Paro de CGT, en modo electoral: busca la foto de una ciudad desierta y sin conflicto en la calle
La CGT concretará mañana su quinto paro general en la gestión de Macri y, probablemente, el último antes del inicio de la campaña.
En lo formal, el reclamo es por la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, las asignaciones y las jubilaciones. La central también exige un cambio en la política económica, un equilibrio "razonable" entre el valor de las tarifas y los ingresos, y una solución a las obras sociales, en crisis por los fondos retenidos por el Gobierno y el impacto de la recesión sobre los aportes de sus afiliados.
El "desempleo" es otro motivo de quejas. En las últimas horas, se conoció la quiebra de la metalúrgica Eitar en Bernal, que fue tomada por sus 240 operarios. El caso se suma a los despidos que se viven en otros sectores de la industria, como es el caso de la actividad alimenticia o el sector automotriz. Pero hasta ahora el sindicalismo no logró frenar la sangría de puestos de trabajo. La propuesta de buena parte de la dirigencia es aguardar un cambio de gobierno.
Por estas horas, los diferentes sectores del gremialismo están volcados de lleno a la interna peronista de cara a las primarias de junio, no sin tensiones.
Pujan por ocupar lugares en las listas, cargos en una eventual administración peronista y por capturar espacios de poder ante una futura reconfiguración de la central obrera. La irrupción de la fórmula Fernández-Fernández no hizo más que acelerar el giro en la central obrera y reforzar su perfil dialoguista.
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En un contexto de fotos, actos y negociaciones intensas, la cúpula sindical buscará cerrar el breve calendario de conflictividad inaugurado este año por la protesta que encabezó el moyanismo el 30 de abril pasado.
La jornada coincidirá con el 50 aniversario del "Cordobazo", la rebelión obrera y estudiantil que estalló el 29 de mayo de 1969, pero el clima estará lejos de las barricadas y enfrentamientos callejeros de aquel suceso histórico. Por el contrario, el objetivo es exponer una ciudad desierta y tranquila, sin actividad ni transporte.
Esa es la foto que intentarán plasmar los titulares de la CGT, Héctor Daer y Carlos Acuña, representantes del ala dialoguista conformada por los "gordos" (grandes gremios de servicios), "independientes" de buen diálogo con el gobierno y los sindicatos que responden al gastronómico Luis Barrionuevo. Los organizadores esperan que no haya recolección de residuos, bancos, construcción, atención estatal, recargas en cajeros, actividad en fábricas ni servicio de transporte de colectivos, trenes y aviones.
Tampoco habrá movilizaciones. La decisión apunta, según la dirigencia, a evitar posibles desmanes que habría provocado el Gobierno en otras marchas, así como los desbordes ocurridos en 2017, cuando un grupo disidente se robó el atril y corrió a los líderes sindicales.
"Esperamos un paro contundente pero sin movilización para no darles la foto de descontrol en la calle, queremos mostrar grandes ciudades vacías", dijo a iProfesional un dirigente de CGT, para quien la huelga es "una medida extrema para llamar la atención del Gobierno".
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Paro, ollas y piquetes
En tanto, el sindicalismo clasista realizará un acto en el Obelisco a partir del mediodía y los movimientos sociales anunciaron una docena de cortes que realizarán en la Ciudad y los accesos. Con esas protestas, intentarán desmarcarse de los organizadores de la huelga y desafiar el clima de paz social floreciente en el peronismo por el avance vertiginoso de definiciones electorales y la moderación propiciada por Alberto Fernández.
Los sectores duros representados por el Frente Sindical Nacional, que encabeza Hugo Moyano, desistió de realizar una movilización como el 30 de abril pasado y, en cambio, realizará un acto para celebrar el "Cordobazo", junto con ollas populares en la sede de sus respectivas organizaciones. "El Gobierno ya perdió", aseguraron cerca del camionero. En su entorno recuerdan que a Fernando de La Rúa le metieron nueve paros y "siguió gobernando", pero descartaron que la de mañana sea la última protesta del año.
Moyano se mostró el fin de semana junto a Fernández en el acto de lanzamiento de su fórmula junto a Cristina Kirchner en Merlo.
Cultor del diálogo, el precandidato presidencial también estuvo el fin de semana con Daer, con quien compartió espacio en su momento en el Frente Renovador, liderado por Sergio Massa. En declaraciones radiales, el sindicalista elogió la figura del exjefe de gabinete, pronosticó la confluencia del sindicalismo detrás de "Alberto y Cristina", y dijo que la fórmula no solo va a permitir ganar las elecciones, sino también gobernar, a la vez que abogó por la inclusión del tigrense dentro de ese espacio.
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El efecto centrípeto generado por la fórmula FF sobre las organizaciones sindicales empezó a ejercer presión sobre Massa, que el jueves pasado visitó a los gremios del transporte, encabezados por el portuario Juan Carlos Schmid, y apoyó el paro de mañana, sin develar la incógnita sobre cuál será su rol en las elecciones. Con todo, el ex diputado no pudo contar en la foto con el titular de colectiveros, Roberto Fernández, y el de La Fraternidad, Omar Maturano, quienes enviaron en su lugar a sus segundas líneas.
Los dos sindicalistas integraron, en cambio, la comitiva que se reunió el lunes pasado con Roberto Lavagna, a quien trataron de convencer de que abandone su centrismo y compita en la interna peronista. Ese fue el mensaje que trasmitió el gastronómico Luis Barrionuevo al salir del encuentro del que también participaron el albañil Gerardo Martínez, el estatal Andrés Rodríguez, y el municipal porteño Amadeo Genta. Barrionuevo rechaza la fórmula Fernández-Fernández por considerarla un intento por "volver al pasado".
En medio de estas tensiones internas, la CGT enviará un nuevo mensaje al gobierno de Macri.
Las autoridades aseguran que sostienen un contacto fluido con la dirigencia sindical. Esas gestiones lograron desactivar sobre la hora el paro convocado para el sábado pasado por los gremios del transporte en reclamo por el impuesto a las Ganancias, pero no podrían evitar el de este miércoles.
"El diálogo con la CGT continúa pero no apunta a evitar que la central suspenda la medida de fuerza", reconocieron anoche a iProfesional cerca del ministro de Producción, Dante Sica.