ELECCIONES EN BRASIL

Fernando Haddad, el candidato sustituto de Lula Da Silva, quiere ser "el remedio para el fascismo"

El joven intelectual se convirtió en la opción alternativa para el PT hace sólo un mes. Está segundo en las encuestas con un 22% de intención de voto
POLÍTICA - 07 de Octubre, 2018

Fernando Haddad se convirtió en el candidato en las elecciones presidenciales en Brasil en septiembre, cuando se definió la inhabilitación para el expresidente Luis Inácio Lula Da Silva, preso desde abril por corrupción en el marco del megafraude de la petrolera estatal Petrobras.

Desde ese momento, la consiga del Partido de los Trabajadores (PT) es, simplemente, “Haddad é Lula, Lula é Haddad”.

Pero no todo es tan simple como esta frase lo plantea. Hasta el mes pasado, cuando la Corte Electoral brasileña definió la situación del popular Lula, los dirigentes de su partido no querían elegir un candidato alternativo.

Haddad, quien iba a ser el vicepresidente en caso de que el exmandatario se hubiese podido presentar, debió hacer una tarea colosal en menos de un mes. Entre su labor se incluyó convencer a los partidarios del PT que “Haddad é Lula, Lula é Haddad”.

Las encuestas lo muestran en segundo lugar. De acuerdo con la consultora Datafolha, Haddad está segundo con un 22% de intención de voto, mientras que Jair Bolsonaro está primero con el 35% de intención

Esta semana, en el encuentro “Cultura con Haddad”, volvió a cuestionar la política de Bolsonaro, a la que considera que está centrada en la ofensa a la mujer y apoya a los racistas y ultraderechistas. “No fueron casualidad todas las manifestaciones que acontecieron el sábado bajo el grito de ‘Él no’, la población está despertando”, declaró acerca de las congregaciones de miles de mujeres en al menos 40 ciudades de Brasil contra las declaraciones consideradas como machistas y racistas de Bolsonaro.

Además, se presentó como el “remedio para el fascismo y el oscurantismo”, y agregó que Brasil “no quiere más manos armadas”, sino que precisa “personas con un libro en una mano y un contrato de trabajo en la otra”.

Representante de la clase media de izquierda, Fernando Haddad nació en San Pablo en 1963. Es abogado y tiene un máster en Economía y un doctorado en Filosofía por la Universidad de San Pablo.

Con 20 años de edad, comenzó a militar en el Partido de los Trabajadores. Incluso fue ministro de Educación entre 2002 y 2005, cuando Lula estuvo en su primer mandato presidencial.

En 2012, ganó en segunda vuelta como alcalde de San Pablo, pero tuvo una caída en su popularidad por tomar algunas medidas antipopulares como, por ejemplo, el incremento de la tarifa del transporte público. Cuatro años después, volvió a presentarse y perdió frente al empresario Joao Doria.

El mes pasado, fue denunciado por delitos de corrupción. Lo acusan de haber recibido en 2012 u$s1,2 millones en sobornos de la empresa UTC Engenharia para pagar una deuda contraída durante la campaña electoral que lo llevó a la alcaldía. Esto se suma a dos denuncias previas: en la primera, la fiscalía brasilera pidió a la Justicia civil que lo investigara por improbabilidad administrativa ante supuestas irregularidades en la construcción de una ciclovía. Luego, en el marco de la misma investigación, se pidió su procesamiento por enriquecimiento ilícito.

Ahora, las cartas están echadas, y si los resultados son los que se prevén en las encuestas, lo más probable es que haya una segunda vuelta entre Haddad y Bolsonaro.

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