra, Pichetto acusó que les arrebataron "cuatro o cinco puntos" del total de los votos de las PASO, y los expertos consultados por iProfesional no anduvieron con vueltas para desestimar estos dichos.

El analista político Julio Burdman, asiduo colaborador de la consultora analytica, fue conciso: "Me parece imposible que haya un 'robo' de esa cantidad. Si le hubiesen sacado 0,5 o un punto, vaya y pase, pero cinco puntos es una barbaridad".

En ese sentido, argumenta que el sistema electoral argentino es "muy abierto", como una "gran vidriera" de todo el proceso, porque participan muchos actores del control de la votación, como las autoridades de mesa, suplentes, fiscales y fuerzas de seguridad.

En ello coinciden varios analistas, como Lucas Romero, director de Synopsis, quien afirma que "no tiene ni el más mínimo análisis de seriedad una declaración así", para graficar que si lo que Pichetto dijo fuese así, "estaríamos hablando de aproximadamente 1.250.000 votos, que representan el 5% de los sufragios positivos que hubo en agosto.

Si eso se distribuye por acta, donde cada una tiene 250 votos, se estaría hablando de unas 5.000 actas fraguadas o alteradas en los resultados", grafica.

No sólo eso: ese número correspondería si se hubiese adulterado el total de los votos, "no es que se robaron un puñado, sino deberían haber puesto todos los sufragios a un partido y cero a los otros", acota Romero.

Es decir, describe que si bien en algunas actas, sobre todo de Formosa y Santa Cruz, se verificó que el 100% de los votos fueron para el Frente de Todos y cero para el resto de los partidos, fue en un número de casos "muy residual".

En resumen, para Romero, "no hay forma de pensar que se haya fraguado la elección con ese porcentaje de alteración, más allá que siempre puede haber alguna picardía o aprovechamiento de este sistema tan vetusto que tenemos de boleta partidaria, que requiere un nivel de fiscalización mucho más elevado que cualquier otro método".

Por ese lado, Nicolás Tereschuk, analista de Cipol, plantea que "siempre hay mesas donde existe algún dato ilegible que se lo carga como ‘cero’, pero eso después, en el escrutinio definitivo, se chequeó" y corrigió. Y agrega que esto mismo le pasó tanto a Juntos por el Cambio como al Frente de Todos, así como a otras agrupaciones. 

A modo de conclusión, los expertos mencionan que si hubiese habido una anomalía tan grave en el desarrollo electoral, la misma debería haberse reflejado en el recuento definitivo posterior.

Algo que no ocurrió, porque el Frente de Todos, encabezado por Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner, incluso, obtuvo 0,13 puntos porcentuales más a nivel nacional entre el recuento provisorio de las PASO (47,65%) y el recuento definitivo posterior (47,78)%.

En cambio, Juntos por el Cambio (Mauricio Macri y Miguel Ángel Pichetto) cayeron del 32,08% del provisorio hasta los 31,79% del recuento definitivo.

En este sentido, Esteban Regueira de la consultora Clivajes, menciona que el mismo Rogelio Frigerio "salió a decir que las elecciones fueron limpias y que no hubo fraude. Y los datos del escrutinio definitivo prácticamente confirmaron al provisorio".

"No hubo ninguna denuncia que haga pensar que hubo fraude", acota Romero.

Las denuncias y la campaña

Para muchos de los analistas políticos consultados por iProfesional, el detrás de escena de las declaraciones del candidato a vicepresidente por Juntos por el Cambio tiene un sustento de campaña política, en el que se trata de reducir de cara al público la abultada diferencia que tuvo en cantidad de votos la dupla de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kircher en las PASO.

"Pichetto quiere confundir para ver si se puede confundir la cantidad de sufragios y mostrar que pueden darlo vuelta en las generales del 27 de octubre. Estiman que va a votar más gente y hasta esa fecha están tratando de plantar información suficientemente confusa para acercar posiciones", observa Jorge Giaccobe (h).

El experto agrega que los números "son muy difíciles para el oficialismo, por eso intentan movilizar a la gente hacia una épica de que algo es posible, y así sumar a los que no votaron a Alberto y Cristina".

En ello coincide Regueira: "La mención del compañero de fórmula de Macri tiene que ver más con un juego político, de buscar confusiones y una chicaneada, porque habla de cinco puntos de fraude cuando la diferencia que hubo con el frente ganador fue de 17 puntos".

Asimismo, los expertos plantean otra cuestión que no queda demasiado clara y que parece irónica: el autor de esta denuncia pública, Pichetto, está indicando que el afectado en los recuentos es el propio partido gobernante, que es el que tiene más recursos y poder para evitar estas cuestiones.

"En todo caso, los que tienen más capacidad de inclinar la cancha de esa forma son los oficialismos, que tienen justamente recursos adicionales, logísticos y de otro tipo para supervisar la elección. Es llamativo ser oficialismo y que le pase eso. Como contrapartida, sería menos llamativo que la oposición denuncie este tipo de cosas", concluye Burdman.

Claro que el hecho de que los analistas minimicen la denuncia de Pichetto no implica que desconozcan la parte de verdad en el sentido de que la fiscalización fue uno de los puntos débiles de la coalición oficialista. "La gente de Cambiemos no hizo lo que debería haber hecho", apunta Giacobbe.

Y agrega: "Estaban confiados y no creyeron que debían poner la gente en la calle para una batalla final. Marcos Peña pensaba, incluso antes de las PASO, que iban a estar mejor posicionados. Les dijeron a su tropa que estaban bien, que se queden tranquilos, y no pasó eso".

Te puede interesar

Secciones