Tras el veto, ¿viene el paro general?: crece presión contra cúpula de la CGT
El veto al proyecto opositor para limitar el tarifazo intensificó las presiones en la CGT para lanzar un paro general. Desde los sectores duros, encabezados por el camionero Pablo Moyano, hasta los "gordos" de los grandes gremios de servicios, que integran el ala más dialoguista, amenazaron ayer con definir un plan de acción en caso de que el Presidente anulara una rebaja en las tarifas.
El Gobierno sostiene que retrotraer las tarifas de los servicios a noviembre de 2017 implicará un costo fiscal estimado de $115.000 millones para el Estado.
Los gestos de endurecimiento coinciden con el acercamiento del triunvirato de la central obrera a Miguel Pichetto, líder del bloque justicialista en el Senado, con quien se reunirán en los próximos días, según confirmaron cerca del senador. El acercamientopreocupa al Gobierno: la semana pasada, los gremialistas y el legislador bloquearon la reforma laboral, al rechazar la rebaja de indemnizaciones -propuesta por el FMI- que fue incluida dentro del mismo proyecto que prevé la regularización de los empleados informales.
En las últimas horas, los triunviros Juan Carlos Schmid, Héctor Daer y Carlos Acuña enviaron dos nuevas señales. A través de un comunicado firmado por los tres, convocaron a militantes, comisiones internas y delegados a solidarizarse con la marcha federal organizada por los movimientos sociales para este viernes a las 11 frente al Congreso en reclamo de leyes para combatir la pobreza. Por la tarde, en tanto, se mostraron junto a la Pastoral Social en Azopardo al 800, una relación que cuenta con la venia del Papa.
"Ratificamos nuestra vocación de diálogo, pero no permitiremos que se siga avasallando al pueblo trabajador", afirmó Schmid.
Con todo, el principal impulso al paro proviene de la alianza entre Moyano y el bancario Sergio Palazzo. Luego de copar la Avenida 9 de Julio el viernes pasado, junto al peronismo opositor y organismos de DDHH, la dupla busca tomar las riendas de Azopardo mediante la incorporación de la CTA y los movimientos sociales a la central obrera.
"La CGT está callada y no mira a los trabajadores", advirtió el camionero el martes, aunque exceptuó a Juan Carlos Schmid. El triunviro encabezó una protesta el jueves pasado y reclamó a la central un paro "cuánto antes".
Pero además de los sectores duros, otros sindicatos del transporte también presionan a la cúpula sindical para desafiar el veto presidencial. "Si se veta, se va a votar dentro del Consejo Directivo y creo que la mayoría va a definir medida de protesta", aseguró a iProfesional Omar Maturano, líder de la Fraternidad. El sindicalista fue uno de los que integró la semana pasada la comitiva que se reunió con Pichetto, reunión en la que además discutieron sobre los precios y tarifas.
Más cautelosos, los "gordos" debaten sus próximos pasos sin adoptar definiciones públicas. Si bien aseguran que es imprescindible sostener la gobernabilidad, ven con preocupación el impacto de las tarifas y la inflación sobre las paritarias, que en su mayoría cerraron en torno al 15% y contemplan revisiones recién a partir de septiembre. Por ese motivo, no descartan la posibilidad de acompañar un giro más combativo de la CGT si Macri anula el proyecto votado por el Congreso.
"Estamos reuniéndonos los muchachos para acordar acciones", respondieron a este medio sin más precisiones fuentes cercanas a Armando Cavalieri, el titular del gremio de Comercio.
Mientras tanto, los camioneros darán inicio este jueves a las 10 a las paritarias en la primera reunión formal convocada por el Ministerio de Trabajo, que tendrá el desafío de moderar las expectativas salariales del gremio. La organización liderada por Hugo Moyano ratificó su pedido de un 27% de aumento y realizó esta semana asambleas en empresas de la rama combustibles. Su hijo Pablo ya advirtió que de no llegar a un acuerdo seguirá los pasos de sus pares brasileños y lanzará un paro general en la actividad.