La tasa del bono americano tocó el 3% anual y se encienden las alarmas de los mercados
Luego de varios días de fuertes subas, finalmente la rentabilidad de los bonos del Tesoro de los EE.UU. a diez años de plazo alcanzó el techo psicológico del 3%, algo que no ocurría desde el 5 de enero de 2014.
¿Por qué sube la tasa? Básicamente porque los inversores reducen sus tenencias de bonos en los Estados Unidos por diversos motivos, entre los que se destaca:
- La reforma impositiva,
- Las preocupaciones que genera el tantas veces postergado aumento de la inflación y
- La creciente emisión de deuda gubernamental.
De hecho, esta suba no parece casual, pues más allá de cuestiones coyunturales, se debe en parte a la respuesta de las compañías estadounidenses al Gobierno de Donald Trump que las ha incentivado a repatriar fondos. Ello debido a que si alguna de ellas tenía dinero en el extranjero bajo la forma de bonos del Tesoro lo ha venido repatriando, ya que podría usarlo para reinvertir, pagar dividendos o hacer inversiones en el corto plazo más que para volver a comprar bonos del Tesoro.
Para Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones, esta suba no hace otra cosa que continuar con la inercia que se venía observando en las últimas ruedas.
"En los últimos días ha habido presión sobre el mercado de bonos y pienso que tuvo que ver con temas que atañen al manejo financiero de las grandes corporaciones, como por ejemplo una redistribución basada en la repatriación de dólares", dijo el estratega de mercado de DRW Trading Lou Brien.
En opinión de Martínez Burzaco, también prevaleció "una serie de recomendaciones de algunos fondos de inversión y fondos de cobertura, que sostienen la idea que se viene un mercado bajista para el precio de los bonos norteamericanos".
En forma paralela, el título a dos años también muestra un claro rally alcista, pues ha tocado el 2,5%, el nivel más alto desde julio de 2008.
De este modo, la curva de los bonos de EE.UU. se mantiene relativamente estable, luego de haber tocado mínimos la semana pasada, cuando el diferencial entre los de 2 y 10 años se estrechó hasta los 43 puntos básicos, marcando un mínimo que no se observaba desde 2007. Hoy, esta prima se establece en 50 puntos básicos.
Para el corto plazo, según analistas que siguen de cerca el mercado, la mayor oferta de bonos del Tesoro, con subastas de papeles a 2, 5 y 7 años que se efectivizará la próxima semana, seguirá aplanando la curva. Pese a ello, no se cree que la misma se invierta al menos en lo que resta de este año.
La importancia de este indicador radica en el hecho que, según los expertos cuando se extingue la brecha que los separa e incluso se vuelve negativa, suele ser la señal más evidente que se estaría ingresando en una faz recesiva de la economía. "No creemos que este aplanamiento de la curva sea un precedente de una recesión", dijo Eric Souza, gerente de cartera de Silicon Valley Bank. Pero admitió que probablemente se siga aplanando, pues "en un escenario normal de alza de tasas tendremos una curva de rendimientos plana".
El temor a que se invierta se basa en la experiencia que indica que una vez que la curva se invierte, la caída del nivel de actividad suele tardar en aparecer alrededor de 13 meses en promedio.
"Cuando la curva de rendimiento está apuntando hacia arriba es saludable para la economía, debido a que los inversores observan un buen futuro a largo plazo, mientras que cuando la curva se pone horizontal empiezan a surgir temores sobre el devenir del crecimiento económico", afirmó un analista de Investing.com.
"Y cuando la curva cambia de dirección a la baja es negativo para la economía en general, debido a que desde 1960 ha entrado en recesión después de que la curva de rendimiento cambiara de dirección a la baja", concluyó.
En cuanto a la ruptura del techo del 3%, esta no es la primera vez que la prima intenta perforarlo, ya que el papel americano ya había dado algunos sustos en lo que va de año, como el sucedido el 14 de febrero, cuando batió el nivel del 2,9% por primera vez en cuatro años tras publicarse el dato de inflación de enero en EE.UU.
