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Otra denuncia de violencia de género contra La Cámpora: empujones, acoso y gritos

Una exmilitante de la organización kirchnerista, relató lo que se vivía puertas adentro. "Si hablabas de esto eras funcional a la derecha", recordó
17/12/2018 - 08:56hs
Otra denuncia de violencia de género contra La Cámpora: empujones, acoso y gritos

Luego de que el senador bonaerense de La Cámpora, Jorge Romero, renunciara a su banca tras la denuncia de abuso sexual que hizo la militante Stephanie Calo, se sumó la voz de otra compañera de la organización, que disparó contra los dirigentes de la agrupación por violencia de género y contó cómo es la agrupación puertas adentra.

Marisol De Ambrosio publicó una columna donde apuntó contra Juan Cabandié por "acosarla verbalmente" en un campamento en Cañuelas; aseguró que su exnovio -también integrante de La Cámpora- la empujó delante de todos y explicó que no se animó a hablar antes porque "estaba mal visto entre los compañeros".

La joven de 31 años describió los maltratos que sufrió dentro de la organización. Uno de ellos fue cuando, en una reunión en Parque Patricios, su expareja la empujó luego de que ella decidiera terminar la relación. "Me dijo que él era mi referente, por lo que yo debía ir a las reuniones que él ordenaba", recordó. En otra oportunidad, la llevaron "afuera" del local para "ordenarla", después de que sugiriera la idea de sumarse a una movilización para pedir justicia por Mariano Ferreyra.

En su artículo publicado en Infobae, la mujer explicó que tanto ella como otras militantes, que eran víctimas de violencia de género, no podían hablar porque "no convenía contar los abusos en las filas kirchneristas".

Según dijo, no querían que las acusaran de "traidoras del Proyecto Nacional". En ese sentido, afirmó: "Si nombramos a Juan Cabandié como uno de los más famosos acosadores de La Cámpora (conmigo lo hizo verbalmente y delante de todos en un campamento en Cañuelas), o a personajes menores como Julián Eyzaguirre (ya denunciado por violencia de género), nos condenan a la esquina donde yacen los 'funcionales a la derecha'".

Sobre sus días en organización que conduce Máximo Kirchner, Marisol dijo que "es una estructura de poder machista" y que ella es tan solo "una de las tantas mujeres que compartió (una de sus) historias de abusos".

"Milité en La Cámpora durante poco más de un año (un poquito antes de que falleciese Néstor Kirchner, un poquito después del triunfo de Cristina Kirchner) y me fui sola, abusada, humillada", rememoró.

En uno de los pasajes más duros de su nota, recordó cómo era ignorada por la conducción de la organización.

"Uno de los recuerdos más dolorosos que tengo de esas épocas son los mails kilométricos con propuestas, puntos de vistas, planes de acción, que ni siquiera fueron respondidos. Yo creía en Cristina Kirchner y en la militancia, y tenía una obstinación por crecer que no me la sacaba nadie: ni los que me tocaban el cul... en las fiestas, ni los que me gritaban guasadas delante de todos, ni los que me pedían que les cuente qué es lo que más me gusta de coge... mediante mensaje de Blackberry", aseveró.

En el final, la joven subrayó que los ascensos dentro de La Cámpora les eran negados a las mujeres y, por el contrario, los hombres escalaban pese a no merecerlo.

"Vi ascender a un montón de varones que no necesariamente eran luces, pero sí los 'protegidos' de algún 'referente'", recordó y disparó contra un caso en particular. "Por ejemplo, Julián Eyzaguirre Valderrama, que tiene una denuncia por violencia de género de su exnovia, y que a mí (a tantas, la verdad) me manoseó en una fiesta. Salió del Colegio Nacional con un currículum militante intachable, excelente capacidad de oratoria, formó parte de la mesa nacional de La Cámpora (ni la Mesa Redonda del Rey Arturo tenía tanto de misterioso y poderoso), tuvo su puesto de poder en la agencia Télam, y (leo en los medios que) lo contrató Recalde en la Legislatura porteña", concluyó.