Con dólar volátil y malas señales de precios, el mercado presiona al Central para no bajar tasas
El regreso formal a las actividades luego del feriado largo, traerá más incógnitas para la City.
Sucede que este miércoles el Banco Central será testigo de otra reunión de su mesa chica para definir el rumbo de las tasas de interés, actualmente en 27,25%.
Antes de la disparada del dólar por los temblores en los mercados internacionales, los operadores creían que Federico Sturzenegger iba a anunciar un nuevo recorte del costo del dinero en una reunión similar.
No esperaban una poda mayúscula, pero sí un descenso en torno a 25 o 50 puntos básicos.
Sin embargo, esa idea empezó a mermar luego de que el contexto internacional empeorara, algo que impactó en los precios de los activos argentinos y, principalmente, en el valor del dólar.
Esta última variable es muy relevante ya que otra reducción en las tasas podría presionar aun más al tipo de cambio, que se viene devaluando en línea con lo que ocurre en la región.
Bajar las tasas sería incentivar más la huida al dólar, en desmedro de los activos en pesos.
Y eso no pareciera ser el mejor camino cuando hay un "vuelo a la calidad" hacia los activos dolarizados.El "tranquilizador" mensaje oficial
Cabe destacar que billete mayorista recortó el viernes pasado su tendencia alcista solamente porque el Banco Nación -por pedido del Gobierno- salió a ponerle el pecho a la balas y vendió u$s400 millones.
Sin embargo, desde esferas oficiales tratan de quitarle dramatismo al tema tipo de cambio.
De hecho, el presidente de la entidad Javier González Fraga, negó que el movimiento que realizó la entidad en el mercado esté relacionado con algún intento de ponerle un freno a la suba.
González Fraga afirmó que "el Gobierno no está nervioso" con la suba del tipo de cambio y que "nadie quiere ponerle un techo".
"Si hay privados que quieren comprar los dólares al Gobierno, es una buena noticia. En lugar de que el Tesoro venda los dólares al Banco Central, que luego debe esterilizar los pesos emitiendo Lebacs, se los vende al mercado", recalcó.
Otra voz que intentó descomprimir el debate por el billete verde fue la de Luciano Cohan, subsecretario de Programación Macroeconómica, una de las espadas de Nicolás Dujovne en el Palacio de Hacienda, quien afirmó: "No me preocupa la velocidad de la suba".
Incluso, advirtió que no debería llamar la atención si "entre abril y mayo, cuando ingresen las divisas de la cosecha gruesa, vuelva a hablarse de atraso cambiario".
Cohan fue más allá al destacar que la actual paridad cercana a los $20, significa -en términos reales-, conservar la competitividad que la Argentina tenía hace un año.
Pese a la tranquilidad que intentan llevar desde el Gobierno, desde el Estudio EcoGo alertaron que una nueva baja en la tasa de interés de política monetaria podría ser interpretada como una señal de que existe un sendero gradual y prefijado de bajas, independientemente de la dinámica de la inflación en el corto plazo, lo que podría llevar al tipo de cambio a un nuevo techo.
El BCRA, ¿sin margen? En su última conferencia de prensa, Federico Sturzenegger había asegurado que la tasa de interés se encuentra, en términos reales, varios puntos por encima de los niveles de comienzos de 2017. Y que, por eso mismo, ahora tiene margen para abaratar el costo del dinero.
Es una definición que ha generado polémica entre los economistas. Algunos -sobre todo los más preocupados por el frente fiscal- han visto esa frase como una claudicación hacia el ala más política del macrismo.
En paralelo, además de todos los nubarrones que ya presenta el clima global, hay economistas que consideran que el Banco Central no tendría argumentos económicos para justificar una reducción adicional.
¿Con qué panorama de ernos se encontrarán al reunirse los seis miembros del Consejo de Política Monetaria? Entre las variables que más preocupan, figuran:
-Un aumento en las expectativas de inflación, que en el último REM arrojó un nivel de 19,4%, frente al 17,4% correspondiente al relevamiento de diciembre y al 16,6% de noviembre.
-La inflación de enero, según relevamiento de consultoras, no cedió: registró una suba de entre 1,7% y 1,9% (2% en alimentos y bebidas y salto en la "núcleo").
-Para febrero, el mercado estimaba -antes de la disparada del dólar- un IPC en torno al 2,2%. Pero ahora se empieza a recalcular la cifra, que ya está en torno al 2,5%
-De cara al primer cuatrimestre, en base a lo que esperan las consultoras, la inflación podría ser más de la mitad de la nueva meta oficial.
