Dólar, FMI y el fantasma del 2001: el debate de los empresarios en el marco de la crisis ecónomica
El ministro de Producción ya había terminado de exponer frente a más de 500 industriales y se dirigía a la salida del salón de eventos de Parque Norte. Fue entonces cuando se abrieron las puertas de emergencia y en medio de la 24 conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA) salieron corriendo al rescate el titular de la entidad, Miguel Acevedo, y su vice, Luis Betnaza. “Se cayó el ascensor”, confesó entre nervios una empleada. En el montacargas iba el cumpleañero Dante Sica, acompañado de su equipo, directivos de la central fabril, y la ministra de Producción del País Vasco. El inicio accidentado de la cumbre para celebrar el Día de la Industria no impidió el humor, una vez pasado el susto de la comitiva por la caída libre de 12 metros de altura hasta el subsuelo y los golpes. “Le cortamos los cables, decí que iban dos de los nuestros”, bromeó uno de los vicepresidentes de la UIA. Fue su manera de bajarle la tensión al clima que generó ayer la oficialización de las retenciones a las exportaciones del agro y la industria para generar ingresos por $280.000 millones. Una medida que según dijo ayer el propio Sica es “dura” e “ingrata”, pero va a permitir “tener más solidez y avanzar en la estabilización” de la economía.
Por la tarde, Macri trató de darle una vuelta más de tuerca. Habló de una “transición” y les agradeció a los empresarios por su colaboración con los “más débiles”, un día después de anunciar un refuerzo de la AUH. “Le pedí a los que más tenían más de capacidad de contribuir que son los que exportan que hagan el mayor aporte”, explicó, en un argumento similar al que usó Cristina Kirchner cuando en junio del 2008 anunció que las retenciones móviles eran para financiar un plan social. Y vaticinó que “esta vez, de verdad, va en serio, vamos a salir de la crisis”. “No hay lugar para timoratos, enfrentar la verdad, ponerla sobre la mesa y resolverla requiere de hombría”, sentenció al cerrar el acto frente a un auditorio integrado también por mujeres.
Ayer se publicó en el Boletín Oficial el decreto 793 que fija un derecho a la exportación de 12% para todas las mercaderías comprendidas en las posiciones arancelarias hasta el 31 de diciembre de 2020, con un tope de $4 por dólar para el agro y de $3 para la industria. Así a medida que el tipo de cambio sube, el porcentaje baja. Pero la letra chica del decreto generó sorpresas y malestar entre los empresarios, ya que el lunes Dujovne se limitó a anunciar solo los impuestos “adicionales” en pesos, sin mencionar los porcentajes. “Es un impuestazo”, se quejó ayer José Urtubey, el industrial que es hermano del gobernador salteño, y advirtió: “el margen de maniobra del Gobierno es cada vez menor”.
El cambio representa un salto para la industria que en 2015 pagaba un 5% antes de que Macri eliminara el impuesto a las exportaciones, y que ahora con un dólar a $40 llegaría al 8%. Esa diferencia con los productos primarios del campo fue la “corrección” que Sica le peleó al ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien ayer se reunió con el FMI en Washington para negociar un mayor uso de las reservas con el propósito de controlar el dólar. Al menos esa fue la versión que el “superministro” de Producción, ahora a cargo también de las secretarías de Trabajo y Agroindustria, les trasmitió a los industriales para facilitar la digestión del denominado “Plan C” pergeñado por el extitular del Banco Nación Carlos Melconian. El paquete de emergencia para alcanzar el “deficit cero” no despejó la incertidumbre que ayer se respiraba en Parque Norte. En una jornada en la que el dólar volvió a tocar los $40 y el Banco Central vendió casi u$s400 millones para bajarlo algunos centavos desde esa franja, una de las principales preocupaciones de los industriales giró en torno a las tasas de interés, hoy en un piso récord del 60%. “Las medidas son dolorosas pero lo temporal tiende a transformarse en permanente ¿cuál es la temporalidad?”, preguntó incisivo Betnaza, el directivo de Techint imputado por coimas, durante el panel en el que entrevistó a Sica .
Antes de la megadevaluación de la semana pasada, el ministro les había prometido que las tasas bajarían en octubre. Ayer, respondió el “pase de factura” con la promesa de reducirlas hacia fin de año. “Hasta que la economía no se estabilice con estas señales que permitan que se calme el mercado cambiario y que deje de tener volatilidad, tenemos que actuar sobre coyuntura", reconoció. El otro blanco por defecto de los industriales fueron los bancos que, ofreciendo tasas superiores al 100%, son vistos como los ganadores del modelo. “¿Acaso Macri va anunciar impuestos a los bancos, a las acciones y a la minería?”, disparó uno de los vicepresidentes de la UIA.
