Dólar turista: la "caja" no cierra y crecen los rumores sobre nuevo impuesto para viajes al exterior
Luego de meses en los que el mercado local estuvo "embuchado" de billetes verdes y las restricciones externas parecían un flagelo del pasado, el BCRA debió lidiar con una súbita corrida que obligó al Gobierno a salir a negociar contrarreloj con el FMI para intentar calmar las agitadas aguas de la City.
En esta transición de una supuesta abundancia a una acuciante escasez, el macrismo comenzó a poner la lupa en aquellas ramas de actividad que más divisas demandan.
Una es la automotriz, industria a la que viene presionando para que comience a equilibrar cuanto antes su deficitaria balanza. Ahora le toca al turismo que, como si fuese un avión en pleno vuelo, parece encarar directo hacia un frente de tormenta.
Tras un 2017 en el que la venta de paquetes, pasajes y gastos con tarjeta en el exterior vienen de aspirar miles de millones de dólares, comenzaron a surgir algunas voces que marcan lo insostenible que resulta "bancar" esta salida de divisas.
Especialmente en un contexto en el que el Gobierno debió salir a anunciar un recorte de la obra pública para mostrar un achicamiento del déficit fiscal antes de sentarse a negociar el megacrédito que le fuera aprobado.
"Le fuimos a ir a pedir plata al FMI y nos gastamos u$s20.000 millones en los últimos dos años en turismo, financiados con ingresos de capitales golondrinas", planteó el economista Rodolfo Santangelo, socio de Carlos Melconian en la consultora Macroview.
En las últimas semanas, de hecho, fue creciendo el rumor en algunas esferas del Gobierno sobre la posible aplicación de un instrumento que permita achicar el déficit de la cuenta de viajes.
Una de las vías es la directa, a través de una clásica devaluación, tal como ocurrió en estos días. La otra alternativa es la aplicación de un impuesto, que desaliente la salida de argentinos al exterior.
Frente a la más pequeña sugerencia de aplicar algún tipo de restricción a los viajes al exterior, desde las agencias aseguran que no están al tanto de ninguna medida de esta naturaleza.
Algunos empresarios, incluso, consideran que es difícil de imaginar porque iría en contra de la filosofía no intervencionista que siempre postuló el macrismo. Especialmente luego de que el país subiera a mercado emergente.
Pero la idea de gravar con un mayor tributo la salida de argentinos también es fogoneada por el propio Melconian, ex titular del Banco Nación. Su voz cobra más relevancia desde el mismo momento en que nunca cerró la puerta a un posible retorno a la esfera pública.
Melconian dejó atónito a muchos cuando afirmó que es necesario ponerle un freno al boom de gastos de turistas fuera del país.
"El dólar del que quiere viajar no puede valer lo mismo que el 'dólar fideo'", afirmó, en referencia al tipo de cambio que rige la cotidianeidad de empresas y consumidores versus el que debería aplicársele a los que vacacionan afuera.
"¿Por qué vamos a tirar u$s10.000 millones en viajes al exterior? La verdad que el que va a Miami no tiene que tener el mismo dólar. El que quiere ir a Miami que pague eso más un impuesto", disparó el economista, quien –con sus diferencias- terminó planteando un esquema con "aroma" a medida kirchnerista.
La idea de encarecer los viajes al exterior también resuena con fuerza en la City: un informe de Balanz Capital alertaba que, hasta antes de la fuerte devaluación, "la cantidad de argentinos que viaja al exterior para ver el mundo con valijas llenas de compras internacionales está completamente fuera de control en este incipiente estadío de la recuperación económica del país".
"Claramente, más y más argentinos de clase media se suben a los vuelos internacionales con las facilidades otorgadas por deudas bancarias y de tarjeta de crédito", recalcaron.
Frente a este cuadro, los analistas de Balanz Capital le "recomendaron" al BCRA que "imponga cargos de capital más altos" al financiamiento con tarjetas de crédito, al tiempo que le sugirieron al Gobierno que evalúe la forma de "limitar la cantidad de cuotas mensuales" que ofrecen las agencias.
Un déficit que preocupa La pregunta ahora es qué sucederá con la demanda de divisas para turismo, en un contexto en el que el macrismo viene de pelear contra una corrida cambiaria y está comenzando a negociar un préstamo con el Fondo Monetario Internacional.
Sucede que la "cañería" por la cual el sector succiona divisas no ha parado de agrandarse.
Cabe destacar que el año 2010 fue el último período en el que el país gozó de un balance positivo en su cuenta de viajes.
A partir de allí, tras las restricciones cambiarias impuestas durante la época kirchnerista y el crónico problema del atraso cambiario –que terminó haciendo cara a la Argentina en términos de billetes verdes-, la canilla nunca más pudo cerrarse.
A punto tal que el déficit en 2017 fue récord, al trepar por encima de los u$s10.650 millones.
