Sturzenegger lanzó su mensaje al mercado y al ala política: volvió la tolerancia cero con la inflación
"Hemos tenido un número de inflación de marzo que no estábamos esperando. Quizás la tentación hubiera sido no estar aquí. Pero acá estamos para rendir cuentas, hacerse cargo".
Así arrancó lo que fue la conferencia de prensa más difícil para Federico Sturzenegger. Luego de un primer trimestre con una inflación desbordada y estimaciones que se anticipan muy malas para abril (Elypsis calcula un aumento de precios del 2,4%), la esperanza oficial ahora se sitúa post mayo. El tan mentado "segundo semestre" parece volver a la agenda oficial.
El funcionario dio a entender que si ese mes no hay una drástica caída de los precios, el Banco Central retomará su política de tolerancia cero y subirá las tasas.
El mensaje hacia el ala política (Jefatura de Gabinete) y el mercado financiero (escéptico respecto de la política monetaria) fue contundente.
"Si no se diera el escenario de mejora a partir de mayo, se sabe lo que se tiene que hacer... y se va a hacer".
No hay meditas tintas. Sturzenegger ya no rifará más credibilidad después de haberse quemado a inicios de año con una injustificable baja de tasas cuando la inflación venía de un 3% en diciembre y se desataban los aumentos de tarifas.
Ese movimiento fue lo que descolocó a las expectativas que había en la City.
"Hubo una lectura equivocada de lo que íbamos a hacer por parte del mercado. Quizás no lo supimos comunicar muy bien", se sinceró Sturzenegger.
El número uno del Central estuvo escoltado por sus incondicionales en el escenario, situado en el salón Bosch de la entidad, donde presentó su Informe de Política Monetaria (IPOM).
Entre los presentes estaban el vicepresidente Lucas Llach y el gerente general Mariano Flores Vidal. También hubo platea preferencial para algunos popes de la City, como los economistas Miguel Bein, Fausto Sportorno (OJF & Asociados), Ricardo López Murphy, Daniel Artana (FIEL); y los financistas Facundo Gómez Minujín (presidente del JP Morgan en Argentina) y Ernesto Allaria (presidente del BYMA).
Por parte del empresariado estuvo Eduardo Elsztain, de IRSA y también dueño de Banco Hipotecario.
Sturzenegger fue enfático al demostrar que se juega su suerte en poco tiempo: "Las próximas semanas son claves para ver si fue transitoria o no la suba de la inflación, para validar lo que pensamos", avisó el presidente del Central.
"La Argentina necesita una desinflación fuerte, muy fuerte", arremetió, otra vez, para dejar en claro que si no se desploman los precios (algo improbable) en mayo, habrá suba de tasas en el cortísimo plazo.
¿Porqué el Central se esperanza entonces en que bajará la inflación? Hay algunas variables que, según dijo el titular de la entidad, podrían ayudar a hacer realidad a la meta del 15%, de muy difícil cumplimiento:
-Los precios de los bienes regulados, según estima el Central, deberían empezar a caer a la mitad del ritmo actual, en torno al 1,5% en mayo.
-Esto es porque -aseguran- el mayor impacto del aumento de tarifas ya pasó y no queda mucho excepto, en el futuro, alguna incidencia de combustibles si sigue subiendo el dólar o el precio a nivel internacional
-Con respecto a los salarios, Sturzenegger considera que las paritarias estuvieron cerrando en torno a la meta del 15%, algo que le quita presión a los precios a futuro
-También mencionó al dólar, que iría a un ritmo menor que en el primer trimestre y, por lo tanto, tampoco presionará tanto sobre el índice.
Lo que busca el Central es atacar las expectativas. Esas mismas que se dieron vuelta y dejaron de tener en cuenta lo que intentaba avisar la entidad rectora.
"En un momento no lográbamos convencer al mercado que la tasa de política monetaria iba a ser la que nosotros pensábamos, cambiamos el lenguaje. Decíamos que íbamos a ser cautelosos, luego que seríamos híper cautelosos, pero no convencíamos a nadie", sinceró otra vez Sturzenegger para demostrar que las credenciales ya no son la que supieron ser.
Por eso intervinieron con el dólar, porque los inversores pensaban que con la tendencia de tasas, el tipo de cambio sería muy superior.
"Si hay que intervenir lo seguiremos haciendo. Pero algo pasó, el mercado en los últimos seis días estuvo más equilibrado", resaltó.
Gran parte de la conferencia giró alrededor de la necesidad de retomar el protagonismo. Sin eufemismos, Sturzenegger fue tajante en sus definiciones. Algo poco usual teniendo en cuenta las últimas conferencias en las que se ponía el "cassette" y terminaba siendo parte del "relato".
Esta vez, el número uno del Central, prefirió ser lo más explícito posible. "Para cumplir la meta la inflación tiene que bajar fuerte, mucho a partir de mayo. No hay un umbral pero necesitamos ver una desinflación importante", volvió a responder ante la prensa cuando se le preguntó a qué nivel deberían bajar los precios.
Luego de la conferencia llegó el momento de distenderse. Ya con los micrófonos apagados, se lo notó hasta casi desahogado. En la escueta charla en los pasillos con algunos periodistas, Sturzenegger finalmente pudo mostrar que está dispuesto a dar batalla.
Lo mismo corre para varios funcionarios del Central, que ahora pueden decir sin tapujos que llegó el momento de endurecer la política monetaria.
¿Le habrán perdido el miedo a Jefatura de Gabinete? ¿O será que ahora que los números dejan en claro la impericia de aquella medida presentada el 28 de diciembre salen fortalecidos en la interna gubernamental? Difícil saberlo. Lo claro es que ahora, el Banco Central retoma el protagonismo.