La "nueva" Argentina emergente: así va a impactar en empresas la reclasificación
El resultado de la encuesta llevada a cabo por Morgan Stanley Capital International (MSCI) entre los miles de operadores que agrupa la empresa calificadora fue claro. Voto favorable a que la Argentina dejara de ser un "mercado de frontera" para convertirse en un "mercado emergente". La importancia de este resultado radica en que los índices que elabora MSCI son utilizados como guía de inversión por parte de fondos que mueven miles de millones de dólares en todo el mundo.
Además, levanta las restricciones que tienen los administradores de carteras en muchos países desarrollados para invertir en mercados de frontera, casi prohibidos para esos capitales. Es decir, el reconocimiento de mercado emergente coloca a la Argentina en el grupo de países con mayor visibilidad en la comunidad financiera internacional.
Y para las empresas locales, la decisión abre una ventana para acceder a financiamiento más barato y a fondos del exterior que tengan intenciones de mirar al país como un mercado atractivo para colocar parte de su dinero. Más que nada para las compañías con presencia en la Bolsa de Nueva York (NYSE) y que puedan también cotizar, aunque de manera más marginal, en otros mercados como los de Hong Kong, Londres o San Pablo.
En este grupo se encuentran bancos, compañías energéticas, cementeras y de telecomunicaciones como Telecom Argentina; Despegar; Mercado Libre; Tenaris; Central Puerto; TGN; IRSA; Corporación América; Pampa Energía; YPF; Loma Negra; Grupo Financiero Galicia; Banco Macro; BBVA Banco Francés, entre otras. Se espera que ahora las acciones de este grupo de compañías locales pasen a formar parte del índice de MSCI, seguido atentamente los capitales internacionales.
De hecho, en el llamado "after market" de este miércoles en el NYSE, los ADR de las empresas argentinas llegaron a subir entre el 5% y el 10%, lo cual según los analistas, se verá reflejado en esta jornada de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires con una fuerte suba por efecto contagio.
Además, es posible que empresas que habían postergado su desembarco en el mayor mercado bursátil del mundo como los laboratorios Bioceres y Richmond, ahora tomen impulso y busquen retomar sus intenciones. En este grupo también está la filial local del grupo español Telefónica, que busca desde marzo pasado colocar sus acciones en Argentina y en Estados Unidos y que ahora podría acelerar ese proceso.
Otro efecto positivo que los analistas destacan con el cambio de calificación se refiere a la posibilidad de que los fondos internacionales ahora pongan en la mira activos argentinos dando un mayor impulso al mercado de capitales local, al punto que se espera una mayor apuesta por las acciones de las empresas nacionales.
En este sentido, varios informes coinciden en que el flujo de fondos externos hacia empresas locales podría oscilar entre los u$s3.500 millones y u$s7.000 millones gracias al reconocimiento del mercado de capitales de la Argentina como mercado emergente.
Según coinciden economistas y hombres de negocios consultados por iProfesional, el cambio de calificación permitirá que parte de la liquidez que hoy tienen los inversores internacionales pueda volcarse a empresas nacionales con el objetivo de diversificar sus carteras. Más que nada, teniendo en cuenta la importancia que tiene la opinión de MSCI en las decisiones de esos inversores extranjeros. La firma provee alrededor de 100.000 índices diarios sobre acciones, bonos y fondos a nivel mundial y es considerada un importante ponderador de fondos de capital de inversión, de carteras de emisión de deuda, de indicadores de mercados de valores y de fondos de cobertura, entre otros instrumentos financieros.
"Hay en el mundo mucha liquidez que necesita diversificarse en nuevos mercados emergentes y por eso la Argentina ahora será mirada con mayor interés", señala Arnaldo Bocco, para quien la suba de calificación del país posibilitara un mejor escenario, en especial para las empresas locales cotizantes en Nueva York.
De todos modos, el actual director del departamento de Economía y del Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Meteopolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), se muestra moderadamente optimista al analizar las consecuencias que este cambio de status tendrá para las empresas locales. Y plantea ciertas dudas con respecto a si podrá modificar de manera casi automática los actuales problemas de financiamiento que sufren las empresas locales, muchas de las cuales se ven afectadas por la coyuntura inestable y volátil de la economía argentina.
También para las compañías que desde hace ya varios años solicitan ingresar al panel cotizante y que buscan salir al exterior con diferentes productos financieros pero que no lo logran por factores más vinculados con la burocracia y la falta de agilidad de las autoridades regulatorias locales que por falta de interés entre los inversores internacionales. "La calificación de las empresas dependerá mucho también del soberano, de su situación, de si hay o no inestabilidad, volatilidad, de cómo estén los precios, el tipo de cambio, la dureza sobre la sustentabilidad macro, del riesgo país", agrega Bocco.
Por su parte, el economista Miguel Bein anticipa que aumentará el valor de las empresas al volcar nuevos fondos a la compra de acciones de compañías que cotizan en bolsa. "Eso es muy útil para que las empresas puedan recibir fondos adicionales por emisión de bonos o acciones, porque nos saca de la zozobra". De todos modos, aclara que no alcanza para "sacarnos de la recesión de los próximos cinco meses".
En tanto, Daniel Artana, de la fundación FIEL, estima que las empresas podrán a partir de este cambio, "tener más y mejor acceso a los capitales en el exterior, y a tomar fondos más baratos si tienen intenciones de financiar inversiones locales". Pero advierte que nada evitará la recesión en la cual ingresará la economía argentina durante los próximos seis meses, aunque estima que el cambio servirá para evitar una corrida mucho más fuerte sobre el tipo de cambio.
Más optimista es la opinión de Jaime Campos, presidente de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), para quien el cambio de status de la Argentina será positivo. "Tomará nuevo impulso nuestro mercado de capitales y ello facilitará el financiamiento de las empresas", asegura el titular de esta entidad que agrupa a las principales compañías de la Argentina.
Recuerda que para otorgar ese nuevo estado Morgan Stanley analizó factores como la volatilidad, proyecciones de crecimiento, liquidez y apalancamiento financiero de la Argentina, que había perdido la categoría en 2009 luego de que el gobierno kirchnerista estableció restricciones a los movimientos de capitales externos.
En este sentido, Juan Cantarella, gerente General de la Asociación de Fábricas de Autocomponentes (AFAC), coincide con calificar el cambio como "una buena noticia". Sostiene que facilitará el acceso a financiamiento a costos más bajos, "además de ayudar a la hora de definir la tasa de rentabilidad exigida a los proyectos de inversión en nuestro país para que sean viables".
Sus palabras coinciden con la opinión de Juan Vaquer, presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). El ejecutivo califica a la medida como "fundamental" y anticipa que permitirá bajar el riesgo país y abrirle a las empresas las puertas para que obtengan fondos baratos que permitan nuevas inversiones.