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¿El dólar a $20 alcanza?: industriales hablan sobre el "costo argentino" y cómo enfrentan las importaciones

¿El dólar a $20 alcanza?: industriales se refieren al "costo argentino" y cuentan cómo enfrentan las importaciones
05/04/2018 - 10:59hs
¿El dólar a $20 alcanza?: industriales hablan sobre el "costo argentino" y cómo enfrentan las importaciones

El Gobierno, sin dudas, viene de redondear uno de los mejores tramos de gestión desde las últimas elecciones, al poder mostrar números positivos por primera vez en meses. 

Entre ellos figuran el indicador de pobreza, que bajó tres puntos en su última medición; la actividad viene de registrar una mejora del 4% interanual; en tanto que la industria anotó un crecimiento del 8% y la venta de autos redondeó el mejor primer trimestre de la historia. 

Sin embargo, hay otro indicador que también viene tocando un récord. Y esto preocupa especialmente a los industriales, porque es una variable que se suele disparar en momentos en que el tipo de cambio muestra algún nivel de debilidad competitiva. 

Se trata del déficit de la balanza comercial, que se disparó hasta los u$s1.900 millones entre enero y febrero, un rojo siete veces superior al de igual lapso del año pasado. 

Las importaciones, en tanto, totalizaron casi u$s10.950 millones, anotando un récord histórico para un primer bimestre. 

Estas cifras fueron el marco de la dura contienda que mantuvieron la UIA y el Gobierno: desde la cúpula de la entidad hicieron un fuerte reclamo por el salto importador y por la presión impositiva, que terminan impactando en la producción nacional. 

Luego de que el ministro Francisco Cabrera lanzara munición gruesa contra los industriales –los trató de quejosos y los criticó por no tener "una agenda adulta de competitividad"-, hubo una cumbre donde sellaron la paz. 

Pero la tensión por la polí­tica comercial, la carga tributaria y el retraso en la agenda para bajar el llamado "costo argentino", quedó al descubierto

Desde el Ministerio de Producción tratan hasta el dí­a de hoy de desactivar la teorí­a de la "invasión importadora", alegando que se viene de un largo perí­odo con restricciones y que una proporción importante (cerca del 70%) son bienes de capital o insumos para la industria. 

Y agregan que el problema no está tanto en lo que compra la Argentina al mundo sino en la baja performance exportadora. Todo un sincericidio. 

Desde un amplio abanico de sectores productivos afirman que los problemas para hacer frente a la competencia importada y pelear en las góndolas del exterior es una realidad. 

El consenso entre los industriales es que el avance del dólar, que se apreció cerca de un 17% en los últimos tres meses y casi 30% en doce meses, se va diluyendo frente al avance del costo argentino, esa pesada "mochila" que incluye presión impositiva, costos laborales y logí­sticos y demás variables.  

"La ganancia de competitividad cambiaria fue sólo una bocanada de oxí­geno para los sectores industriales. El tipo de cambio real culminó en marzo un 5% por debajo del promedio de 2016", indicaron desde Ecolatina. 

Desde la consultora agregaron que incluso se espera "que se profundice la apreciación del peso en el corto plazo". Dicho en otras palabras, prevén la vuelta del atraso cambiario. 

Desde el Centro de Estudios de la Nueva Economí­a (CENE) también advierten que el último impulso del billete verde quedó parcialmente neutralizado por la suba de costos. 

Los analistas de la entidad plantean que, para recuperar los niveles de competitividad cambiaria que habí­a apenas llegó el macrismo al poder, entonces la divisa hoy deberí­a cotizar cerca de los $27. 

En diálogo con iProfesional, Ariel Schale, ex subsecretario de Polí­tica y Gestión Comercial y actual director ejecutivo de Fundación ProTejer, afirma que "el dólar influye poco cuando la industria en general opera en un escenario de falta de competitividad sistémica". 

"Hoy, la ropa sigue siendo cara en la Argentina. Pero los alimentos también. Y esto se vincula con una sumatoria de factores para los cuales no hubo mejoras. La economí­a todaví­a padece de una elevada incidencia fiscal, un alto costos de capital, altas tasas de interés, inflación y fuertes costos logí­sticos y de energí­a". 

