Estados Unidos y sus aliados atacaron Siria en represalia por el presunto uso de armas químicas
Estados Unidos, Francia y Reino Unido llevaron a cabo este sábado bombardeos selectivos en Siria contra el gobierno de Bashar Al Asad, acusado por el presidente Donald Trump de haber cometido ataques químicos dignos de "un monstruo".
La ofensiva occidental no provocó "ninguna víctima entre la población civil o el ejército sirio", afirmaron las fuerzas armadas de Rusia, gran aliado de Siria.
Eran las 4 de la madrugada en Damasco cuando el presidente estadounidense anunció los ataques desde la Casa Blanca.
En ese mismo momento se escucharon explosiones en Damasco, la capital de un país devastado desde hace más de siete años por una guerra que ha causado más de 350.000 muertos.
Las explosiones fueron seguidas por ruidos de aviones y columnas de humo que se elevaban hacia el cielo en el nordeste de la capital siria.
"Ordené a las fuerzas armadas de Estados Unidos que lancen ataques de precisión a blancos asociados con la capacidad de armas químicas del dictador Bashar al Asad", dijo Trump. "Una operación combinada con fuerzas armadas de Francia y del Reino Unido está actualmente en marcha", añadió.
Siria, Rusia e Irán, su otro aliado, condenaron los bombardeos.
Las autoridades de Damasco denunciaron una "agresión bárbara y brutal" y acusaron a las potencias occidentales de intentar obstaculizar una misión de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ), que este sábado debe iniciar una investigación en Duma sobre el presunto ataque químico del 7 de abril.
Rusia, que afirmó que la defensa antiaérea siria interceptó 71 misiles de crucero de un total de 103, condenó los ataques y convocó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Y, por boca de su embajador en Estados Unidos, Anatoli Antonov, afirmó que las advertencias rusas no se han escuchado y los bombardeos son un "insulto" al presidente Vladimir Putin.
En Irán, el guía supremo Alí Jamenei tachó de "criminales" a los dirigentes de Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
Fuerzas sirias en Duma
De madrugada, después de 45 minutos de ataques, partidarios del régimen de Asad se congregaron en la emblemática plaza de los Omeyas de Damasco. Algunas sonreían, hacían la V de la victoria, agitaban banderas sirias, se sacaban selfis o bailaban y cantaban al son de música a la gloria del presidente Asad.
Para ellos los bombardeos occidentales son una señal de la victoria del régimen, que recuperó el bastión rebelde de Guta Oriental, a las puertas de Damasco. "La historia se quedará con que Siria derribó los misiles, pero no sólo eso. Derribó la arrogancia estadounidense", dijo con orgullo Nedher Hamud, de 48 años.
A media jornada, los medios de comunicación públicos anunciaron la entrada de las fuerzas de seguridad oficiales en Duma, el último bastión rebelde en Guta.
Los insurgentes de Yaish al Islam aceptaron evacuar esta ciudad un día después del presunto ataque químico atribuido al régimen sirio por las potencias occidentales, pero que Rusia calificó como un "montaje".
Un responsable de este grupo rebelde islamista afirmó que los ataques occidentales del sábado no son más que una "farsa" mientras Asad siga en el poder.
El presunto ataque químico del 7 de abril causó más de 40 muertos en Duma, según dejaron trascender agencias internacionales y medios occidentales. El régimen sirio y Rusia desmintieron estar implicados.
Además, Rusia había realizado una conferencia de prensa este viernes en la que presentó testimonios en los que trabajadores de un hospital negaban que hubieran recibido gente afectada por químicos, pero que sí vieron a algunos simulando dolencias y filmando para luego huir del lugar. En esa misma conferencia, Rusia dijo que el Reino Unido estaba detrás del armado de la situación, una acusación gravísima que fue omitida por la mayoría de la prensa occidental.
Desde la otra vereda, antes del lanzamiento de los bombardeos, Washington aseguró tener "la prueba" del uso de armas químicas por parte del régimen de Asad. Este sábado Francia afirmó disponer además de "información fiable" sobre la implicación de las "fuerzas armadas" sirias en el ataque.
Represalia "correcta y legal"
Según el general Joe Dunford, jefe del Estado Mayor estadounidense, los bombardeos apuntaron a tres blancos vinculados al programa de armamento químico sirio: uno cerca de Damasco y los otros dos en la región de Homs (centro).
Precisó que por el momento no se prevén más operaciones militares en el país.
"Está claro que el régimen de Asad no aprendió la lección" el año pasado, dijo el secretario de Defensa estadounidense, el general Jim Mattis, recordando el bombardeo de abril de 2017 contra una base militar cercana a Homs en represalia por un ataque químico atribuido a Damasco que causó más de 80 muertos en Jan Sheijun (noroeste) días antes.
"Fuimos muy precisos y la respuesta era proporcionada", añadió, precisando que se usaron el doble de municiones que el año pasado.
Londres anunció que cuatro cazas Tornado GR4 de la Royal Air Force bombardearon un "complejo militar" cerca de Homs. Es una represalia "correcta y legal", según la primera ministra Theresa May.
Francia afirmó haber atacado con fragatas en el Mediterráneo y con cazabombarderos Rafale. "El principal centro de investigación" y "dos centros de producción" del "programa clandestino químico" del régimen fueron atacados, afirmó la ministra de Defensa Florence Parly.
El gobierno francés afirma que los bombardeos destruyeron "buena parte del arsenal químico" pero advierte que habrá otra "intervención militar" en el caso de un nuevo ataque químico.
En su declaración, Trump hizo una advertencia a Irán y Rusia, que desplegaron miles de hombres y material en Siria para ayudar a Asad frente a los rebeldes y yihadistas.
Moscú traicionó "sus promesas" de 2013 sobre la eliminación de las armas químicas sirias, afirmó el presidente.