Advierten que el freno a la rebaja de retenciones afectará la exportación de biocombustibles
La decisiones de política económica e impositiva que decidió el Gobierno ya generan rispideces con distitnos sectores.
La Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno calificó como “muy negativa” la suspensión por seis meses de la baja de retenciones a la exportación de aceites y harinas de soja que definió el Ministerio de Hacienda.
A su vez, consideró que el criterio de la convergencia de los derechos de exportación del poroto de soja y sus derivados “cerrará definitivamente la posibilidad de exportar biodiesel”, informó EconoJournal. Hacienda comunicó que “se mantiene la baja prevista en la alícuota de los granos y se suspende por 6 meses la baja establecida para aceites y harinas”. De este modo, en febrero de 2019, las alícuotas para el poroto de soja y para las harinas y el aceite se empardarán en 23%, previendo su convergencia al 18% en diciembre de 2019.
“Los ingresos adicionales para la Nación por esta medida son de $1.500 millones en 2018 y $12.000 millones en 2019”, calculó Hacienda.
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En declaraciones a EconoJournal, Claudio Molina, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles e Hidrógeno, explicó que “el aceite de soja representa entre el 70% y el 85% del precio del biodiesel, según los momentos, y por lo tanto cualquier problema que tenga la actividad de molienda de esta oleaginosa impactará negativamente sobre la industria del biodiesel”.
“Al restringirse la oferta de aceite por menor actividad en la molienda, aumenta su precio en una proporción mayor a la baja de paridad de exportación que produce la suba proyectada de derechos de exportación”, añadió.
Molina evaluó que “si el gobierno confirma este criterio, la retención a la exportación de biodiesel va a subir a fin de 2019 hasta alcanzar el 18%, cerrando definitivamente la posibilidad de exportar biodiesel, salvo que en los principales mercados de destino se paguen por el biodiesel precios muy altos, que permitan absorber el aumento de este tributo (del actual 15%, al 18%)”. Temen más bien, que el país siga perdiendo mercados para sus biocombustibles y termine reprimarizando sus exportaciones.
El sector productor advirtió en los últimos días acerca de los riesgos para esa industria de un posible congelamiento de precios para los biocombustibles, pero al menos ello no ocurrirá en agosto ya que el Ministerio de Energía publicó nuevos precios para el bioetanol y el biodiesel, que derivan de las fórmulas polinómicas vigentes.
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Fuentes del sector indicaron que “a partir de septiembre u octubre es muy probable que se produzcan cambios importantes en la cantidad y forma en que se asignen los cupos mensuales a los productores de biocombustibles para atender la demanda en el mercado interno”. “Es probable que se deje al libre mercado una parte de las cantidades de biocombustibles demandadas por la compañías petroleras”, se indicó.
En esta industria también hay expectativas acerca de alguna decisión de Energía y también de si se resuelve aumentar los mandatos de uso de biocombustibles a las petroleras. En la actualidad están en un corte de 10% para el biodiesel en gasoil y de 12% para el bioetanol en su mezcla con las naftas.
El mes pasado, el ministro de Energía Javier Iguacel hizo referencia al respecto cuando fue consultado por EconoJournal acerca de qué criterio se seguiría en la política de precios para los combustibles líquidos. Ratificó que estos “serán libres” claro que condicionados por la cotización internacional del crudo y de los biocombustibles, y la evolución del tipo de cambio (dólar), y consideró que una mayor incidencia proporcional de los biocombustibles aportaría a una cierta estabilidad de los precios de naftas y gasoils.
En este orden, la industria de los biocombustibles reclama a Energía un impulso al uso de biodiesel para flotas cautivas para transporte automotor de pasajeros en grandes ciudades, como así también el uso puro en vehículos que tengan motores flex fuel o reconvertidos.
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Asimismo, Molina admitió que existe preocupación en la industria acerca de la posibilidad de que se grave en general a los biocombustibles con el impuesto a los combustibles y el Dióxido de Carbono.
Molina hizo hincapié en que “ante el cierre del mercado de Estados Unidos, ocurrido hace un año, y el posible cierre del mercado europeo –reabierto hace un año también-, comienza a plantearse un escenario de paro ante la falta de demanda suficiente para las empresas del rubro”.
“La decisión del Gobierno Nacional por la que se aumentaron los derechos de exportación del biodiesel, debe ser revisada, mientras que con nuevas decisiones debería apuntalar a este segmento de la industria de biodiesel para evitar una crisis generalizada”, remarcó ante EconoJournal.
Para el directivo empresario “la industria argentina de biocombustibles enfrenta en estos momentos fuertes desafíos que podrían condicionar severamente su desarrollo futuro”.