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Emocionado y al borde de las lágrimas, Máximo Kirchner defendió el proyecto con anécdotas personales

El diputado recordó el embarazo que perdió su exesposa hace siete años, y la experiencia de una amiga que abortó hace 19 años y lo mantuvo en secreto
14/06/2018 - 07:17hs

El diputado nacional Máximo Kirchner se manifestó a favor del proyecto sobre la interrupción voluntaria del embarazo y aclaró que con su aprobación las mujeres no acudirí­an en masa a practicarse aborto.

El mensaje del hijo de Cristina y Néstor Kirchner se basó en anécdotas propias o de allegados. En primer lugar, contó el caso de cuando le tocó a la madre de sus hijos perder un embarazo en 2011. 

Fue en el Hospital Público de Rí­o Gallegos, con los mejores cuidados -recordó-, y sugirió pensar seriamente lo que pasaba por la cabeza de la madre de sus hijos en ese momento: "Primero cuando se la llevaban al raspaje, y después cuando volvió, y preguntaba si podrí­a volver o no a quedar embarazada".

Luego contó que de cara a este debate decidió consultar a una amiga que vive afuera y que pasó por la experiencia de un aborto hace muchos años.

Pensando que ella lo podrí­a explicar mejor que él, le preguntó qué dirí­a si estuviera sentada en el recinto, y leyó entonces el intercambio de mensajes que mantuvieron, donde ella le contaba que el tema lo hablaba con psicólogas; "pasaron 19 años y todaví­a me cuesta -leyó-, me duele que se juzgue. Le quiero contar a mi hermana y no me animo".

"Este derecho es poner voz a muchas que callaron por miedo: miedo a morir en hospitales, miedo a morir de tristeza, a morir en la clandestinidad, o morir en el silencio -relató-. Si se aprueba la ley, es dejar de entrar luz para salir de la oscuridad que tanto nos pesa. Es sentir que pertenezco, que soy". Máximo Kirchner comentó que le preguntó qué era sentir que pertenecí­a, y ella contó que era "sentir que pertenezco a la sociedad, que no soy un objeto juzgado. Quiero ser visible".

Luego pidió aventar los fantasmas que se generan ante estos debates, como sucedió cuando la ley de divorcio, o con el matrimonio igualitario. Habló de "cucos", e insistió en que "nadie está obligando a abortar a nadie", sino que se trata de "reconocer un problema y proteger".

"Quizá no sea esta la solución ideal; es la posible, la que tenemos a mano", reconoció. Y pidió terminar con unas palabras "de un ex presidente que la única ley que votó fue la de matrimonio igualitario. Por mandato popular, por comprensión histórica y por decisión polí­tica: educación sexual para decidir, anticonceptivos para abortar (SIC) y aborto legal para no morir".