Elecciones y las provincias clave: por qué la gran apuesta de Macri es que más argentinos vayan a votar
Desde que se instauraron las PASO a nivel nacional -en 2011- siempre se repitió la tendencia: en octubre, la concurrencia a las urnas superó a la de agosto, elevando así el caudal de votantes.
Esta situación, afirman los especialistas, suele beneficiar en una mayor proporción a la fuerza política gobernante.
Esta es, precisamente, la clave por la cual Cambiemos cree que podrá mejorar la performance obtenida hace un par de meses.
Así, de cara a las elecciones del domingo, se presentan dos interrogantes clave:
- ¿Cuántas personas que no sufragaron en agosto lo harán en octubre?
- Estos "nuevos" votantes, ¿pueden resultar determinantes y definir el resultado de los comicios en los principales distritos del país?
Buenos Aires, provincia clavePor lo pronto, en el Gobierno analizan los siguientes datos:
- A nivel nacional, en las primarias de agosto, la cantidad de electores que acudió a sufragar -en relación al total habilitado- fue del 74% del padrón.
- En provincia de Buenos Aires, esa cifra se mantuvo prácticamente sin cambios. Para el mayor bastión electoral del país (condensa al 38% del electorado nacional), se trató del nivel más bajo desde que fueron instauradas las PASO.
- Según los antecedentes, en las elecciones definitivas de octubre el piso histórico supera el 80%. Es decir, 6 puntos porcentuales más que en la última contienda.
Así sucedió en todas las generales desde que se implementaron las PASO, que arrojaron los siguientes guarismos:
- Año 2015: en territorio bonaerense, la concurrencia fue del 77%. Dos meses más tarde (octubre), esa cifra se elevó a casi el 83% del padrón.
En aquella ocasión, hubo una diferencia central con los actuales comicios: se trató de una elección presidencial (más allá del recambio de parte de los legisladores nacionales), hecho que genera una mayor atracción y convocatoria respecto a una contienda de medio término.
Eso explica, en parte, el aumento de casi 6 puntos porcentuales entre las primarias y las generales.
-Año 2013: en Buenos Aires, el piso de las primarias fue del 78,6%. Dos meses más tarde (octubre) el caudal de votantes se ubicó en 81,5%. Es decir, se produjo una suba pero esta vez de 2,9%.
Esta elección es la referencia más apropiada para tomar como parámetro de cara a este domingo, ya que fueron elecciones legislativas pero no presidenciales.
En sintonía con aquel sufragio, desde el Gobierno esperan para este 22 de octubre un aumento del 4% al 5% en la concurrencia (500.000 electores más), lo que permitiría acercarse al piso histórico de las generales.
¿Es mucho o poco? Por lo pronto, ese incremento puede resultar decisivo para inclinar la balanza, si se tiene en cuenta que la diferencia en agosto entre Cristina Kirchner y Esteban Bullrich fue de apenas 20.000 votos en favor de la ex presidenta.
Semejante paridad inyecta optimismo en el oficialismo, que se ha visto un tanto sacudido en las últimas horas por la aparición de un cuerpo en el río Chubut que podría ser el de Santiago Maldonado.
¿Por qué? Básicamente porque el Gobierno aspira a captar la mayoría de esos puntos porcentuales nuevos que se "pondrían en juego".
Es decir, el del público que no fue a sufragar en agosto y que -de concurrir en octubre- beneficiaría en mayor proporción al gobierno de turno.
Esta es la razón por la cual, al cierre de la campaña, los dirigentes del oficialismo insistieron con tanta vehemencia para que los argentinos concurran a las urnas.
Lo hicieron en cada aparición pública, hasta que la campaña quedó suspendida de forma intempestiva por el caso Maldonado.
Se pudo escuchar a la gobernadora María Eugenia Vidal; a la primera candidata a diputada por la Ciudad, Elisa Carrió; al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta; y hasta al presidente Mauricio Macri alentando a los ciudadanos a que participen este domingo.
De no aumentar el total del electorado, el optimismo oficialista desfigura en preocupación.
Desde el búnker de la expresidenta la visión es otra. Señalan que en el último tiempo, las elecciones se definieron por pequeñas diferencias. Y no creen que el 22 de octubre vayan a ser la excepción.
En este sentido, enumeran el ballotage de 2015 y las reciente PASO. En base a esos antecedentes, proyectan que no habrá una gran brecha entre Unidad Ciudadana y Cambiemos.
Con estas cifras sobre la mesa, la gran incógnita es si la baja afluencia que caracterizó a las recientes PASO en Buenos Aires se repetirá en octubre o si, por el contrario, habrá un importante repunte.
Al repasar los antecedentes, se observan saltos grandes y pequeños. Sin embargo, las variaciones más fuertes (de agosto a octubre) se dieron en los comicios en los que también se eligió a un presidente.
En base a la estrategia de polarización con Cristina, ¿logrará el Gobierno que el electorado viva estas legislativas en la Provincia con la misma intensidad que contienda para elegir a un jefe de Estado?