Fabricantes de ropa: quejas por aluvión chinoDentro del entramado textil, los fabricantes de ropa son los más expuestos a la competencia importada. 

Desde la Cámara Industrial Argentina de la Indumentaria (CIAI) señalaron a iProfesional que, en el primer bimestre, las compras al exterior –principalmente a China- superaron los u$s110 millones entre enero y febrero, marcando un salto del 54% respecto a igual lapso de 2017, mientras que en volúmenes la suba fue mayor: 72%. 

"Estos niveles de importación son récord desde la salida de la convertibilidad", plantea Alicia Hernández, gerenta de la CIAI. 

Según la directiva, "la última devaluación no funcionó como un dique de contención, porque también nos subieron los costos el último año". 

Hernández plantea otro tema: el tipo de cambio real con el yuan chino -paí­s que explica el 75% de las importaciones textiles-, mejoró en enero pero se volvió a deteriorar en marzo y hoy está un 15% por debajo de los niveles de comienzo de 2016, tras la primera devaluación macrista. 

Lí­nea blanca: heladeras chinas, 40% más baratasLa competencia con lo que llega del exterior también la están sintiendo los fabricantes de heladeras, que hoy padecen la entrada de productos de China, Turquí­a y México. 

"Con el dólar actual, comparando un mismo modelo importado de Asia, puesto en el puerto, y uno nacional, en el portón de la fábrica, ellos están un 30% a 40% más baratos, casi igual que el año pasado", plantea uno de los directivos de la cámara de lí­nea blanca, quien también dirige su propia Pyme. 

Así­ las cosas, el empresario agrega que este año se prevé que la producción nacional cierre en 1 millón de heladeras, "un nivel muy similar al de 2017", básicamente por la mayor competencia importada. 

"El año pasado, la participación de los equipos del exterior era del 8%. Este año vamos a estar en un 15% de share, casi el doble. Y son unidades que compiten de manera directa con lo que fabricamos nosotros", señala. 

Un informe presentado por la Cámara Argentina de Comercio (CAC) en agosto del año pasado en el que se analizaban los altos costos que pesaban sobre la industria nacional mostraba que los precios de la lí­nea blanca en el paí­s eran casi 25% más altos -en promedio- que en Chile, debido a la presión impositiva y a los elevados costos laborales y financieros. 

Y el mercado muestra que las grandes brechas todaví­a se mantienen: 

-Una heladera nacional marca Mabe, con dispensador de agua y 300 litros de capacidad cuesta en Falabella Argentina el equivalente a u$s800, esto es un 45% más que en la nación trasandina, donde la misma tienda vende un producto similar de esa marca pero hecho en México. 

-En el caso de un lavarropas LG con tecnologí­a Inverter y capacidad de carga de 9 kilos, en la Argentina, Falabella comercializa un modelo nacional a u$s640. En Chile, en tanto, se ofrece uno hecho en China a u$s460, una diferencia de casi 40%. 

Industria del calzado: alta capacidad ociosaLa Cámara de la Industria del Calzado todaví­a está procesando los datos de importaciones correspondientes al primer bimestre. Pero su presidente, Alberto Sellaro, plantea a iProfesional que el "feeling" que hay en el sector es que siguen en alza.

"La capacidad ociosa que tenemos sigue siendo muy elevada, del orden del 40%, prácticamente la misma que el año pasado", asegura, para luego agregar que "la suba del dólar no es suficiente para equilibrar al sector". 

La Argentina también tiene problemas para competir en el mercado mundial del calzado: en 2017 exportó 1 millón de pares, cuando hace unos cuatro o cinco años se enviaban entre 2 y 4 millones. 

Industria automotriz: autos caros en dólares En el sector automotor se vive un perí­odo de mayor optimismo. Básicamente por el repunte de Brasil, principal comprador de vehí­culos nacionales. 

Gracias a este impulso, las terminales prevén producir 565.000 unidades, un 20% más que en 2017, mientras que proyectan exportar unas 300.000 unidades, con un alza interanual del 43%. 

