En la previa de la jornada por la unidad, un sector del peronismo les hace "guiños" a Cristina y a Moyano
El peronismo está buscando la forma de reconstruirse. Las señales son varias.
El jueves se realizará un "Encuentro por la Unidad" en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), que organizan referentes del kirchnerismo, massismo y randazzismo, tres espacios que cuatro meses atrás estaban enfrentados. El cónclave busca ser la punta de lanza de un proceso que lleve al reencuentro de las diversas facciones.
El evento en la sede de la UMET, ubicado en el centro porteño, busca ser el inicio de un proceso federal que lleve las jornadas por las distintas provincias. Entre los protagonistas del encuentro figuran Felipe Solá y Daniel Arroyo, por el Frente Renovador; Agustín Rossi, Daniel Filmus y Jorge Taiana por Unidad Ciudadana; y Fernando "Chino" Navarro y Alberto Fernández, por el Frente Cumplir. Justamente, el exjefe de Gabinete, contó que se reunió con Cristina después de casi 10 años y "saldaron cuentas".
En un claro mensaje a todo el peronismo, Fernández aseguró: "Tenemos que entender que con Cristina no alcanza, pero sin Cristina no se puede". Y añadió: "En 2019 si no estamos de acuerdo con un candidato, que las PASO lo resuelvan".
En una entrevista con la radio FM La Patriada, Fernández, quien trabajó como jefe de campaña de Florencio Randazzo en las legislativas del año pasado, dijo que tuvieron muchas coincidencias con CFK durante el encuentro que se concretó hace más de un mes. "Lo tome más como un reencuentro humano que político porque cada uno sigue pensando lo que piensa. Fue muy lindo, nos dijimos todo lo que nos teníamos que decir y saldamos muchas cuentas", contó sobre la reunión.
Fernández no fue el único que buscó limar asperezas para acercar posiciones con la actual senadora, que obtuvo 3,5 millones de votos en las últimas elecciones en la provincia de Buenos Aires y que a pesar de la derrota fue la candidata peronista con mayor cantidad de sufragios en todo el país. El otro dirigente que allanó el camino para un reencuentro fue Hugo Moyano, quien impulsa una movilización contra el gobierno de Mauricio Macri para el 21 de febrero.
"Llegó el momento de tratar de hacer lo que nos enseñó (Juan Domingo) Perón, a este país o lo arreglamos entre todos o no lo arregla nadie", sostuvo en declaraciones televisivas. Y afirmó: "Si Cristina (Kirchner) me dice: '¿Negro, por qué no te venís a tomar un café?, y bueno, si no lo tengo que pagar yo, voy...".
Las declaraciones del secretario general de Camioneros no son azarosas. Presionado por la Casa Rosada y una secuencia de denuncias judiciales, se lanzó a una protesta callejera. Pero muchos gremios poderosos de la CGT, considerados "dialoguistas" decidieron darle la espalda.
"'Los 'gordos' son oficialistas. Siempre hicieron lo mismo", no dudó en criticar Moyano a los dirigentes de los sindicatos de mayor peso que no se plegaron a la movilización por sus aceitados vínculos con el macrismo.
"Si el Gobierno lo alienta puede haber una fractura interna (en la CGT), cuando pasa eso es porque el gobierno se recuesta sobre un sector y el otro sector no se siente representado y se abre. Habría que hacer un esfuerzo para tratar de mantener lo que se tiene", sostuvo quien condujo la central obrera.
Una marcha más política que gremialCon los sindicatos más dialoguistas dándoles la espalda, los camioneros buscan acercarse al peronismo. Por caso, el PJ bonaerense, comandado por Gustavo Menéndez -y que cuenta con Pablo Moyano en la rama sindical-, adelantó que apoyará la protesta. A su vez, el peronismo en general no cuestionó la decisión del sindicalista, por el contrario coincide con el temario de la protesta. No es poca cosa. Se trata de un contrapeso al revés que Camioneros recibió de otros gremios, que dejaron al borde de la fractura a la CGT.