Es altamente probable que la respuesta a este interrogante marque el pulso del resultado electoral de este domingo.
Los otros 4 "bastiones" En cuanto a la cantidad de electores, por detrás de Buenos Aires se ubican:
- Santa Fe (2,7 millones)
- Capital Federal (2,5 millones)
- Córdoba (2,8 millones)
- Mendoza (1,4 millones)
En las PASO de agosto, en los últimos tres (Capital, Córdoba y Mendoza) se impuso Cambiemos.
En los primeros dos (Buenos Aires, Santa Fe) triunfó por estrecho margen el peronismo, con Unidad Ciudadana a la cabeza.
Las cifras vinculadas a los comicios más recientes permiten ensayar algunas hipótesis sobre qué puede ocurrir en caso de lograrse una mayor concurrencia a las urnas:
1. Capital Federal
La pelea de fondo se centrará por el segundo puesto, dado el aplastante desempeño del oficialismo en las primarias.
No obstante, por aplicarse el sistema d'Hondt, la puja entre las fuerzas será voto a voto, incluso para el oficialismo.
¿Por qué? Sucede que la cantidad de diputados por Capital Federal que ingresará al Congreso (13 bancas en juego) y a la Legislatura porteña (30 escaños en disputa) está vinculada a la cantidad de votos de cada fuerza pero también a su relación entre sí.
El 13 de agosto, la lista Vamos Juntos, que representa a Cambiemos en la Ciudad -sin el radicalismo- y cuya nómina de diputados nacionales está encabezada por Elisa Carrió, se alzó con la victoria (50,13%).
Por detrás de "Lilita" se posicionaron:
- Daniel Filmus: 15% de los votos en la interna peronista porteña. Pero si se considera lo obtenido por sus contendientes (Guillermo Moreno e Itai Hagman), este espacio político reunió el 20% de los sufragios
- Martín Lousteau: 13% de las boletas, es decir, quedó dos puntos por debajo de Filmus. Ahora bien, si se mide la performance de las fuerzas, su distancia con Unidad Porteña se amplía a siete puntos
En ese contexto, la incógnita es cómo repercutirá un esperado aumento de la afluencia en lo que hace al segundo puesto.
El 13 de agosto se acercó a las urnas el 75% del padrón electoral, cifra que estuvo en línea con el promedio de concurrencia (73,81% en 2015; 74,9% en 2013 y 77,4% en 2011).
Si se efectúa la comparación con 2013 (estos comicios fueron legislativos y no presidenciales, con lo cual resulta más acertado el análisis), se observa un alza para octubre de apenas 2,1% en el total de sufragantes.
La duda principal radica en si este domingo, a sabiendas de que ya hay una ganadora clara, quienes no fueron a votar en agosto se verán atraídos para acudir al cuarto oscuro.
2. Córdoba
En esta provincia, Cambiemos le ganó cómodamente al peronismo local (45,3% a 28,5%).
Sin embargo, fue donde se registró la asistencia más baja entre las cinco provincias más pobladas del país: participó apenas el 68%.
Por cierto, se trató de la peor marca provincial desde que las PASO fueron implementadas, ya que en años previos esa cifra se ubicó entre el 71% y el 75% del padrón.
Siguiendo la tendencia general, en octubre de 2015 (presidenciales mediante) se dio un salto de más de 8 puntos porcentuales y participó casi el 79% del electorado habilitado.
Dos años antes, en las legislativas de 2013 (sin presidenciales), la cifra fue muy similar: 77,8%.
3. Santa Fe
En agosto, el peronismo en conjunto superó a Cambiemos por pequeño margen (16.000 votos) y se mantuvo la concurrencia promedio: 70%.
En 2015, en el marco de una elección presidencial, ese registro había sido del 67,2%. Dos meses más tarde creció más de 10 puntos (77,87%).
De replicarse semejante incremento este domingo, el resultado estaría más que abierto. Según los antecedentes, en las generales los santafesinos suelen acudir a las urnas.
En las legislativas de 2013, de una concurrencia del 71% (agosto) se pasó a un 77,1% (octubre).
Es decir, 6 puntos porcentuales más, mientras que en Buenos Aires, por ejemplo, ese incremento fue la mitad.
4. Mendoza
En esta provincia se impuso Cambiemos con el 40%, frente al 33% del Frente Somos Mendoza. Sin embargo, se dio la siguiente particularidad:
- Las PASO tuvieron la concurrencia más alta frente a otras zonas: 77%.
- No obstante, al comparar con años previos, ese registro fue de los más bajos para Mendoza desde que se instauraron las primarias:
En 2015, la asistencia fue del 78,6% (en las generales subió al 81,85%), mientras que 2013 se pasó del 76,7% en agosto al 81,2% en octubre.
Todas estas cifras, provincia por provincia, forman parte del tablero de control del Gobierno y opositores.
Calculadora en mano, los partidos se preparan para la gran contienda del domingo, momento en el que irán brotando otros números que son los que sellarán las bases del nuevo tablero político.