Gobiernos de la región acuerdan quitar el roaming de la telefonía móvil
Los países de los gobiernos de América latina acordaron eliminar el roaming a nivel regional. Se trata de una iniciativa sobre la que se venía conversando desde el año pasado y que, ahora, encontró espacio en el reunión de la CITEL, el organismo de telecomunicaciones de la ONU, que se realizó la semana pasada. Más allá de la buena voluntad de los Gobiernos, ellos deben convocar a partir de este acuerdo a los operadores para avanzar con la eliminación de uno de los costos que suelen hacer doler la cabeza a los usuarios cuando se van de viaje a otro país.
La determinación es, sin embargo, relativa. Por un lado, el principal operador de América latina, Claro, ya tiene implementado un roaming regional por política propia. En otras palabras, no importa en qué país de la región se encuentre su cliente, seguirá pagando lo mismo que si estuviera en su misma ciudad de residencia.
Que la compañía del magnate haya avanzado en esa dirección se vincula con el hecho de que puede resolver la cuestión desde el punto de vista tecnológico y ofrecerle ese beneficio a su cliente como servicio de valor. Se diferencia, así, de sus rivales, básicamente de Telefónica, y de otros operadores más pequeños pero con relevancia en ciertos lugares.
Según trascendió, la decisión de la CITEL de avanzar con la eliminación del roaming a nivel regional se basa en el antecedente de la Unión Europea, donde también se quitó ese costo debido no sólo al constante traslado de los usuarios de un país a otro sino fundamentalmente a las quejas que los costos por ese concepto representaba a los clientes.
La eliminación del roaming en los países europeos incentivó el uso de las telecomunicaciones y las compañías se vieron más beneficiadas por el crecimiento de los distintos servicios que por la quita de un concepto a cobrar. Eso es lo que, en el marco de los encuentros celebrados en Buenos Aires, se pretende conseguir.
Claro que para ello, los países latinoamericanos deben no sólo incrementar sus inversiones en infraestructura sino también cuidar sus economías internas porque, frente a las crisis, uno de los primeros servicios que se resiente es el de las telecomunicaciones.
De todos modos, la buena voluntad regional en la materia quedó expresada. Ahora deben ser convocadas las operadoras, que son en definitiva las que deben limar asperezas para poner en sintonía sus sistemas y, así favorecer a sus clientes. Por ahora, se desconoce una agenda de trabajo para avanzar en ese sentido.