Las tasas de crecimiento parecen explosivas. Pero esto se debe a que se parte de un piso bají­simo. 

No hay que perder de vista que en 2011, cuando se alcanzó un récord, la industria produjo 828.000 autos, 263.000 más que los que se prevén para este año. Ese mismo año se logró una marca histórica en exportaciones, con 500.000 0Km despachados, 200.000 más que los previstos para 2018. 

En este contexto, Alejandro Sureda, de la Facultad de Ingenierí­a de la Universidad Austral, plantea que hay "bajas probabilidades" de cumplir las metas del plan 1 Millón de Autos, que se trazó el Gobierno. 

"Entre las principales dificultades para vender los vehí­culos producidos en la Argentina está la falta de competitividad a nivel internacional y, fundamentalmente, en la región de Latinoamérica", plantea Sureda. 

"La Argentina, por lejos, sigue teniendo los autos más caros de la región y esto se debe a los mayores costos de mano de obra y la elevada carga impositiva", señala el experto. 

Según un informe elaborado por Bain & Company, en 2017, el paí­s tení­a, en promedio, un costo de producción 25% mayor que Brasil y 65% mayor que México, "lo que pone en juego la sustentabilidad del sector automotriz nacional".

Para Sureda, tras la devaluación, "no prevemos demasiados cambios en esta variable, porque los costos locales de la industria, especialmente los componentes, también aumentan cuando se eleva la divisa". 

El relevamiento de la CAC del año pasado planteaba que la brecha de precios respecto al mercado chileno era de un 30% en promedio. Y las diferencias se mantienen: 

-Un Renault Fluence Privilege en la Argentina cuesta el equivalente a u$s27.862, un 35% más que en el paí­s trasandino, donde se consigue a u$s20.541. 

-En el caso de un Ford Focus 2.0 L automático, aquí­ se comercializa a u$s25.666, un 25% por encima del valor vigente en el mercado chileno. 

-Las diferencias son más amplias en algunos importados, incluso los de baja gama, porque para entrar a la Argentina tributan aranceles: así­, un Chery QQ básico se ofrece en concesionario porteño a u$s11.000, casi 50% más que en Chile. 

Agroalimentos: devaluación con sabor a pocoLos problemas van más allá del sector industrial y también complican a productores de alimentos y bebidas. 

En diálogo con iProfesional, Marcelo Loyarte, director de la Cámara Argentina de Fruticultores (CAFI), que opera en la Patagonia, afirma que tras la devaluación, "la competitividad mejoró un poquito. Estamos levemente mejor que en 2017 pero no alcanzó para recuperar los niveles de 2016". 

El último año, el dólar se apreció un 30%. Pero, en ese mismo lapso, indica, los costos de la industria frutí­cola crecieron 27%, lo que diluyó la mayor parte de la mejora.

"Todaví­a sufrimos por la competencia, especialmente en Brasil, donde Chile nos gana por precio", plantea el directivo. 

Para este año entre peras y manzanas, el sector prevé exportar unos puntos más que las 420.000 toneladas despachadas en 2017, "pero esto será por el mejor clima y el aumento de la oferta exportable que por un salto de competitividad", agrega. 

En cuanto a la industria vitiviní­cola, Mario Giordano, gerente de Wines of Argentina, sostiene que "el paí­s se ha posicionado en el mundo en el segmento de precios más elevados, donde le va muy bien. Pero en la categorí­a de vinos medio-bajos, la industria sigue sin ser competitiva". 

"No ha habido un cambio sustancial tras el avance del dólar, porque hay elementos en la estructura de costos del sector que han seguido en alza", advierte. 

"No estamos peor que el año pasado, pero tampoco se puede plantear que por el sólo hecho de que se movió el dólar va a haber un crecimiento exponencial de las exportaciones", agrega. 

El experto afirma que en la categorí­a de vinos que cuestan por debajo de los u$s10 la botella en una góndola de Estados Unidos y que es la que más volumen general, "la Argentina no es competitiva y le cuesta mucho exportar".