"índice iPhone" tras baja de impuestos y devaluación: ¿ahora conviene comprarlo en Argentina?
Fue, durante la época del kirchnerismo, uno de los objetos electrónicos más codiciados por aquellos argentinos pendientes de tener la última tendencia en materia de tecnología.
El hecho de que durante años no se vendieran en tiendas oficiales y que las unidades que se conseguían en portales de e-commerce cotizaban a "precio oro", convirtió a los iPhone "proscriptos" más en un símbolo de la política económica que en un simple objeto "techie".
Eran momentos en que cualquier comprador interesado en adquirir esta unidad, sacando cálculos, llegaba a la conclusión de que era mejor negocio pagarse un pasaje y estadía completa en Chile, comprar un teléfono de Apple en un comercio de Santiago y, encima, volverse con unos dólares en el bolsillo.
La llegada del macrismo al poder significó un completo cambio de escenario: por primera vez en años, la Argentina pasó a formar parte del calendario oficial de la empresa cofundada por Steve Jobs y así las tiendas oficiales, donde antes sólo había tablets y accesorios, pudieron comenzar a ofrecer el codiciado teléfono.
Pero la realidad es que el cambio de clima para los negocios no se tradujo en un boom de importaciones (legales) del smartphone con el logo de la manzana estampado, básicamente porque el país –pese al cambio de contexto- nunca abandonó el primer puesto como el mercado más caro a nivel mundial.
Así, pese a que las operadoras de telefonía celular comenzaron a ofrecerlo y que también se plegaron las principales cadenas de retail, en un año terminaron ingresando para su comercialización apenas 10.000 equipos. Una cifra marginal para un mercado que maneja unos 10 millones de unidades.
Sin embargo, en los últimos meses, hubo cambios significativos para los importadores, tendientes a bajar los precios de la tecnología.
Por un lado, el macrismo dispuso la liberación total de las operaciones aduaneras al incluir a los dispositivos electrónicos en el régimen de licencias automáticas. Es decir, ahora no requieren de permiso previo para su ingreso.
Además, el Gobierno avanzó con una quita gradual de aranceles. Así, un celular que llegaba del exterior, de tributar un 17% pasó a enfrentar una alícuota del 10,5% a partir de este año.
Dicha tasa, además, irá descendiendo de a dos puntos anuales hasta llegar a un 0% en 2024.
Así, tras la baja de precios que ha venido experimentando la tecnología en general y luego de un primer trimestre movido en materia cambiaria, el "índice iPhone" vuelve al centro de la escena para todos aquellos usuarios interesados en renovar o comprar un equipo Apple.
Considerando el modelo 7, de 32 GB de capacidad, en mayo de 2017 se podía conseguir liberado en los premium resellers a un valor de $28.000.
En ese entonces, dado que el dólar cotizaba a unos $16, este teléfono valía el equivalente a u$s1.750, posicionando al país, por lejos, como el más caro a nivel global.
Ahora, ese mismo teléfono que hace un año costaba $28.000, es posible encontrarlo un 10% más barato en moneda local.
Y, como en el medio operó una suba del dólar, su precio medido en billetes verdes también se redujo, desde los u$s1.750 a u$s1.220, una cifra un 30% más baja (ver cuadro).
Comparativo versus Chile Hace un año, el precio local era un 86% más elevado que el vigente en Santiago de Chile.
En la actualidad, tras los cambios arancelarios, ese gap se achicó notablemente y la diferencia pasó a ser del 45%.
Acerca de la conveniencia de comprarlo en el país vecino, basta saber que, si se trata de una pareja que viaja en avión y puede acumular una franquicia a favor de u$s600, entonces el precio al que les queda el equipo tras pagar los tributos correspondientes hoy es de u$s957.
Dado que en el Argentina el teléfono ahora cuesta unos u$s1.220, esto implica que la brecha se achicó a tan sólo 27%, cuando el año pasado era del 57%. Es decir que en 12 meses, el gap se redujo nada menos que 30 puntos.
En el caso de que el comprador argentino viaje por tierra (la franquicia a favor se achica a la mitad) y sin acompañante, entonces el equipo hoy le terminará costando u$s1.182.
