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Lavagna y las elecciones 2019: así planifica su estrategia para una eventual candidatura

El exministro mantiene reuniones y hasta dio luz verde para que algunas consultoras salgan a medirlo como candidato a Presidente
28/12/2018 - 04:22hs
Lavagna y las elecciones 2019: así planifica su estrategia para una eventual candidatura

Algunos dirigentes que son referentes del peronismo no kirchnerista ya le pusieron un rótulo para que se entienda bien su pensamiento: “Suiza. Lavagna puede convertirse en nuestra Suiza”.

Se refieren a la histórica neutralidad política del país helvético durante los conflictos mundiales. Suiza se convirtió en “neutral” en el siglo XIX no por elección propia sino porque así lo dispusieron las potencias en pugna, que en un momento necesitaron de un actor confiable para negociar.

Suiza se ganó ese lugar, a pesar de su anterior condición de país guerrero, por su posición estratégica en el mapa de Europa.

La historia de Suiza encaja a la perfección con el perfil de Roberto Lavagna. Una figura clave en la historia política y económica de la Argentina, que hace algo más de una década se erigió como candidato (guerrero) presidencial, y que quedó en el inconsciente colectivo como el salvador de la crisis de 2002.

Y, acaso lo más relevante desde el punto de vista de los dirigentes políticos, Lavagna se presenta como confiable. Y esto abarca prácticamente a todo el arco peronista: desde los kirchneristas a los más anti K, dentro del PJ.

Preparando el terreno 

La información dura, a la que tuvo acceso iProfesional, da cuenta que el exministro de Economía ha dado luz verde para que algunas consultoras salgan a medirlo como candidato a presidente de cara a las elecciones del 2019.

La condición: que los números se manejen con absoluta reserva y que se mantengan inéditos.

Lo interesante es que, según los primeros sondeos, Lavagna aparece como el mejor posicionado para pelearle un eventual ballotage a Mauricio Macri.

De hecho, le estaría sacando más de 15 puntos, de acuerdo a un monitoreo que terminaron de confeccionar justo antes de la Navidad: 57,9% a 42,1% a favor del economista, si se proyectan los indecisos.

Claro que, lo más difícil, sería llegar a ese escenario de ballotage. Puede resultar una paradoja, pero se trata del mapa preelectoral de la Argentina de hoy.

Según todas las consultoras que miden las chances de los precandidatos, Macri y Cristina Kirchner son los que mejor miden, en ese orden.

Es decir: Lavagna podría ser el elegido para ganarle a Macri, pero siempre y cuando CFK se baje de la contienda.

En caso de que juegue en competencia con Macri y Cristina, el exministro araña el 20% de la intención de voto. Esto lo ubica apenas un par de puntos por arriba de Sergio Massa. En ese eventual contexto, la disputa final sería entre el actual mandatario y CFK. De darse esta rivalidad, los principales encuestadores le dan más chances a Macri que a la exmandataria.

De ahí viene la visión de algunos operadores del justicialismo para encontrar una fórmula de consenso, que aglutine a todo el arco del PJ, como la opción más viable para volver a la Casa Rosada dentro de un año.

Ahí es donde talla fuerte el exministro, que aparece como uno de los dirigentes con mayor aceptación en la opinión pública. Lo certifican las últimas encuestas de las consultoras más reconocidas: desde D’Alesio-Berensztein hasta Opinaia, pasando por la Universidad de San Andrés.

A la espera de una señal del justicialismo

Quienes visitan a Lavagna en su casa para hablar de política avisan que el economista no dará ninguna señal de sus movimientos hasta marzo o abril.

Espera un gesto de los referentes del justicialismo para decidirse. No bancaría una campaña larga. Tendrían que darle un apoyo rotundo a su candidatura. Si fuera por él, se queda en la casa porque sabe que Cristina y Mauricio miden más”, comenta una de las personas que dialoga regularmente con Lavagna.

Quienes lo conocen bien también apuntan que el exministro quedó muy dolido tras la campaña de 2007. Cabe recordar que en aquel momento aceptó correr por una porción del justicialismo no kirchnerista. ¿El resultado? salió tercero, con el 16,9% de los votos.

