INTEGRACIÓN POLÉMICA

Grieta en la agenda exterior: ¿puede colapsar el acuerdo entre el Mercosur y la UE con Alberto F. en el poder?

Tras la inédita escalada verbal y las amenazas de Bolsonaro de romper el bloque, la relación bilateral está amenazada por la incertidumbre
POLÍTICA - 23 de Agosto, 2019

Las PASO no sólo provocaron un temblor en los mercados y sobre el dólar. La amplísima diferencia que anotó la fórmula Fernández-Fernández por sobre el macrismo también está sacudiendo una de las bases de la estrategia que impulsó el Gobierno en los últimos cuatro años: el plan de "reinserción" de la Argentina en el mundo.

Una reinserción entendida como un mayor acercamiento hacia líderes como Donald Trump, de Estados Unidos, y Jair Bolsonaro, de Brasil; y también, como un plan integral y agresivo de vinculación comercial con nuevos mercados, a partir de la firma de tratados de libre comercio.

La frutilla del postre es el acuerdo alcanzado entre el Mercosur y la Unión Europea. Y si bien es cierto que esta negociación también fue impulsada durante los doce años de gobierno kirchnerista, es verdad que desde el Frente de Todos ya se encargaron de dejar en claro que no aprobarán ciegamente lo que haya firmado la actual gestión, dado que todavía hay mucha letra chica por dilucidar.

Este pacto (que crea un mercado de bienes y servicios con un alcance superior a los 800 millones de consumidores) era la máxima aspiración de Macri. Pero no era el único objetivo: Cancillería tiene en carpeta cerca de media docena de TLC más para negociar con otros mercados.

Pero todo este plan, en función de las dificultades serias que tiene el Gobierno de lograr una buena elección en octubre, amenaza con naufragar.

En cada intervención pública en la que se debatió sobre relaciones internacionales, Alberto F. ya dejó en claro que su prioridad (o su "obsesión", como la denominó) es cuidar a las Pymes y volver a generar empleo y no avalar cualquier acuerdo que promueva lo que él entiende como la "desindustrialización" de la Argentina.

Máximo Kirchner, líder de la Cámpora, también se encargó de aportar una visión algo cruda sobre la postura que esa fuerza tiene sobre lo recientemente firmado en Bruselas con la UE: "El acuerdo es una avivada de los europeos, porque Argentina y Brasil tienen presidentes que ponen de rodillas a su pueblo".

Bolsonaro y la nueva grieta

No hay registros en la historia reciente de una crisis política bilateral como la que se desató por los cruces entre Bolsonaro y Alberto Fernández.

"No hay antecedentes, desde que volvió la democracia a ambos países, de estos niveles de tensión entre un presidente, en este caso el de Brasil, y un candidato del lado argentino. Estamos asistiendo a una tensión en la relación nunca antes vista", afirma a iProfesional Marcelo Elizondo, consultor y ex director de Fundación ExportAr.

Sorprendió el nivel de agresividad que se registra de un lado y de otro, con un Bolsonaro hablando de "zurdaje", de "bandidos de izquierda" y de los riesgos de que Argentina se transforme en Venezuela; y con el referente del Frente de Todos refiriéndose al mandatario brasileño como "misógino" y "racista".

Y también sorprendió que uno y otro estén involucrándose en temas internos. Bolsonaro lo hizo amenazando directamente con romper el Mercosur si en octubre gana Alberto F. y se da cualquier mínimo atisbo de restricciones de mercado. Y Alberto F. hizo su parte criticando a la Justicia brasileña y señalándola por no respetar los derechos y las garantías de los ciudadanos, en el marco del proceso que llevó al expresidente Lula a la cárcel.

"No auguro una relación muy fructífera con el mandatario de Brasil si el Frente de Todos llega al gobierno", apunta Elizondo.

"Lo vemos muy claro: después del resultado del domingo, las cosas pueden complicarse en las relaciones entre Brasil y Argentina", agrega Paulo Velasco, profesor de relaciones internacionales en la Fundación Getulio Vargas.

En este contexto, genera temor que varios funcionarios de primerísima línea del país vecino hayan advertido que romperán cadenas con el Mercosur, de ser necesario. Como Paulo Guedes, ministro de Economía brasileño, quien advirtió que "si Cristina Kirchner entra y cierra la economía argentina, saldremos del bloque".

En una línea similar se expresó Ernesto Araújo, ministro de Relaciones Exteriores, quien en una entrevista afirmó que en épocas en que el kirchnerismo estaban en el poder, al Mercosur se lo utilizaba "con fines ideológicos" y que no tenía objetivos comerciales. Y advirtió que, de repetirse esto, Brasil no dudará en salir de esa alianza.

Así, el gobierno de Bolsonaro se mostró reacio a que pueda haber "retrocesos" en el libre comercio dentro del bloque por parte de la Argentina y en las relaciones con el resto del mundo, así como un "acercamiento a regímenes totalitarios".

En diálogo con iProfesional desde San Pablo, Welber Barral, ex secretario de Comercio Exterior de Brasil, alerta que, de imponerse la fórmula del Frente de Todos en las próximas elecciones, hay riesgos de que el Mercosur deje de funcionar tal como se lo conoce hoy día, dado el riesgo latente de que la Argentina versión 2020 no quiera acompañar a Bolsonaro en la firma de nuevos TLC, objetivo que sí persigue Macri.

"En la agenda del bloque está previsto suscribir acuerdos con Corea, Canadá, Singapur y otros países. Si hay resistencia por parte de la Argentina, esto podría derivar en la revisión de la normativa que establece que el Mercosur debe salir a negociar en conjunto, con todos sus miembros", advierte Barral.