Para la consultora LCG, si el BCRA decide continuar relajando la política monetaria se enfrenta por lo menos a dos tensiones emparentadas:
-Por otro, reducir las tasas internas en un contexto de suba de tasas internacionales (la Reserva Federal y el Banco Central Europeo están en ese camino).
"Esto podría implicar una salida de capitales, mayor presión sobre el tipo de cambio y, consecuentemente, un impacto en la dinámica de los precios", alertaron dedsde la consultora.
¿Qué se espera para la "cumbre" de este miércoles? Con respecto a qué pálpito hay para la reunión de este miércoles, en la City afirmaron que en el mercado secundario no se produjeron correcciones significativas en las tasas, lo que podría anticipar que en esta próxima reunión el BCRA no realizará cambios significativos.
"Por otra parte, aun si el BCRA continuara flexibilizando la política monetaria, la dinámica actual del crédito y depósitos impondría un piso a los tipos de interés", destacaron desde LCG.
En tanto, desde el Banco Mariva afirmaron que todas las noticias que estuvieron llegando (aumentos de naftas y otros bienes y servicios durante este mes) refuerzan la idea de que el BCRA se moverá en forma muy gradual con las tasas.
Incluso, acotaron que la expectativa es que este miércoles, la entidad "la mantenga sin cambios".
Miguel Kiguel, director de Econviews, reconoció que, en este contexto, "es muy difícil saber qué va a hacer este Banco Central".
Y si bien destacó que la tasa se había ido demasiado arriba y que la corrección va por el camino acertado, dudó del timing: "Pienso que podría mantenerla pero dejaría pasar un tiempo para luego volver a bajarla".
El equipo de research del banco BBVA trazó un escenario en base al impacto que podría tener el desanclaje de las expectativas sobre las negociaciones salariales y las señales de un BCRA más preocupado por reactivar la economía que por controlar la inflación. En esa dirección, modificaron su previsión de aumento del IPC a 18,5% para 2018 y a 12,2% para 2019.
"Estimamos que el BCRA continuará reduciendo muy gradualmente la tasa de política monetaria, especialmente en el primer cuatrimestre de 2018 hasta alcanzar 21% a fin de año, dado que los datos de inflación no darán lugar al optimismo", señalaron.
En las mesas de dinero, el consenso es que el Central mantendrá las tasas este miércoles.
"La inflación viene muy mal este mes, y no pareciera que tenga margen. De hecho, creemos que no va a modificarlas en sus dos reuniones de febrero", vaticinaron desde una de las mesas más activas de la City.
Lo cierto es que esa presunción no contempla las presiones políticas que existen sobre el Central para reducir el costo del dinero.
Basta recordar que el Ministerio de Hacienda y la Jefatura de Gabinete ganaron la pulseada a finales del año pasado, al modificar las metas de inflación con el fin de que Sturzenegger avanzara con una reducción.
Todavía, en estos niveles, la tasa está "alta" según el Gobierno, que quiere llevarla al 21% o 22% para fin de año, si es que la marcha de los precios se lo permite.
En el Gobierno se entusiasman con el segundo semestre del año cuando, consideran, podrán mostrar una inflación a la baja después de que se hayan esfumado los incrementos de tarifas.
Esa es también la apuesta del Banco Central, cuyo directorio además cree que la dinámica salarial será clave para reencauzar las expectativas.
Sin embargo, por ahora, luce improbable que las negociaciones salariales estén en 15% cuando el mercado ya calcula un promedio del 20% para este año.
"El debilitamiento de la credibilidad del BCRA dificulta la convergencia de los acuerdos salariales y las expectativas al 15%, resultando en un aumento de las estimaciones de inflación a 19,4%, por encima del 17,4% previo al cambio de metas", aseveró BBVA.
Pero si la inflación (y las expectativas) se van mucho de la meta oficial, será cada vez más difícil que el Central pueda seguir con su plan de reducción.
En el último REM, el mercado vaticinó que la tasa de pases estará en 25,50% en mayo y que luego acelerará la baja hasta 21,75%.
Todas estas incertidumbres se empezarán a develar este miércoles: si el Central se espantará por el aumento de precios y frena, o si redobla la apuesta asumiendo que está perdida la batalla contra la inflación en 2018.