¿La historia se repite?: como en el 2000, Argentina y Turquía son señalados como los peores alumnos
Mientras los mercados emergentes siguen golpeados por la incertidumbre global, más precisamente por "vuelo a la calidad" tras la suba de las tasas en Estados Unidos, hay dos países que lideran la lista.
Para algunos especialistas, a estos precios de los activos, es momento de comprar bonos y acciones de varias naciones emergentes. Pero en ninguno de los casos aparece la Argentina. De hecho, el país aparece junto a Turquía como los que están sufriendo una corrida autoinfligida.
¿Quien dice eso? Ashmore Group, un fondo de inversión con sede en Londres que maneja activos por casi u$s60.000 millones (más que las reservas actuales del Banco Central).
En su último paper sobre la situación de los mercados emergentes, y luego de brindar una visión optimista hacia adelante, el estratega del fondo Jan Dehn dice que "no todo es color de rosa en el mundo emergente, hay un par de países como Argentina y Turquía que se destacan como los más vulnerables".
"Pero esto se debe completamente a problemas autoinfligidos, mientras que la situación en otras naciones permanece ampliamente más sólidas", dice.
Argentina y Turquía comparten un triste historial. Ambas tuvieron crisis financieras en 2000/2001, salvo que sólo Argentina ingresó en default. Actualmente, las dos tiene mucha deuda en dólares y sus monedas se vienen depreciando mucho más que el resto.
De hecho, recientemente Standard and Poor's le bajó la calificación a Turquía mientras que se espera que algo similar suceda con el caso local si bien Fitch ya le recortó la perspectiva de la nota, un paso previo.
¿Por qué ahora vuelven a estar juntas en el ranking de la desgracia? Ashmore dice que de todos los 79 países donde se puede invertir en los mercados emergentes, solo Turquía tiene un presidente que cree que las altas las tasas de interés causan inflación.
De los 79 países que siguen, solo "los argentinos creen que después de casi dos décadas de exceso en el estímulo de la demanda pueden revertirlo sin un ajuste fiscal", arremete el gigante fondo de inversión.
"No hay otros países remotamente como Turquía y Argentina", aclara el banco europeo para dejar el claro quienes son los alumnos idisciplinados.
¿Por qué Turquía y Argentina están en la mira? Ashmore dice que Turquía se encuentra en el centro de atención porque el gobierno ha estado aplicando malas políticas macroeconómicas durante mucho tiempo.
Se debe a que el propio presidente Erdogan está interesado en señalar en cada oportunidad que tiene que las tasas causan una alta inflación.
"Debido a esta comprensión deformada de las economías básicas, Erdogan aplica reiteradamente presión sobre el banco central para mantener bajas las tasas, especialmente cuando la inflación aumenta", explican.
El resultado es que la inflación aumenta, incluso más que el crecimiento del crédito interno y que la posición de la cuenta corriente se encuentra en un estado precario.
"Los problemas de la Argentina también son completamente autoinfligidos", dispara Ashmore.
Recuerda que la semana pasada, el Banco Central se vio obligado a aumentar las tasas dramáticamente para defender un peso que se debilita rápidamente.
Y dice que si bien no hay duda de que la administración del presidente Mauricio Macri es "una gran mejora" en comparación con su predecesor, el gobierno de Cristina Kirchner, "cometió un grave error en diciembre cuando elevó el objetivo de inflación".
En todos los demás países, recuerda el fondo londinense, los gobiernos generalmente solo considerarían aumentar las metas de inflación si hubiera una amenaza seria de deflación.
Después de todo, el objetivo de una meta de inflación más alta es darle al Banco Central la posibilidad de flexibilizar las políticas para luchar contra la deflación. Pero no es así en Argentina.
"Aquí, el gobierno elevó el objetivo de inflación a pesar de aún tener una inflación superior al 20% y pese a que nunca se han logrado las expectativas de inflación bajo control en primer lugar", remarca Dehn.
Para Ashmore, la razón subyacente de la falta de control de la inflación en la Argentina recae en el tema fiscal. "Constantemente han insistido en el generoso gasto público para evitar una recesión durante la crisis", advierten.
Sin embargo, la combinación resultante de un alto gasto fiscal y altas tasas de interés reales atrajo una gran cantidad de "dinero caliente" (que ahora está saliendo), pero no pudo estimular la inversión real ya que los grandes volúmenes de emisión de deuda pública desplazaron al sector privado.
"El gobierno de Argentina aún tiene que entender el hecho de que la demanda de dinero debe reducirse drásticamente si las expectativas de inflación y el déficit de cuenta corriente es alto", reitera a sus clientes.
De los dos países, no obstante, sólo la Argentina recurrió al Fondo Monetario para detener la crisis. Nadie descarta que el segundo en esta corrida global sea el viejo compañero de aventuras.