En el equipo de Alberto temen que Macri esté pensando en un "plan bomba" para diciembre
No lo van a mencionar en público durante la campaña rumbo al 27 de octubre. Pero el malestar existe. En el equipo que asesora con la economía a Alberto Fernández ya hablan de una especie de "Plan Bomba".
Básicamente, culpan a Mauricio Macri por la herencia que le dejará a su (casi seguro) sucesor. Pero también, por las últimas medidas anunciadas por la Casa Rosada, algunas de las cuales tienen una precisa fecha de vencimiento, con un ineludible costo, tanto económico como político para el "día después".
Todo se resume al estado de la economía del próximo miércoles 11 de diciembre, el día que -todo hace pensar- Alberto F. tendrá su primer día de trabajo en la Casa Rosada. En la Argentina de hoy, donde la suerte se define cada 24 horas, arriesgar qué puede suceder dentro de 100 días parece más tarea para un vidente que para economistas.
Así y todo, lo cierto es que hay cuestiones ineludibles. Que formarán parte del "mobiliario" que recibirá el próximo Presidente. Una parte de la herencia ya se conoce y, de hecho, forma desde hace rato del debate público. La deuda pública es la principal variable que aparece en el horizonte.
Después del último movimiento del dólar, que llevó la cotización cerca de los $60, el futuro de las reservas del Banco Central volvieron al centro de la escena. La pérdida de dólares de las últimas semanas reavivó el debate acerca del cuidado de las Reservas.
Además, en la semana posterior a las elecciones Primarias, la Casa Rosada lanzó una batería de medidas destinadas a beneficiar, sobre todo, a la clase media que dejó de acompañar con su voto al oficialismo.
Cerca de Fernández consideran que algunas de esas iniciativas fueron puramente electoralistas. Y por ese mismo motivo, Alberto F. le recriminó a Macri y le reclamó un comportamiento más de jefe de Estado que de candidato.
Lo cierto es que, desde la perspectiva de la oposición ganadora en las Primarias, varias de esas iniciativas implicarán un lastre -como el congelamiento en los precios de los combustibles, o de las tarifas de los servicios públicos-. Otras, en cambio, tal vez lucen menos problemáticas, como la eliminación del IVA a parte de la canasta básica alimentaria. Pero a nadie escapa que, con el anuncio, Macri le quitó a su competidor una bala de plata para el probable momento de que asuma en la Rosada.
De hecho, Alberto Fernández salió el último viernes con una serie de tuits criticando esa medida. "No parece razonable reducir el IVA indiscriminadamente como se ha hecho. Ello no redundará en una merma de los precios. Seguramente se convertirá en una ganancia adicional para las empresas. Hubiera sido mejor devolver el IVA a los sectores más postergados", argumentó el candidato con un tono bien crítico de la iniciativa.
A la vez, acusó al Ejecutivo de desfinanciar a las provincias en unos 1.500 millones de dólares, ya que el IVA es un impuesto que se coparticipa entre la Nación y los distritos del interior.
En el círculo del "albertismo" identifican entre seis y siete variables que, todas juntas, arman el "Plan Bomba". Lo que, visto desde el otro lado de la grieta, puede interpretarse como el "operativo revancha".
Una especie de desquite por el escenario que, en su momento, Macri heredó de Cristina Kirchner, que incluía el retraso tarifario y cambiario, así como las operaciones a futuro en el mercado del dólar.
¿Plan Bomba o puro humo?
Un repaso por esas variables que, como herencia, recibirá quien vaya a conducir el país desde el 11 de agosto permite analizar los desafíos y condicionantes que se vienen:
1. Reservas: es el tema más caliente por la constante caída. En la primeras dos semanas posteriores a las PASO, la caída superó los u$s7.400 millones, una cifra que encendió luces de alarma.
Lo cierto es que Hernán Lacunza ya mandó el mensaje de que las reservas serán utilizadas en caso de una nueva agitación en los mercados. Incluso, sus dichos fueron más categóricos que los de Guido Sandleris.
El mensaje de Lacunza va en contra de la idea que tiene Alberto Fernández: cuidar el patrimonio del BCRA. De los dólares que queden -piensa el candidato- dependerá la volatilidad de los mercados una vez que asuma y haya que sentarse a solucionar el tema de la deuda.
"Si quedan pocos dólares, la visión de que la Argentina caerá en default -o en una renegociación poco amigable- será inevitable. Ya tenemos muchos problemas como para sumar a un Banco Central vaciado", afirma uno de los asesores de Alberto F.
