Se profundiza la crisis de Winery: denuncian más de 100 despidos y falta de pago de salarios
La principal cadena de vinerías del país sigue sumando problemas. A la profunda crisis financiera que atraviesa y que la llevó a acumular una millonaria deuda con bancos y bodegas, ahora le suma el despido de más de 100 trabajadores, entre eventuales y estables. Los problemas de Winery, revelados por una nota de iProfesional y por otros medios de comunicación como el diario BAE Negocios, hasta se tornó viral en las redes sociales, donde varios de los despedidos informan sobre el estado actual de la situación.
De hecho, varios de ellos se comunicaron con iProfesional para comentar sus propios casos y anticipar que llevarán a cabo varias medidas de fuerza en defensa de sus puestos laborales y en reclamo del pago de salarios adeudados. Incluso, el depósito de Winery ubicado en la localidad bonaerense de Tigre, se encuentra tomado por trabajadores despedidos que impiden el ingreso y salida de los vehículos usados por la compañía como transporte de su mercadería.
También en el local ubicado en la esquina de la Avenida Corrientes y la calle 25 de Mayo, en pleno centro porteño, fue protagonista de una ruidosa protesta que llevaron a cabo otro grupo de despedidos. De hecho, la propia empresa admitió los despidos y que se encuentra en una problemática situación financiera mediante una carta enviada a los trabajadores que firma su apoderado Roberto Martín, con fecha del 29 de enero.
En la misiva, el abogado ofrece una negociación para llegar a un acuerdo en el pago de los salarios atrasados en varias cuotas. "La empresa se encuentra en una situación económica y financiera complicada, lo que le hace imposible cancelar los salarios del mes de diciembre de 2017 en un solo pago y que la única alternativa posible para hacerlo es mediante el pago en cuotas", admite Martín, en representación de los dueño de Winery.
En esa carta, propone pagos escalonados: abonar un 30% a la firma de un acta de acuerdo con el personal despedido, otro 30% el próximo 16 de febrero y el 40% el 28 de febrero. Informa que hará los pagos en las cuentas de haberes del personal. Pero para poder cumplir con esta particular forma de cancelar salarios, la empresa le reclama a sus trabajadores que liberen la ocupación que lleva a cabo en el depósito de Tigre, permita el ingreso y egreso de los vehículos "y personal destinado a la actividad propia de la empresa a fin de no afectar el normal desarrollo de las actividades".
Si bien el documento, al que accedió iProfesional, incluye una supuesta aceptación por parte de los trabajadores despedidos de esta propuesta de la compañía, no fue firmado por ninguno de los afectados y sólo posee la rúbrica de Martín. De hecho, varios despedidos adelantaron a este medio que no están de acuerdo con la propuesta y que avanzarán en la posibilidad de profundizar las propuestas, además de buscar asesoramiento legal. Incluso, el Partido Obrero y otros organismos políticos de izquierda como la CTEP, estarían a punto de utilizar sus estructuras de movilización en defensa de los puestos de trabajos perdido en Winery.
La empresa fue creada a comienzos de la década del 2000 por una parte de la familia Chmea, los mismos que fundaron Chemea, la cadena de venta de camisas baratas importadas de China. Y los despidos que se están dando a conocer ahora se suman a la millonaria deuda que la compañía busca renegociar con sus acreedores. En el mercado se asegura que el pasivo acumulado llega a los $650 millones y que las razones de semejante descalabro financiero se debe al mal manejo de las cuentas y de la operación que habrían hecho sus dueños.
En menor medida, también se vincula con los cambios de hábito de los consumidores, más proclives a las compras online y a las diferencias de precios que existen por una misma marca de vino entre los hipermercados, los súper chinos y los locales de Winery. La situación derivó en un cambio de manos en la principal marca de vinotecas de Buenos Aires, que fue desarrollada por tres de los hermanos Chmea pero que ahora tiene a dos de ellos afuera de la compañía y al otro como nuevo CEO y responsable de negociar ante los acreedores el abultado pasivo.
Se trata de Jaime Chmea, quien heredó parte de las empresas del llamado "Grupo Chemea", originalmente fundado por su padre, David Chmea. El caso incluso derivó en algunas causas penales cruzadas derivadas por graves conflictos de relación entre sí, pese a los lazos familiares que los une. Entre los principales acreedores se encuentran importantes bodegas como Catena Zapata, Peñaflor, Chandon y La Rural, entre otras. También a varios bancos, como el Itaú, por una gran cantidad de cheques rechazados. La primera propuesta que les habría hecho llegar a sus acreedores es la de renegociar una a una las deudas durante todo este año, con una fuerte quita y comenzar a pagar recién a partir del año próximo.