La alimenticia Molinos, con problemas financieros por la retracción en el consumo
La caída del consumo, la inflación y el avance del dólar frente al peso le jugaron en contra a Molinos Río de la Plata durante el año pasado. Por lo menos así se desprende del balance del 2017 publicado por la compañía alimenticia de la familia Perez Companc en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires y el cual arroja una pérdida de $184 millones.
Los motivos de este rojo se deben a que los aumentos de precios que Molinos aplicó a sus productos ese año perdieron contra la inflación y también por la suba del dólar y de sus costos fijos. La empresa optó por priorizar sus ventas y sostener el nivel de clientes para evitar profundizar la baja del consumo que se viene evidenciando en los últimos años.
De hecho, el balance de 2016 de la compañía propiedad de la familia Perez Companc había arrojado una ganancia de $3 millones. En este sentido, el año pasado Molinos dispuso una suba del 15% en los valores de sus marcas, mientras que sus gastos aumentaron 22% casi el mismo nivel que la inflación anual. También debió soportar la devaluación del peso frente a la moneda norteamericana con su deuda en dólares.
En cuanto a las ventas, tampoco logró mejorar la performance de 2016 generando un volumen muy similar el año pasado, lo que demuestra que el consumo de los argentinos sigue sin generar noticias positivas para las compañías. La excepción fue la comercialización de sus aceites, donde el mercado mostró un ajuste hacia el alza luego de que se liberaron los precios y se empezó a colocar el stock remanente.
Debido a las pérdidas que arrojan los estados financieros del año pasado, el directorio de Molinos propone someter a la Asamblea de Accionistas de la compañía la absorción del saldo negativo mediante la desafectación parcial por el mismo monto de la reserva para futuros dividendos que actualmente asciende a $1900 millones.
"La pérdida del ejercicio 2017 fue originada principalmente en dos factores como son los mayores costos no trasladados a precios en su totalidad y un resultado negativo por diferencia de cambio por la devaluación sobre la deuda financiera en dólares destinada a financiar capital de trabajo y programas de modernización productiva, logística y de sistemas", explicaron desde Molinos.
En este sentido, agregaron que los ingresos de la compañía dueña de marcas como Lucchetti, Mattarazo, Granja del Sol o Exquisita aumentaron 15% alcanzando $12.299 millones, mientras que los costos y gastos centrales se incrementaron en conjunto un 22% especialmente en el segmento de aceites.
"Este resultado compara con la ganancia de $3 millones del año anterior sin considerar el resultado neto de $451 millones obtenidos en 2016 por el Negocio de Graneles escindido en Molinos Agro S.A", complementan desde Molinos. En un entorno de restricción en el consumo de alimentos y vinos por segundo año consecutivo, Molinos priorizó su estrategia de largo plazo con el objetivo de proteger la accesibilidad de los consumidores a sus productos "logrando mantener su sólida participación de mercado en las principales categorías de Alimentos y Vinos Premium", agregan.
"La sociedad espera que su estrategia centrada en los consumidores, la innovación permanente, la fortaleza de sus marcas, el crecimiento de ocasiones de consumo y los programas de productividad y eficiencia que se vienen ejecutando deriven, en su conjunto, en una mejora paulatina de los resultados", remarcan.