En este caso, la diferencia es de apenas 3%, de modo que no existe ningún tipo de ventaja para quien lo adquiera en ese país.
Es decir que la brecha para el iPhone 7 se achicó fuertemente. Y, cuantas menos posibilidades de aprovechar los beneficios tributarios en Aduana (según se viaje en avión o en auto, solo o en familia), entonces menos atractivo se torna adquirir el teléfono en la plaza vecina, tal como se observa en el siguiente cuadro:
Esto explica por qué, según datos de la Cámara Nacional de Comercio de Chile, el gasto de argentinos con tarjetas de crédito o débito se desplomó un 30% en el primer trimestre, luego de haber crecido a tasas de más del 50%.
Comparativo con Estados Unidos Al trazar un comparativo con otro mercado de referencia para los turistas que hacen shopping fuera del país, como es Estados Unidos, las diferencias también se achicaron, si bien todavía subsiste un gap.
En una plaza como Miami es posible conseguir el iPhone 7 de 32GB a u$s587 –impuestos incluidos-.
Esto significa que la brecha actual es del 107%, una diferencia importante pero mucho menor a la del 169% que existía hace exactamente un año.
Ahora bien, quien viaje y opte por comprarlo allí se encontrará con que, tras abonar en Ezeiza el tributo aduanero correspondiente, ese equipo le terminará costando ya nacionalizado, unos u$s730.
Esto es, unos u$s490 menos que si hubiese optado por adquirirlo en el mercado local. Dicho de otro modo: en la Argentina terminaría saliendo casi 70% más caro.
Las ventajas son más notorias si una pareja con un mismo domicilio o un grupo familiar de tres o cuatro integrantes adquiere este teléfono y puede sumar todas las franquicias, totalizando un tope libre de impuestos de hasta u$s600.
Como dicha franquicia está por encima del precio del teléfono en el retail, en ese caso los turistas no deberían abonar ningún tributo al volver al país y lograrían beneficiarse con la máxima brecha entre ambos mercados (107%).
La conclusión es que, en el caso de Chile, el mayor gap que se puede obtener es del 45% (siempre y cuando se declare el equipo).
Y dicho beneficio se va "evaporando" cuanto menos se pueda sacar provecho de la franquicia.
En el caso de Estados Unidos, todavía subsiste una interesante diferencia, de poco más del 100%, que se verá plasmada en su totalidad sólo en el caso de grupos familiares de dos o más personas que tengan cupo libre.
¿Y el más costoso? Ahora bien, quien tenga en sus planes adquirir el último y más costoso modelo de Apple, que fue lanzado a fines de 2017 a nivel mundial, deberá tener que prepararse para desembolsar una importante suma.
En tiendas oficiales de la Argentina, el iPhone X de 256 GB, cotiza a $50.000, unos u$s2.400.
¿Cuánto vale en los Estados Unidos? Impuestos incluidos, sale unos u$s1.230.
Es decir que en un local porteño "cotiza" un 95% por encima de lo que hay que pagar en Miami.
Así las cosas, si un pasajero lo adquiere en ese país y lo ingresa legalmente declarándolo en la Aduana de Ezeiza, entonces le terminará costando unos u$s1.700, lo que le permitirá ahorrarse unos u$s700.
En cambio, si se viaja en familia (dos mayores y dos menores), la franquicia libre de aranceles será de u$s900. En ese caso, el teléfono terminará costando u$s1.400. De modo que el ahorro respecto del mercado local será de u$s1.000.
Claro que hay un punto a favor: las compañías de telefonía celular permiten financiar la compra de estos equipos no liberados en hasta 18 cuotas sin interés, una variable que influye entre quienes no quieren desembolsar todo el "cash" de una vez.
Desde una de las principales cadenas de retail, en tanto, destacaron a iProfesional que en los últimos meses "los precios en pesos bajaron" y que la Argentina "se volvió un poco más competitiva respecto de la región".
Sin embargo, cuando se les pregunta si será posible ver un "boom" de ventas de equipos iPhone, muestran su cautela: afirman que, además de no ser un producto masivo, las empresas deben lidiar con el flagelo del contrabando, un mercado negro que cada año -sumando todas las marcas-, mueve entre 2,5 y 3 millones de equipos.