Los ferroviarios avisaron que no se sumarán a la movilización. "No vamos a participar de la marcha de Camioneros, es una convocatoria sectorial que luego se generalizó. Produjo el asentamiento de lo que es la diferencia" dentro del triunvirato, afirmó este miércoles, tajante, el secretario general de Unión Ferroviaria, Sergio Sasia.
En diálogo con Radio Continental, Sasia remarcó que "una marcha no soluciona el real problema que hay en algunos sectores del mundo del trabajo". "Tenemos que trabajar fuertemente para lograr la unidad de todo el arco sindical, tener una CGT fuerte, unida y tenemos que tener un factor convocante para esa unidad, dejar los personalismos y diferencias de lado, priorizar coincidencias y en ese sentido debatir un proyecto", señaló.
De esta manera, la movilización se queda sin otro gremio clave.
Ya rechazaron la convocatoria los trabajadores de transporte de la UTA, los "gordos" -gremios con mayor cantidad de afiliados como Sanidad, Aguas y Comercio- y los independientes de la construcción (UOCRA) y los estatales de UPCN.
Tampoco respaldaron la movilización las 62 organizaciones, el sector más macrista del sindicalismo, ni la UOM de Antonio Caló. "Los integrantes del secretariado nacional de la UOM, incluyendo al propio Caló, no están de acuerdo con la decisión de confrontar sin un previo debate interno en la central obrera con el gobierno nacional", informó el lunes el secretario de prensa del gremio, Emiliano Gallo.
Los Moyano habían conseguido la semana pasada el respaldo de las dos CTA -la de Pablo Micheli y la de Hugo Yasky- y el apoyo formal de la CGT con el aval del sector barrionuevista liderado por Carlos Acuña, pero Héctor Daer, representantes de "los gordos", les soltó la mano.
"No se puede aceptar que alguien tenga el capricho de adueñarse de la voluntad colectiva de la CGT", remarcó el líder de Sanidad , el viernes pasado.
"Nuestra posición es clara: no vamos a poner a la CGT al servicio de ningún gremio ni dirigente", completó.
Y luego remarcó: "Si la unidad no va más, habrá que convocar a un congreso cegetista y definir un nuevo consejo directivo".
El barrionuevista Carlos Acuña, líder del sindicato de expendedores, recogió el guante y lo cruzó: lo tildó de "carnero" por no participar de la marcha y aseguró que "defiende a la patronal".
"Se va solo o lo echan los trabajadores", amenazó dejando a la CGT absolutamente resquebrajada.
"Por respeto a los familiares de la tragedia de Once, la movilización será el 21 de febrero", sostuvo el secretario adjunto del gremio, Pablo Moyano, quien precisó que el punto de confluencia será Avenida 9 de Julio y Belgrano.
El anuncio fue realizado durante una reunión en la sede de la Federación de Camioneros, a la que también asistieron el líder de esa organización gremial, Hugo Moyano; y los secretarios generales de La Bancaria, Sergio Palazzo; y de la CTA de los Argentinos, Hugo Yasky.
Los familiares de las víctimas de la tragedia de Once rechazaban que el gremio de Camioneros organizase una protesta el 22 de febrero, el mismo día en que se cumplirán 6 años del siniestro ferroviario que terminó con la vida de 52 personas.
Durante el anuncio, el exsecretario general de la CGT aseguró que "los problemas que hoy tiene la Argentina los creó este Gobierno".
"Nos quieren presentar estas recetas económicas como si fueran nuevas, la solución a los problemas que creó este Gobierno. Porque los problemas que hoy tiene la Argentina los creó este Gobierno", manifestó.
En tanto, Pablo Moyano remarcó que "los protagonistas de las luchas y el cambio social son los trabajadores", ante lo cual subrayó que el "rol" de los sindicatos "es apoyarlos, acompañarlos".
Micheli no quiso ser menos: "En marzo tenemos que ir a un gran paro nacional. La primera de marzo nos vamos a reunir para analizar el 21 y ver si convocamos a un paro nacional", reclamó quien consideró que "cambiar la fecha habla de la madurez" de los convocantes.
A su vez, Yasky anticipó que la movilización del próximo 21 de febrero "va a ser la expresión de un descontento que crece todos los días".
De ese descontento busca nutrirse el peronismo para acercar posturas, limar asperezas y alcanzar la unidad.