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Vuelve el fantasma del impuesto interno al 0km: modelo por modelo, los que pueden sufrir el "castigo"

Vuelve el fantasma del impuesto interno al auto 0km: SUV medianos, sedanes grandes y los premium sufren el gravamen
28/05/2018 - 05:52hs
Vuelve el fantasma del impuesto interno al 0km: modelo por modelo, los que pueden sufrir el "castigo"

Tras la escalada del dólar, el calendario parece haber retrocedido para la industria automotriz.

El temor que invadió al mercado entre 2014 y 2015, cuando el impuesto interno alcanzaba cada dí­a a un nuevo modelo, provocando saltos de precios, está regresando.

El Gobierno de Mauricio Macri habí­a prometido eliminar esta medida apenas inició su mandato. Cumplió, pero a medias: por un lado, eliminó el primer escalón del tributo, que era el que afectaba a los 0Km de gama media. Sin embargo, decidió mantener la tasa del 20% para los vehí­culos premium.

De esta manera, para que un 0Km -sea importado o nacional- no se vea alcanzado por el gravamen, debe tener un precio de fábrica menor a los $900.000 de fábrica.

Caso contrario, cae en dicho tributo y se le aplica la alí­cuota del 20% (que pasa a ser del 25% al momento de hacerse efectiva), dejándolo fuera de carrera respecto de los modelos que logran zafar del impuesto. 

Durante el kirchnerismo, esto habí­a provocado todo tipo de distorsiones, dado que hubo automotrices que mantuvieron freezados los valores de varios modelos -aun a costa de perder rentabilidad-, con tal de que no sufran un sobreprecio. Otras, directamente optaron por discontinuar la comercialización de aquellas versiones alcanzadas.  

Con la llegada del macrismo al poder, el problema parecí­a superado. Sin embargo, en el momento en que se conoció la decisión de no eliminar completamente el gravamen, hubo caras largas entre los empresarios.

Pero con un dólar que se mostraba estable, en el rango de los $18,50 y con una oferta de autos muy amplia, habí­a muy pocos modelos que estaban realmente en riesgo de caer. 

Sin embargo, la devaluación reinstaló el problema para las marcas, dado que está presionando sobre los precios de los 0Km. Así­, más vehí­culos están volviendo a quedar al borde del "precipicio".

La preocupación ya fue trasladada por las automotrices a funcionarios del Gobierno, con quien tienen una buena relación y un canal de diálogo fluido, en un contexto en el que las marcas anunciaron inversiones por más de u$s5.000 millones para los próximos años y que las ventas se están recuperando, con proyecciones de acercarse al millón de unidades. 

Con estas cartas a favor, el sector pidió que se tomen medidas urgentes, porque saben que el impacto del gravamen, aunque sea para los segmentos premium, termina generando fuertes distorsiones hacia abajo y altera los planes de comercialización. 

Primera reacciónMientras se esperan respuestas, lo primero que hicieron las marcas para evitar desfasajes fue volver a estudiar sus planes de lanzamientos. 

En las gamas premium, las diferentes versiones de un mismo modelo pueden llegar a tener una brecha de hasta u$s20.000, según el nivel de equipamiento. Por eso es clave evaluar qué unidades traer y cómo ordenar la gama para el mercado argentino. 

Sin embargo, la novedad este año es que la amenaza no llega solo para las marcas de lujo, sino que modelos tope de gama de marcas masivas están otra vez en riesgo.

El primer vehí­culo en la mira es uno de fabricación nacional: el SW4 de Toyota. Este SUV se ofrece en cuatro versiones, entre los $950.000 y los 1.260.400 pesos. 

Mientras que muchas marcas hicieron hasta tres listas de precio en mayo, en el caso de la japonesa no remarcó sus vehí­culos. De esta forma, se espera que en junio el ajuste sea más fuerte de lo habitual. 

Si eso se confirma, y sigue la tendencia del mercado (en promedio hubo retoques de 9%), el modelo más equipado de este SUV quedarí­a alcanzado por el impuesto.

Basta saber que, con solo un 7% de ajuste, la versión tope de gama del SW4 saltarí­a a $1.348.628 pero, por el efecto del impuesto, podrí­a trepar hasta los 1.600.000 pesos.

La decisión está en manos de la marca. La opción es volver a la modalida de "topear" los valores de sus autos. 

Otra masiva con modelos comprometidos es Volkswagen, quien lanzó entre el año pasado y este varios modelos aprovechando la eliminicación de la primera escala.

Por ejemplo, el Volkswagen Passat, que en 2017 marcó el debut en el paí­s de la versión R-line, la más deportiva, ya sufre el impuesto y no está en la lista de precios. Lo que hizo la marca fue bajar 8% el precio del Highline, a fin de que no lo alcance el tributo, y pasó de u$s55.000 a 50.000 dólares. Hoy está al lí­mite.

En el caso de Tiguan Allspace es otro de los productos que está al filo del gravamen. Este fue una de las grandes presentaciones de la marca en lo que va de 2018, ya que marcó el regreso de un SUV muy exitoso, importado de México. 