Apenas una semana después tocó su máximo en lo que va del año del 2,95%, una vez conocidas las actas de la reunión de la Reserva Federal estadounidense (FED) de enero, en las que se insinuó que podría acelerarse la suba de tasas del corriente año.
Su efecto en los mercados
En cuanto a los mercados bursátiles globales, el efecto de la suba es negativo, pues se ven afectados cuando sube el rendimiento de los bonos soberanos, debido a que los capitales salen del mercado de valores hacia el sector de renta fija que está pagando un mejor interés.
Lo dicho se refleja en lo que sucede en Wall Street, donde sus principales índices muestran bajas del orden del 1% el martes.
Por el lado de la divisas, el dólar ha sido el principal beneficiado, pues avanzó frente a la mayoría de las monedas consideradas duras, como el euro o el yen, e incluso frente a las de países emergentes.
Esta movida dejó ayer una apreciación del 0,7% promedio del dólar frente a divisas semejantes y del 1 al 2% frente a monedas emergentes, a excepción del peso argentino que estuvo sostenido por la intervención oficial.
Su impacto en el mercado local
Como no podía ser otra manera, sin duda que el primer impacto en Buenos Aires fue el intento del tipo de cambio de moverse en línea con el resto de las divisas de la región, cediendo posiciones frente a un dólar globalmente revitalizado.
Ante esta situación, el Banco Central se vio obligado a vender más de u$s210 millones para mantenerlo en línea y finalmente fijar el precio en un máximo tolerable, tras convalidar un ajuste del 0,2%. El martes la autoridad monetaria tomó la iniciativa desde temprano, pues apenas comenzó a operar la plaza cambiaria local cargó en el sistema nuevas órdenes de venta de dólares a un precio de $20,26 para recordarle a los operadores "otra vez el límite superior de la banda de fluctuación definida para hoy en el mercado mayorista", según explicó el operador Gustavo Quintana, de PR Cambios,
"Al parecer hoy no tendrá la "flexibilidad" de ayer. Está claro que la máxima prioridad será bajar la inflación y para ello debemos esperar un dólar que no suba", interpreta el economista Hernán Del Villar, de la consultora Alpha, al evaluar esta reacción oficial y sus implicancias.
Bajo esta prsión, en opinión de algunos operadores "la pelea contra la tendencia del mercado puede que se le vuelva nuevamente más costosa al ente monetario".
En cuanto al mercado de bonos argentinos en dólares, desde InvertirOnline sostienen que "estos sufren el impacto más directo porque su rendimiento tiene que ver con el de los activos libres de riesgo, es decir, los bonos del tesoro norteamericano y el riesgo país". Si se eleva la tasa estadounidense, también sube el rendimiento de los bonos porque su precio cae. Por eso esta situación es una buena noticia para el que está afuera, porque puede comprar a buen precio, aunque es mala para el que ya está comprado".
Pero este efecto no es nuevo, ya que a lo largo de los últimos meses se ha venido sintiendo el impacto de la suba en los precios de los títulos argentinos.
En los hechos, en la rueda del martes los títulos en dólares más afectados eran el Discount y el Par, con bajas del orden del 0,5%.
Claro está que la situación podría agravarse si se da lo que se denomina el "fly to quality" o vuelo a la calidad, que consiste en el traspaso de fondos alocados en bonos de mercados emergentes a títulos del Tesoro de EE.UU., para aprovechar la tasa.
Finalmente, en lo que hace al efecto que podría tener la suba ante nuevas colocaciones de deuda, la cuestión ya había sido tenida en cuenta en su momento por el gobierno nacional, lo cual quedó de manifiesto recientemente cuando el ministro de Finanzas, Luis Caputo, afirmó que para cerrar el programa de financiamiento de este año solo recurriría al mercado local.
La gran incógnita queda entonces referida al camino a seguir por el sector privado e incluso algunas provincias u organismos públicos en cuanto a su planes de colocación bonos en el exterior. Seguramente algunos de ellos esperará hasta que aclare.