En tanto que la salida bruta de divisas -es decir, sin contar los ingresos- totalizó u$s12.660 millones, una cifra casi tres veces superior a la facturación declarada por los 40 shoppings que operan en Capital y el Gran Buenos Aires.
En medio de este debate económico que ya tiene tintes políticos, Tomás Ryan, ex presidente de la cámara que nuclea a las agencias, argumentó que "no es justo achacarle al sector todo el déficit"
"Hay una gran cantidad de divisas que se van por shopping y no por turismo", afirmó.
Esto está respaldado por los datos que maneja la industria, que revela que de todos los dólares que se van por la cuenta "viajes al exterior" sólo el 60% está relacionado con gastos realmente vinculados con la actividad.
Así las cosas, de cada u$s1.000 que entran en esa gran bolsa llamada "turismo internacional":
-Unos u$s170 los adquieren empresas de transportes de pasajeros (compañías aéreas, cruceros, etc.), para luego girarlos a sus casas matrices.
-Otros u$s120 lo "aspiran" las agencias para cancelar paquetes fuera del país.
-El resto, es decir unos u$s710, son gastos con tarjetas de crédito en moneda extranjera. De ese monto:
-u$s105 millones son gastos con plásticos realizados de manera online (desde el pago de Netflix hasta compras "puerta a puerta").
-u$s242 millones se van por compras de argentinos realizadas en shoppings y comercios fuera del país (indumentaria, electrónica y supermercados son los tres principales rubros).
-Mientras que los u$s363 millones restantes, es decir, el 36% del total, obedeció efectivamente al "tarjeteo" de servicios turísticos en el lugar de destino, como el pago de hoteles, entradas a eventos o transporte.
La gran pregunta que se hacen hoy por hoy en el sector es qué sucederá de ahora en más con la demanda de paquetes y pasajes al exterior.
La devaluación, un primer impactoEn medio de los crecientes rumores, la realidad es que el salto del dólar le modificó el terreno de juego a las agencias de viajes, que venían vendiendo paquetes y pasajes a un ritmo un 20% más elevado que en igual período de 2017.
Un relevamiento realizado por iProfesional entre diferentes empresas muestra que el panorama hoy luce diferente.
Directivos del sector aseguraron que durante el último mes mermó el ritmo de consultas y que la muy alta volatilidad que viene mostrando la divisa impulsó a muchos consumidores a posponer la contratación de paquetes.
"Comparando con el año pasado, veníamos vendiendo un 25% más que el año pasado para viajar en vacaciones de invierno. Pero desde fines de abril a esta parte, las operaciones de frenaron bastante", confirmó a este medio Tomas Devescovi, project manager de Atrápalo, agencia online creada en España y que cuenta con presencia en diez países.
"Claramente está afectando la incertidumbre. La gente no sabe si la divisa va a seguir subiendo o si luego va a bajar un poco. Esto afectó el ritmo de ventas", acotó.
En paralelo, desde la Federación de Viajes y Turismo señalaron a iProfesional que "no es la primera vez que en la Argentina los movimientos del dólar impactan en la comercialización de pasajes y paquetes".
"Siempre que avanza, la primera reacción por parte de los clientes es la retracción. Esto es algo que sucede con todo bien o servicio atado a la evolución de esa moneda. Confiamos en que cuando termine la volatilidad, el mercado se vuelva a reacomodar", agregaron.
El hecho de que el billete verde haya escalado a tal nivel sumó un fuerte motivo de preocupación entre empresarios del sector.
Pero lo que más preocupa a los dueños de agencias es la alta volatilidad, dado que el sube y baja de la cotización de la divisa es, por la propia dinámica del negocio, la que termina frenando las operaciones.
El problema es que las agencias, para cotizar viajes, deben tomar en consideración el precio del cierre del dólar del día anterior. Y este valor es el que deben respetar a lo largo de toda la jornada.
"Lo que hizo esto es que hayamos tenido días en que teníamos congelada una cotización cuando esa misma jornada el dólar había abierto a la baja. Ante este desafasaje, mucha gente prefirió esperar", detalló.
Por eso, consideró que "lo peor que nos puede pasar es que el precio siga subiendo o que el oscile como lo vino haciendo hasta ahora".
En paralelo, Ryan planteó que "esta última devaluación claramente perjudica al turismo emisivo y favorece al receptivo".
Sobre las perspectivas que se abren para esta actividad, desde una agencia líder consideraron que "si la devaluación finalmente se estabiliza, entonces deberíamos ver una caída, pero no habría que esperar un derrumbe de la demanda. Es difícil imaginar que los argentinos dejarán de viajar al exterior".
Sin embargo, en el sector también están los pesimistas, que alertan que el salto del dólar le viene ganando por más de 45 puntos la carrera a los salarios en estos últimos doce meses.
Esto, en un contexto en el que las agencias también compiten por una porción de los bolsillos de los argentinos con la suba de tarifas y la inflación general.
Son muchas las variables que impactan en esta actividad. Pero claramente hay una que empieza a "cotizar" fuerte: los rumores de posibles trabas para bajar el déficit.