¿Qué factores definen la personalidad y qué trastornos pueden aparecer?
El significado de la palabra personalidad ha cambiado y mutado a lo largo de la historia. Desde las máscaras griegas que se utilizaban para las representaciones teatrales, hasta las características de la persona como tal, la palabra se ha utilizado para denominar a diversos elementos.
Actualmente, sin embargo, “se podría definir como un patrón complejo de características psicológicas profundamente arraigadas, que son en su mayor parte inconscientes y difíciles de cambiar, y se expresan automáticamente en casi todas las áreas de funcionamiento del individuo”, explica el Dr. Alexis Mussa, médico especialista en psiquiatría del staff de Medicus. Los rasgos de la personalidad surgen de una combinación de determinantes biológicos y aprendizajes. A su vez, en última instancia comprenden el patrón idiosincrásico de percibir, sentir, pensar, afrontar y comportarse de un individuo.
La personalidad no es sólo lo que hace a cada persona sea esa persona, sino lo que hace a cada persona distinta de las demás. “La individualidad, entonces, es el resultado entre factores biológicos -como el temperamento y la constitución genética- y contextuales -como la vida intrauterina, el ambiente familiar, los papeles sociales a los que es expuesto el niño, la cultura y la situación socioeconómica-”, aclara el especialista.
Al igual que sucede con otros aspectos de la salud, es posible desarrollar trastornos alrededor de la personalidad, que afecten su normalidad y que desencadenen efectos adversos en quien los padece.
Es posible definirlos como “patrones permanentes de experiencia subjetiva y de comportamiento que se apartan de las expectativas de la cultura de la persona”, indica el Dr Mussa. En general, se manifiestan por primera vez en la adolescencia o principio de la edad adulta, son estables a lo largo del tiempo y conllevan malestares o perjuicios. Esto significa que cuando el conjunto de elementos que compone a la personalidad varía más allá de lo habitual, en combinación con los rasgos inflexibles y desadaptativos, pueden causar un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. “En los pacientes que responden a este tipo de características se puede diagnosticar un trastorno de la personalidad”, concluye el especialista de Medicus.
Los síntomas de un trastorno de la personalidad se denominan aloplásticos -capaces de alterar y adaptarse al ambiente externo- y egosintónicos -aceptados por el yo-. Dado que, en general, estas personas no sufren por aquellos síntomas que los demás perciben como tales, están poco motivados para el tratamiento y carecen de interés por mejorar su situación.Según la cuarta edición del Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM-IV), este tipo de patologías están estructuradas en tres grupos. El grupo A comprende los trastornos de la personalidad paranoide, esquizoide y esquizotípico, que en general se manifiestan como personas raras o excéntricas. El grupo B, por su parte, incluye los trastornos de la personalidad antisocial, límite o borderline, histriónico y narcisista; estas personas suelen tener una clara inclinación al dramatismo, son muy emotivas y su conducta resulta errática. Por último, el grupo C comprende los trastornos de la personalidad por evitación, por dependencia y el obsesivo-compulsivo, y una categoría denominada trastorno de la personalidad no especificado. Quienes presentan este tipo de afecciones suelen ser personas ansiosas y temerosas. No obstante, “es importante tener en cuenta que algunos pacientes pueden presentar síntomas que se encajan dentro de más de un grupo”, indica el Dr. Alexis Mussa.MEDICUS TE INVITA: Seminario acerca de trastornos de la personalidad, a cargo del Dr. Alexis Mussa, médico psiquiatra del staff de Medicus. Miércoles 15 de agosto, 18 hs. Centro Medicus de Salud Mental, Juncal 2184, CABA.