Cuando se presentó, su impacto también fue importante por el precio de entrada de gama, dado que se convirtió en uno de los más competitivos de la categorí­a, con un valor de u$s38.000.

Sin embargo, la automotriz deberá estudiar bien los ajustes de precios, ya que con un dólar a $25 sus ventajas se licuaron. Por lo pronto, la versión más equipada está al lí­mite del gravamen, con un precio de u$s50.840.

En el caso de Renault, este año también marcó el regreso de un modelo que se habí­a dejado de comercializar en 2014, dado que justamente habí­a sido alcanzado por el impuesto.

Se trata del Koleos, el SUV más grande de la francesa. Su presentación tuvo lugar a comienzo de este año, aprovechando la eliminación del tributo y siguiendo la buena racha de la marca, que viene ganando participación en el segmento con el Captur, el cual está teniendo un gran crecimiento en ventas.

Sin embargo, en la actualidad, la versión 4x4 más equipada alcanzó un valor de $1.090.000, tras sufrir una suba de 1,3%. 

De esta manera, teniendo en cuenta que es un modelo importado extra Mercosur, con la devaluación de por medio y la suba del dólar, si en junio se ajusta más de un 8% ya saltarí­a la barrera tributaria. 

Otro caso similar sucede en Peugeot, con los nuevos 3008 y 5008.

Los dos llegaron al mercado entre mediados del año pasado y el arranque de 2018, ocupando el puesto vacante que dejó el 4008, también discontinuado cuando se impuso el impuesto durante la época del kirchnerismo.

Son dos vehí­culos totalmente nuevos, los cuales dejaron de lado el diseño de monovolumen para convertirse en SUV. 

Cuando fueron presentados, ambos productos estaban bastante por debajo de la amenaza del tributo, pero con un dólar más caro pasaron a estar en zona de riesgo: la versión tope de gama del 3008 comercializa a $1.097.800, mientras que la del 5008 cuesta $1.141.000.

Ahora bien, si los precios se ajustan a tono con la devaluación y esto se plasma en las listas de junio, ambos vehí­culos estarí­an al borde del tributo. 

Siguiendo con las marcas masivas, y especialmente en el segmento de SUV, Nissan también deberá evaluar una estrategia para su portfolio.

Al lanzamiento de Murano, el SUV más grande que desde el inicio se comenzó a vender con impuestos, se sumó el nuevo Kicks, que es el más pequeño.

Para completar la oferta, la marca japonesa sumó la opción intermedia, el nuevo X-trail. Este modelo, disponible en una sola versión, se vende a $960.000.

En junio, un pequeño ajuste ya lo dejarí­a al lí­mite del gravamen. 

Importadas extramercosur y premiumAdemás de las marcas masivas, compañí­as como Hyundai y Kia, que lograron un importante crecimiento con los SUV en los últimos dos años; y las premium como BMW, Audi y Mercedces Benz, están revisando continuamente su estrategia de precios. 

Hyundai podrí­a ver afectada la versión intermedia del Tucson, el modelo que se convirtió en uno de los lí­deres del segmento.

De las ocho versones que ofrece, tres se encuentran por encima de los u$s48.900 o $1.108.000, por lo cual, el más mí­nimo movimiento del dólar impactarí­a de lleno en sus valores de venta al público. En tanto, la variante más equipada está al borde, a un precio de $1.277.430.

Entre los premium, los modelos más chicos también empiezan a sufrir la amenaza: en Audi, el A3 ya supera los u$s60.000, pero también las versiones intermedias, a u$s44.900, empiezan a sentir las presiones.

En Mercedes Benz casi todos los modelos tributan el impuesto, y quedan pocas opciones del Clase A y Clase B que por ahora "zafan" pero, con una perspectiva de un dólar futuro de $29 para fin de año, estarí­an a un paso de caer en el impuesto.

En las automotrices, aunque se trate de modelos que mueven poco volumen, hay preocupación. Sucede que los SUV, se convirtieron en el gran aspiracional de los consumidores y son protagonistas de una carrera acelerada por parte de las marcas para ganar mercado.

Solamente entre enero y mayo de este año se vendieron 56.992 SUV, frente a las 41.404 unidades del mismo perí­odo del año pasado. Es decir, hubo un crecimiento de 37%, por encima del mercado total.

Frente a 2016, el dato todaví­a es más llamativo: en ese entonces se vendieron 22.583 unidades (el mercado recién se acomodaba tras la reducción del impuesto).

La eliminación del impuesto habí­a sido una gran ventaja para estos modelos, que recuperaron el mercado perdido frente a las pick ups. Ahora, con los precios en la mira, todo vuelve a ponerse en duda.

En cuanto a los sedanes grandes, también entran en zona de riesgo. Lo mismo sucede con los pocos premium más accesibles, otra categorí­a que vení­a creciendo a tasas aceleradas desde 2016. 

Para los empresarios, esto no afectará las ventas vehí­culos de volumen, pero sí­ significará el regreso de un escenario de distorsiones, algo que parecí­a totalmente superado. De alguna manera, en las terminales sienten una suerte de déjí -vu.