Reformas, dólar y efecto CarrióEl Gobierno prefirió volver a impulsar su demorada “agenda de competitividad, que contempla la reforma fiscal, tributaria y laboral. En ese sentido, Sica ratificó ayer la baja de Ingresos Brutos, Ganancias e Impuesto al Cheque, y les pidió a los empresarios que lo ayudaran a comprometer a los gobernadores, quienes en 13 provincias subieron Ingresos Brutos luego del pacto fiscal que apuntaba a reducirlos. De lo que no hubo pistas fue sobre la baja de las contribuciones patronales. Aunque desde Hacienda aseguraron ayer a este medio que sigue en pie, el documento “privado” que se le filtró el lunes a Dujovne preveía ahorrar $40.000 millones en 2019 con su congelamiento.
En esa versión también figuraban otros datos inquietantes: una inflación del 42% y una caída de la actividad del 2,4% en 2018, en ambos casos mucho peor a lo que el Gobierno preveía hasta ahora. Esa suba de precios amenaza con licuar rápidamente la ventaja en el tipo de cambio que significa para los exportadores una devaluación en el año del 100%. Y a la vez agrava la recesión en la industria, en donde el INDEC informó una baja interanual por tercer mes consecutivo, que fue del 5,7%. “Nosotros somos sobre todo mercado interno, y vemos caídas en papel, alimentos y bebidas”, dijo a iProfesional Eduardo Nougués, directivo de la fabricante de azucar y papel Ledesma.
En ese marco, la salida “productivista” volvió a sonar con más fuerza que otros años en la conferencia industrial. Allí, José María Fanelli, uno de los mayores expertos en macroeconomía, planteó que “la crisis es una gran oportunidad” para desarrollar una estrategia de ajuste “positivo” sobre la base de las exportaciones junto con una sustitución de importaciones, una política que aplicó la gestión anterior en forma limitada y que es considerada “populista” por el macrismo
Seguido con atención por el auditorio, Fanelli mostró que desde 2012 las importaciones crecen y las exportaciones caen, dando como resultado un PBI per cápita menor al de ese año. En cambio, ahora “el tipo de cambio real más competitivo vino para quedarse”, señaló y destacó el “efecto riqueza” de la gran devaluación del 2002 sobre la economía, que luego creció a tasas de hasta el 7%. Asimismo, destacó el papel de las pyme en la generación de empleo y consideró “perverso” el argumento oficial, por el cual era preferible poner retenciones a la industria que aumentar el déficit fiscal.
En contraste con aquellos rubros con fuertes exportaciones, como las terminales automotrices, los industriales pyme que dependen del mercado interno se mostraron ayer muy preocupados. Hace tres meses, una comitiva le advirtió a Sica y a su par bonarense, Javier Tizado, que el desempleo en la Provincia ya alcanzaba los dos dígitos. “No nos creyeron, pero el tiempo nos dio la razón”, dijo un dirigente fabril de ese distrito. El INDEC informó en junio que la desocupación del primer trimestre fue del 11,3% en los partidos del Gran Buenos Aires. El otro dato que encendió las alarmas es la caída del consumo de alimentos, ya no las primeras marcas, sino también de las segundas.Mucho más tensa fue la celebración del Día de la Industria organizada el lunes por CAME, donde los anfitriones tuvieron que anunciar tres veces la presencia de “Lilita” Carrió para despertar aplausos del público. Su presencia desconcertó hasta los empresarios más cercanos a Horacio Larreta, sorprendidos por la histriónica líder de la Coalición Cívica que advirtió que la van a sacar “muerta” junto con Macri de la Casa Rosada en caso de un intento de desestabilización. El proselitismo de Carrió terminó por hacer estallar la interna incubada en la entidad que nuclea a pymes de la industria y servicios, en donde piden una mayor reacción frente al cierre de locales en el interior del país.
Pero sus palabras tuvieron un mayor alcance. El temor a una crisis más profunda -como la que vislumbra la diputada de Cambiemos- es lo que detuvo por ahora las primeras señales de rebelión en el campo y una reacción más estridente de la UIA. “Todos tenemos que pagar esta fiesta, no había otra solución, sino podían hundirse con la oposición preparando el final del 2001”, dijo ayer a este medio Cristiano Rattazzi, CEO de FIAT.
El otro factor disuasivo, al menos para aquellos que comercian con el exterior, es el dólar a $40 y el plazo "eterno" para liquidar divisas por exportaciones. Cuando Macri asumió era de 30 días, pero luego lo extendió a 5 y 10 años, y finalmente en noviembre del año pasado eliminó directamente la obligación de hacerlo. Ese es uno de los "errores propios" que ahora empezaron a reconocer dentro del Gobierno.