2. Deuda con el FMI: el candidato del Frente de Todos ya dijo que el tema de la deuda es el que más lo preocupa. También adelantó que priorizará una renegociación de los pasivos con el organismo. El argumento central para encarar esa revisión será que el Fondo abasteció de dólares al gobierno de Macri. Y que (llegado el caso) debe hacerse cargo de esa sociedad.
Claro que la tarea no será sencilla. Washington también tiene argumentos muy válidos para refutar esa posición política. En el equipo de Alberto F. creen que la fortaleza en la negociación dependerá de cómo se llega a ese momento. "Tiene que quedar claro que el Fondo fue corresponsable de la crisis. Que su receta volvió a fracasar", dice un miembro del equipo. En esa línea, este lunes el ex jefe de Gabinete emitió un duro documento en el que le exigió al FMI y al macrismo a que pongan fin y reviertan "la catástrofe social que hoy atraviesa a una porción cada vez mayor de la sociedad argentina".
No es fácil. La Argentina dependerá, en los próximos años, de que el Directorio del Fondo no le suelte la mano. Quedó claro la semana pasada: cuando los mercados percibieron que ese respaldo no estaba, los bonos profundizaron sus caídas y el dólar amagó con una escalada adicional.
3. Combustibles con precios congelados: resulta un tema muy sensible. Ya se vio la reacción de los gobernadores de las provincias petroleras, que resignan fondos si las naftas pierden contra la inflación y el tipo de cambio.
Pero, más allá de las cuestiones políticas, lo cierto es que si el Gobierno mantiene los precios en los surtidores sin cambios durante los próximos 90 días, las petroleras habrán acumulado un déficit que será difícil de transparentar "el día 91".
De hecho, ya circulan estimaciones que hablan de un litro de nafta por encima de los $60 cuando se "sincere" el precio real.
Los valores actuales fueron colocados con un dólar de $46. Y ya en ese momento, las petroleras advertían que el precio se encontraba un 11% retrasado.
Por eso mismo, la apuesta de Alberto es que sea el propio Macri quien asuma esa diferencia. Obviamente, no quiere quedar como el "ajustador". Y la Argentina (el propio kirchnerismo) sabe qué sucede cuando el precio de los combustibles se atrasa: directamente hay faltantes en los surtidores.
4. Eliminación del IVA para los alimentos: sin la gravedad del caso de las naftas, acá también juega la política. Fueron los mandatarios provinciales los primeros en reclamar por el desequilibrio presupuestario que supone la falta de recaudación del IVA (las provincias se llevan una parte por la coparticipación).
Llegado el caso, tampoco Alberto F. quiere aparecer como el Presidente que restablece el IVA en los productos de la canasta básica, que inevitablemente supondría un aumento en los precios de la leche, los fideos o de la harina.
La situación implica una disyuntiva incómoda para el candidato del Frente de Todos: si termina con la exención, quedará ante la opinión pública como dando marcha atrás con una medida popular, pero si mantiene el IVA en el 0%, se enfrentará con los mismos gobernadores con los que aspira a construir una base de apoyo político propio.
5. Leliq-Tasas de interés: la "bomba de las Leliq" fue la primera "denuncia" de Fernández durante la campaña. Fue la manera de instalar el debate económico. En caso de llegar a la Casa Rosada, el desafío será desarmar esa bola y bajar la tasa de interés de referencia.
Desde luego que no se trata de puro voluntarismo. La única forma de cumplir con ese objetivo será con la recuperación de la confianza, algo que se perdió con la explosión de la crisis.
El costo del dinero en el 75% anual obedece a la pérdida total de esa confianza por parte de los agentes económicos. Y, dadas la perspectivas de la inflación para los próximos meses luego de la devaluación, nada hace pensar que el Banco Central tenga en sus planes aflojar el duro "apretón" monetario, con el cual aspira a recuperar la senda bajista de la inflación.
En otras palabras, Fernández debutaría con el actual escenario de tasas altas y un stock de Leliqs en torno de $1,2 billones, algo así como un 5% del PBI . Y con poco margen para cambiar esa situación -que él criticó en la campaña- sin que se genere otra turbulencia inflacionaria.
Sea Macri o sea Fernández, la única manera de que la economía vaya normalizándose será a través de la recuperación de la confianza perdida. Sea uno o el otro, ya no valdrá el argumento de la "herencia recibida". A esta altura de la crisis, los votantes (de uno y otro lado) quieren soluciones.