¿Plan "moderación"?

Los analistas coinciden en señalar que, ante un eventual revés del oficialismo en las urnas, se vienen horas difíciles en la relación con el gigante sudaméricano. Pero no todos suscriben a la idea de que el bloque termine por implosionar.

"La relación bilateral va más allá de las personalidades. Y tengo la visión de que Alberto Fernández, que es un negociador nato, si eventualmente llega al gobierno mostrará una faceta más racional y tenderá a evitar los enfrenamientos. No necesariamente los presidentes se tienen que llevar bien a nivel personal para que el vínculo comercial funcione", apunta Raúl Ochoa exsubsecretario de Comercio Exterior y uno de los integrantes del think tank de la cumbre del G20 que se realizó en Buenos Aires.

Ochoa hace referencia así a la teoría que indica que, a medida que un candidato más se acerca al poder, disminuyen las declaraciones altisonantes y aumentan los gestos "racionales".

Parte de esto pudo verse en estos días, con un candidato que no salió a responder a las provocaciones de Bolsonaro, buscando ponerle un poco de paños fríos a la escalada verbal.

"Entiendo que, finalizado el proceso electoral en Argentina, en caso de que la victoria corresponda a Alberto F., el discurso se complejizará y se moderará; si él representa, como dice, el futuro y el final de la grieta, este concepto debería aplicarlo en todas las dimensiones de la política, no solo la interna", apunta Said Chaya, profesor de la Escuela de Política, Gobierno y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, en diálogo con este medio.

La visión compartida por muchos expertos de que un eventual gobierno del Frente de Todos no se traducirá en un plan de política internacional demasiado "intrépido" descansa en algunas de las figuras de confianza cercanas a Alberto F. y que podrían llegar a formar parte de un eventual gabinete.

Jorge Taiana, quien ocupó el cargo de canciller, y Jorge Argüello (fue embajador en EE.UU., en Portugal y ante la ONU) poseen buen "feeling" con el cuerpo diplomático histórico de Brasil. De modo que los analistas confían en que la "cocina" de las relaciones bilaterales podría quedar en buenas manos.

El acuerdo con la UE, una incógnita

Un frente que genera muchas dudas es qué sucederá con el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea, especialmente tras las declaraciones del propio Fernández, quien advirtió que el pacto podría derivar en un proceso de "desindustrialización muy grande" que podría perjudicar a la Argentina.

A sus dichos se sumaron los de Máximo Kirchner y los de Axel Kicillof, quien calificó el pacto como "trágico".

Pero los analistas le prestan más atención a lo que dijo Taiana (por su eventual papel en un también eventual gobierno de Fernández) apenas se conoció la noticia: "La Argentina privilegió un 'supuesto' éxito diplomático de cara a las elecciones, negociando un mal acuerdo con la UE que no se consultó con los sectores involucrados y que perjudica el trabajo y la producción nacional. El cortoplacismo constituye un grave error de política exterior".

El punto central, como señalan Elizondo y Ochoa, es que el acuerdo como está no puede "abrirse" para introducírsele cambios. Tras concluir la negociación y la redacción de los textos y anexos, se entró en la fase de la revisión legal, que concluiría a comienzos de 2020. Recién a partir de allí deberá ser ratificado por los congresos de los miembros del Mercosur y por el Parlamento Europeo.

"Esto es o blanco o negro. Es decir, o se refrenda parlamentariamente o se rechaza y, en ese caso, no tendrá vigencia para la Argentina", plantea Elizondo, dejando en claro que no puede haber medias tintas en este TLC.

Sin embargo, desde el espacio de Alberto F. vienen advirtiendo que hay una llamativa postura críptica por parte del macrismo, que no está mostrando qué se firmó concretamente.

El propio Taiana, en un coloquio que tuvo lugar por estos días, se encargó de agregar más incertidumbre al advertir que el supuesto TLC no es un acuerdo completo.

"Nunca vimos a nadie firmar un solo documento. Quisieron dar una señal y mostrar el avance político, sobre todo del lado argentino, pero hay muchos puntos que no están precisados y se mantienen en corchetes o sin una versión definitiva", advirtió, dejando en claro que hay espacios todavía por llenar con letra chica.

Por lo pronto, funcionarios de primera línea del equipo de Bolsonaro, como Ernesto Araújo, ya abrieron el paraguas: dijo que "la filosofía proteccionista" de Alberto F. no le permite ver "las ventajas del acuerdo". Y que esto puede no solo perjudicar el pacto entre ambos bloques sino "todas las otras negociaciones" que están en camino con otros países.

A esto se agrega un punto no menor: una proyección de Parlamentario.com estima que el Frente de Todos, en caso de transformarse en oficialismo, podría llegar a tener unos 112 miembros en la Cámara de Diputados frente a 110 de Cambiemos, siempre y cuando se mantenga la unión entre el PRO, UCR y Coalición Cívica.

De cualquier manera, los números no le cerrarían al macrismo para ratificar lo que se firmó en Bruselas.

Así las cosas, la hoja de ruta de la política exterior ante un eventual gobierno de Alberto F. puede comenzar a ser esbozada: una relación fría y tensa de a ratos con Brasil, un menor acercamiento hacia los Estados Unidos y un poco más de pies de plomo a la hora de salir a firmar nuevos TLC.

¿Y el pacto con la Unión Europea? Por ahora es una gran incógnita. Pero ningún analista descarta que "el acuerdo del siglo", que se firmó durante el macrismo, termine estirándose mucho más de la cuenta.

Te puede interesar

Secciones