El FMI "amigo" termina pronto: cómo es su agenda de reformas estructurales post elecciones
La delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI), que estuvo dos semanas en Buenos Aires, se llevó algunas certezas en el corto plazo pero muchas dudas hacia adelante.
El motivo oficial de la visita era "auditar" el cumplimiento de las metas fiscales y monetarias, un test que el Gobierno aprobó. Pero el real interés del equipo liderado por el italiano Roberto Cardarelli fue sondear qué tantas chances habrá de aplicar las tan mentadas "reformas estructurales" a partir del año que viene, una vez que se haya resuelto la novela electoral.
Léase, si hay margen para encarar las modificaciones al esquema jubilatorio, laboral y tributario, un viejo y conocido anhelo de Washington.
"El Fondo sabe que esto es impracticable ahora en medio de la campaña, por eso no lo están planteando. Pero es una preocupación muy importante para ellos hacia adelante", reseñó a iProfesional una persona que se reunió con la delegación del organismo.
No sorprende que a la salida del cónclave con la CGT se haya enfatizado que el organismo no está impulsando una nueva ley laboral. Pero, se sabe, eso forma parte del manual del Fondo que ahora se esconde por una obvia razón: agitar ese fantasma perjudicaría al oficialismo.
"Lo niegan en público, pero la verdad es que terminará siendo parte de la agenda del próximo presidente, es ineludible. De hecho, preguntan mucho sobre ese tema", destaca otro economista que participó de un desayuno junto a Cardarelli y equipo.
"El FMI sabe que será difícil aplicarlo, incluso en caso de que Macri sea reelecto. Cambiemos no tendrá mayoría en el Congreso y quedará políticamente sin demasiado margen de acción. Tampoco la economía ayudará para encarar estos temas. Pero creo que el Fondo se conformará con que se empiecen a debatir las modificaciones", continuó. Por eso no extrañó que la delegación del Fondo se haya juntado con referentes de la oposición como Roberto Lavagna (quien coquetea con lanzarse por fuera del peronismo), Juan Manuel Urtubey (de Alternativa Federal) y Axel Kicillof por el kirchnerismo, entre otros.
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La idea del organismo fue indagar sutilmente a quienes podrían competirle al macrismo, en caso de llegar al poder a fines de este año, si estarían dispuestos a considerar las reformas. Sólo Urtubey dijo que eran parte de su programa económico.
Es, en realidad, una vieja obsesión del FMI y resulta un tema clave hacia adelante. El país tiene que empezar a devolverle a Christine Lagarde parte de los dólares del multimillonario acuerdo a partir del 2021.
Con lo cual, el año que viene, sea quien fuese presidente de la Argentina, tendrá que ver cómo logra que el organismo le refinancie una parte de los pagos que vienen. Para lograr eso, el Fondo va a pedir que haya una agenda de las reformas pendientes.
"El board del Fondo sabe que tiene agarrada a la Argentina. Pero más importante es que ellos creen que es la única manera de que el país pueda crecer en forma sostenible. Brasil va hacia ese camino y dicen que Argentina no se puede quedar atrás, que si no se aggiorna va perder competitividad y no va a lograr crecer", señaló otra persona que estuvo cara a cara con el equipo de Cardarelli en su gira por Buenos Aires.
Test aprobado y desembolso
"Vinieron a ver qué pensaban los candidatos sobre estos temas. Quieren escuchar más que hablar. Porque saben que en el corto plazo está todo más controlado. Pero ya están pensando en la Argentina post electoral", agregó este economista que asesora a uno de los pre candidatos a presidente, en diálogo con iProfesional. En lo que respecta a la coyuntura, tanto Cardarelli como el jamaiquino y representante en el país del organismo, Trevor Alleyne, dejaron en claro que están conformes con lo que están viendo.
Evalúan que la situación fiscal está mejorando pero que es probable que no se llegue al déficit cero: podría terminar con un rojo de 0,4% o 0,5% del PBI y eso sería aceptado por el Fondo. Por eso, no habrá ningún problema para que el board apruebe el desembolso por casi u$s11.000 millones a mediados de marzo.
En lo monetario, Cardarelli -que el viernes terminó su visita por Buenos Aires reunido con Nicolás Dujovne y Guido Sandleris- también se mostró optimista.
Valoran que el apretón monetario y que las tasas altas lograron contener al dólar. Si bien el Fondo siempre pide que la divisa "flote", entiende las necesidades políticas del Gobierno de querer contener la volatilidad.
Parte de la discusión que se terminará de zanjar, a favor del país, tiene que ver con el mecanismo para vender los dólares "sobrantes" que tiene el Tesoro y que recibió del acuerdo con el Fondo: se estima que serán entre u$s6.000 y u$s10.000 millones.
Pero para que Hacienda pueda salir a vender esos billetes necesita la aprobación del organismo. En eso se avanzó en las reuniones mantenidas la semana pasada.
El Gobierno quiere tener esa carta debajo de la manga para intervenir en el mercado cambiario cuando haya turbulencias por el ruido electoral.
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El Fondo no quiere que se "malvendan" esos dólares que son, en realidad, suyos. Pero finalmente el Tesoro lo hará, dosificadamente, en forma directa en el mercado cambiario y el BCRA se comprometió a no comprarlos (así se cuida de emitir más pesos). Otro rumor que circuló cuando arribó la misión del Fondo indicaba que el Gobierno tenía intenciones de pedirle que se achiquase el ancho de la zona de no intervención del dólar.
Entre el piso y el techo hay una brecha del 30% y en el elenco oficial temen que el tipo de cambio se desborde y genere zozobra en la época electoral. Si bien se intentó instalar el tema por parte de algún sector de Casa Rosada (siempre negado en el Banco Central), el Gobierno habría abortado la misión por la sencilla razón de que el FMI no lo permitiría.
"Intenciones tuvieron, pero no lo plantearon porque saben que el Fondo les diría que no", contó otra persona con llegada a Reconquista 266 que estuvo reunida con el representante permanente del Fondo en el país.
Los emisarios de Lagarde retornan a Washington con una visión más optimista del país que en el pasado reciente, pero con muchas incógnitas hacia delante.
El tema electoral es clave y el Fondo se juega a que quien gane en las elecciones presidenciales -si no es Macri-, no termine pateando el tablero. Después de todo, tienen una "inversión" de casi u$s60.000 millones con la Argentina que está en riesgo.