Al día de hoy, Lavagna recuerda que el peronismo no K lo dejó “demasiado solo” frente a Cristina. Por esa misma razón, hoy en día, y cerca de cumplir 77 años, el economista no aceptaría postularse para una pelea que, desde el vamos, sabe perdida.

De ahí surge la idea que postulan algunos líderes del justicialismo: llegado el caso en que se advierta que las chances de Cristina Kirchner de triunfar sobre Macri sean muy difíciles, entonces CFK podría dejar su lugar de la pelea a otro candidato del PJ más potable para las capas medias desilusionadas con la perfomance de Cambiemos, pero que rechazan la posibilidad de un retorno del cristinismo, y todo lo que ello implica. Varios dirigentes de peso del justicialismo ya hicieron público su favoritismo por Lavagna. La dirección de la CGT lo expresó a viva voz, a pesar de que uno de los integrantes del binomio de la conducción -Héctor Daer- también se juntó con Cristina.

Los líderes de la CGT que intentan convencerlo son Luis Barrionuevo, Armando Cavalieri, José Luis Lingeri, Andrés Rodríguez, Omar Maturano y Gerardo Martínez.

Lo cierto es que al exministro lo visitan cada vez más dirigentes. Un gobernador que se sacó una foto con él fue Sergio Uñac, de San Juan. “Tiene todas las condiciones para ser presidente. Con él compartimos la imperiosa necesidad de conformar un gobierno de unidad nacional”, refrendó el sanjuanino después de la charla.

No solamente el peronismo está pendiente de la movida del economista. Lo mismo sucede con los dirigentes del radicalismo a los que no los convence el gobierno de Macri y se sienten afuera de Cambiemos. Algo de esto acaba de expresar el gobernador de Santa Fe, Miguel Lifschitz.

“Lavagna puede ser el hombre del consenso que necesitamos para dejar atrás la polarización. Estuve conversando con varios gobernadores e incluso con Ricardo Alfonsín (dirigente de la UCR) y coincidimos en que la propuesta de la oposición debe ser transversal”, señaló Lifschitz el fin de semana previo a la Navidad.

Precisamente, otro de los consultores políticos que suele hablar seguido con el ex ministro comentó a iProfesional que Lavagna podría ser el candidato de una unidad PJ alternativo-UCR en caso de que la economía ingrese en otro espiral devaluatorio.

Sería el caso, hipotético, de que Macri también quede con muy pocas chances de ganar, en medio del recrudecimiento de la crisis. Allí, Lavagna podría surgir con el PJ anti K y una porción del radicalismo. Ya no para disputarle el poder a Macri sino directamente a Cristina.

Se trata de un escenario que, hoy por hoy, cuenta con las menores probabilidades pero que, a la luz de la crisis y de una potencial nueva corrida cambiaria, podría generarse entre quienes están desencantados con Macri y rechazan la idea de una vuelta de CFK.

Más allá de las especulaciones sobre el armado electoral 2019, hay algo muy cierto: Lavagna cree que este modelo económico tiene buenas chances de naufragar. Su ideario, a través de las últimas décadas, fue por el lado de una defensa cerrada de la industria y de la activa participación del Estado en las decisiones de política económica.

Fue, por ejemplo, el impulsor de la regulación a la entrada de capitales golondrinas (encajes) durante el gobierno de Néstor Kirchner. También llevó adelante la reestructuración de la deuda pública tras el default de 2001.

Sus desavenencias con Kirchner por la política tarifaria pero, sobre todo, sus acusaciones elípticas a la contratación de la obra pública por parte de Julio de Vido, lo llevaron al alejamiento del gobierno.

No obstante, a comienzos de 2008, Lavagna visitó a Kirchner en la quinta de Olivos (incluso después de haberlo enfrentado en las presidenciales de 2007) con el objetivo de “reorganizar el partido justicialista”, lo que en su momento desató una tormenta política en el radicalismo que lo había acompañado.

Desde ese entonces, Lavagna se mostró activo en la política partidaria -militó todos estos años en el Frente Renovador de Sergio Massa- pero nunca estudió la chance volver a candidatearse. Hasta ahora.