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Una delegación de fondos de Wall Street se fue preocupada por el clima político y quiere congelar inversiones

Desconfían de la estrategia macrista de polarizar con el kirchnerismo. Creen que puede volver un gobierno populista y prefieren dejar todo en "stand by"
31/07/2018 - 05:33hs
Una delegación de fondos de Wall Street se fue preocupada por el clima político y quiere congelar inversiones

No era la primera vez que la delegación de inversores proveniente de Wall Street pisaba Buenos Aires.

De hecho, tienen como costumbre venir seguido y mantener entrevistas para conocer de primera mano cómo está la situación en Argentina.

De manera que ya estaban habituados al escenario de piquetes y protestas callejeras. Pero aun así, esta última semana se sorprendieron.

La Plaza de Mayo estaba enrejada y la Policía sólo había dejado un pequeño pasillo para transitar por una de las veredas que la rodean, sobre Hipólito Yrigoyen.

Cuando quisieron avanzar, los agentes primero les preguntaron hacia dónde iban. Notaron también más presencia policial en la zona.

Así, antes de tener su primera reunión, los representantes de los principales fondos de inversión internacionales que pasaron por la Argentina se llevaron la idea de que algo cambió para peor.

La sospecha que les había dejado esa imagen callejera quedó más tarde refrendada cuando visitaron a funcionarios del Gobierno, dirigentes de la oposición, analistas políticos y también a sindicalistas.

Tras su visita, en el ánimo de estos inversores quedó una conclusión inquietante: al tener que tomar una decisión sobre si hundir su capital en Argentina, ahora ya no pesan tanto los números fiscales, ni inflación y ni las proyecciones sobre el crecimiento del PBI.Sí, en cambio, pasa a tener una importancia trascendental el clima político.

"En la toma de decisiones, ahora se evalúa si el escenario es consistente con el ajuste que necesita la Argentina", comenta a iProfesional uno de los financistas preocupado por lo que pueda ocurrir en el 2019 electoral.

Los propios funcionarios del Gobierno alimentan esa inquietud. Lo hizo uno de los ministros, cuando sacó de uno de los cajones de su escritorio algunas de las últimas encuestas.

Una era Poliarquía, que muestra que Cristina Kirchner aparece como la candidata opositora con más intención de voto.

Otra de González y Valladares Consultores, que relevó la opinión de 1.200 casos a nivel nacional y en la cual CFK llega al 29% de las intenciones, por debajo del 35% que en conjunto logran Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, por Cambiemos.

Una última compulsa que surge de la Universidad de San Andrés también coloca a Macri en una situación incómoda frente a Cristina Kirchner, con una caída en la ponderación de la sociedad en medio de las turbulencias.Wall streeters entre peronistas

Para los financistas, la estrategia política oficial luce incomprensible. Se muestran sorprendidos por el hecho de que el Gobierno "suba al ring" electoral a Cristina por la vía de fomentar la confrontación permanente con la ex mandataria.

Creen que eso implica un riesgo para los negocios y entienden que el regreso del kirchnerismo sería un retroceso para el país.

En la visión de estos ejecutivos, la polarización entre Macri y CFK podría terminar en una especie de "moneda en el aire" en un eventual ballotage.

El silencio de la ex mandataria alimenta las especulaciones, reforzadas por un leve repunte en las encuestas y en que los demás dirigentes justicialistas no asoman como probables candidatos ganadores.

Con ese panorama, los "wall streeters" asignaron más importancia que nunca al hecho de conocer de primera mano el punto de vista de los opositores, incluyendo potenciales candidatos y dirigentes sindicales.

El estado de ánimo de los inversores quedó más en evidencia cuando, al final del encuentro que mantuvieron con la cúpula de la CGT, los sindicalistas quisieron saber un poco más y fueron al grano:

- ¿Ustedes piensan invertir ahora en el país?, preguntaron.

-"No", les contestaron en seco y al unísono los financistas.

Así, dejaron en claro que el motivo de esa negativa no residía tanto en los números de la macroeconomía sino en las dudas sobre si el Gobierno será capaz de salir airoso en el plano político.

Los propios líderes de la central obrera se lo acaban de hacer saber a Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del FMI, y a Roberto Cardarelli, economista jefe del organismo."En la Argentina no hay espacio para el ajuste que planean hacer", les aseveraron.

Héctor Dáer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña pidieron formalmente contactar a Christine Lagarde para convencerla de que no hay viabilidad social ni política para avanzar en lo pactado con el Gobierno, que implica una reducción de $300.000 millones en 2019.Funcionarios inquietos y en alerta

A la hora de las entrevistas con miembros del Gobierno, la impresión que se llevaron los inversores es que los funcionarios están preocupados.

Puertas adentro, en los despachos de la Casa Rosada, Palacio de Hacienda y Banco Central, admiten la fragilidad de la situación, más allá de que en público se muestren relajados después de un mes de paz cambiaria.

La situación social en el conurbano bonaerense extrema la atención. Tal es así que cerca de Macri ya evalúan un plan para repartir bolsones de comida en las zonas más postergadas por el aumento de los alimentos.

Pero el tema sigue siendo objeto de debate interno. Hasta ahora, en Casa Rosada primó una visión política: no quedar atrapados en la mala imagen que el asistencialismo tuvo en las administraciones anteriores.

Uno de los ministros directamente planteó: "¿Se imaginan ustedes la foto de comida pudriéndose en los galpones? Se estropearía todo el esfuerzo y la buena voluntad de sacar la emergencia adelante".

Ante los inversores, lo que admiten los funcionarios es que, en este momento, las medidas sociales más urgentes quedan en manos de los intendentes. 

Esto implica el riesgo político, plantean en Balcarce 50, que sean ellos los únicos con sensibilidad social ante la crisis.

Tal situación, por ejemplo, sucede en La Matanza, el bastión kirchnerista más grande del conurbano, donde Verónica Magario diseñó un plan para el reparto de bolsas con alimentos.

Las denuncias de Patricia Bullrich de que el kirchnerismo y Hugo Moyano estarían detrás de la organización de un diciembre convulsionado completan el panorama de la incertidumbre.

"¿Por qué el Gobierno plantea un escenario bipolar con Cristina Kirchner? ¿Por qué se juega a "ella o nosotros"?", preguntó un inversor a uno de los ministros con los que se sentaron antes del fin de semana.

El funcionario, del área económica, repitió el argumento que "baja" la Jefatura de Gabinete: la polarización con el kirchnerismo deja afuera cualquier propuesta de peronismo "racional" rumbo a las presidenciales.

La respuesta no resultó convincente como para que estos inversores percibieran un escenario despejado que les justifique desembolsar capital antes de los próximos comicios.

Regresaron a Wall Street con un claro diagnóstico: el Gobierno está minimizando los riesgos políticos de su estrategia.Minimizando riesgos

En concreto, creen que la pulseada mano a mano con CFK desembocaría en una "moneda al aire" que el mercado no está dispuesto a observar de cerca.

No quiere ser testigos de una apuesta que puede salir mal y prefieren evitar que la eventualidad de un nuevo gobierno "populista" los encuentre con los portafolios llenos de títulos de deuda soberana argentina.

En este contexto, evalúan los financistas, el Banco Central no tendría demasiado margen para bajar las tasas de interés. Y tampoco habría espacio para imaginarse una recuperación de los bonos de la deuda argentina.

Justamente, sobre esta cuestión, uno de los directores del BCRA les preguntó, sin vueltas:

- "¿Me pueden explicar los motivos por los cuales los precios de los papeles argentinos no mejoran? Argentina no tiene riesgo de default y estamos alineados perfectamente con lo que firmamos con el FMI".

En ese momento, los financistas aportaron variados argumentos:

- "En primer lugar, el riesgo Cristina".

- "No está claro que el mercado cambiario ya se haya estabilizado. Y no habría que descartar una depreciación adicional del tipo de cambio, a pesar del torniquete monetario instrumentado por el Central"

- "Los grandes fondos de inversión ya acumulan una porción grande de papeles argentinos"

- "El mercado se encuentra en una fase "de achique" de riesgo emergente en el actual contexto internacional, de mayor incertidumbre"

En otras palabras, no hay que esperar grandes flujos de inversión hasta 2020, año en el que estará más claro si el país continuará siendo "market friendly".

En este marco, el desarme de inversiones en Argentina prosigue, y esto queda reflejado en los precios de los activos financieros y en los últimos registros oficiales.

El Banco Central acaba de difundir que, durante junio, el denominado "carry trade" volvió a dar negativo. El mes pasado fue por unos u$s850 millones. Son divisas que habían entrado al país y huyeron por la crisis.

Lo que a los operadores internacionales les quedó claro es que, por ahora, el actual nivel de las tasas de interés internas no los atrae tampoco.

- "Con inflación elevada y sin estabilización asegurada en el mercado cambiario, ¿cómo van a hacer para bajarlas?", consultó un financista a uno de los directores del Banco Central.

- "No me va a importar si se afecta el nivel de actividad. Para nosotros, la prioridad es bajar la inflación", le respondió el funcionario

Sabiendo que no podía responder con otro argumento, los inversores volvieron a Ezeiza convencidos de algo había cambiado en la Argentina: Macri ya no tiene asegurada la reelección en 2019, tal como les había parecido tan sólo unos meses atrás.

Y que, más allá de las cuentas de la economía, el país ha reabierto el escenario político.

Esta será la clave para entender la dinámica financiera de aquí en más.