Dólar, tasa y crecimiento: las ocho razones por las que el Gobierno "se siente bien" tras ajustar las metas
"Si alguien piensa que estamos alterados o nerviosos, se equivoca. Cada paso que estamos dando ha sido analizado y consensuado".
"Es más, la reacción del mercado cambiario no solamente fue la esperada sino que era la que nosotros buscábamos".
Estas afirmaciones pertenecen a un funcionario de primer nivel y estrecho colaborador de Nicolás Dujovne que aceptó dialogar con iProfesional.
Más aun, es uno de los que quedó comandando el Ministerio de Hacienda mientras el ministro se tomó unos días de vacaciones en el Uruguay. El mismo lugar que disfrutaba un año atrás, cuando fue convocado por Mauricio Macri para ocupar la silla de Alfonso Prat Gay.
Corre el mes de enero y los pasillos del Palacio de Hacienda están poco transitados, pese a que los integrantes del equipo económico se toman vacaciones de manera intercalada.
Quienes se quedaron en Buenos Aires durante esta primera quincena del nuevo año monitorean las reacciones de los mercados tras los anuncios vinculados con la "recalibración" de las metas de inflación.
Además, intercambian información con otros ministerios, que "aportaron su cuota" al agitado contexto con los cambios tarifarios (Transporte y Energía). También, claro está, mantienen contactos frecuentes con el Banco Central.
El cierre de 2017 y el inicio del 2018 luce bastante alterado. Primero, por la repentina escalada del billete verde que, por definición, es lo que más nervioso pone a los argentinos. Luego, por los anuncios sobre los cambios en la meta inflacionarias y los aumentos en los precios del transporte.
"Estamos en presencia de un nuevo mix entre tres variables -dólar, tasas e inflación- que es mucho más sólido que el anterior", se explaya el funcionario.
"Este nuevo combo da como resultado tasas más bajas y tipo de cambio más alto. Fue lo buscado. Y te digo más: en estos niveles, el valor del dólar, lejos de incomodar, nos da mucha mayor tranquilidad", añade la fuente.
La primera definición del miembro del equipo económico refiere a que el billete verde encontró un nuevo precio de equilibrio, en torno a los $18,50/$19. Esto, en el marco de tasas de interés más bajas que representarán una mochila menos pesada para la actividad económica.
El análisis oficial prevé que la divisa estadounidense podría bajar algunos centavos producto de las mayores liquidaciones del sector agropecuario. Sucede que muchos productores mantenían parte de su stock retenido, a la espera de una cotización más ventajosa. A este factor se le suma la inminente cosecha del trigo.
"Vuelve el carry trade", admite el funcionario, en referencia a la "bicicleta" que arman los financistas: se desprenden de billetes verdes, compran Lebac (para aprovechar los intereses en pesos) y luego recompran más billetes verdes.
En su visión, es cierto que la corrección de las metas de inflación tira para abajo la tasa de interés en pesos, pero también es verdad que el dólar no tiene demasiado margen para subir, lo que aún les permite a inversores ganar con esa triangulación de monedas.
¿Y por qué al billete verde se le hace difícil trepar? Básicamente por el fuerte ingreso de divisas que trae el plan de endeudamiento oficial.
Este año, como en el anterior, habrá una "avalancha verde" a raíz de los dólares que el Gobierno sale a buscar y que luego deben ser cambiados por pesos para cubrir el rojo de las cuentas del Estado.
La segunda definición del funcionario que aceptó dialogar con este medio es bien clara: la inflación podría incluso superar la nueva meta anunciada. La estimación interna llega al 17% e, incluso, al 18% para este año. Sin embargo, esta situación en el Gobierno se asume sin grandes traumas.
"A nosotros no nos preocupan uno, dos o tres puntos más, ya que nos vamos a focalizar en el crecimiento de la economía. Ese es nuestro gran objetivo", desliza a iProfesional el funcionario de Hacienda.
La hoja de ruta actual lleva a la inevitable pregunta sobre el porqué no se admitió esta posibilidad al comunicar los anuncios. "Un perfil más conservador va a ayudar en las negociaciones paritarias", refrenda el funcionario.
En la visión oficial, ante la necesidad de reducir los subsidios y con la consecuente alza en las tarifas de los servicios públicos, el precio del dólar y los acuerdos por salarios pasaron a ser las nuevas "anclas inflacionarias".
"Si salimos a decir que la inflación puede ser de unos puntos más, los gremios van a ir por aumentos que llevarán hacia arriba a los demás precios de la economía", admite la fuente.
El propio Dujovne ya había aceptado un escenario similar durante la semana previa a los últimos anuncios. Fue cuando mencionó que "las negociaciones paritarias deberían cerrar en torno al 16,6%", en forma coincidente con la inflación prevista por los analistas.
Cada mes, el Banco Central releva las proyecciones de variables clave (dólar, inflación, PBI, tasas) de más de 50 bancos y consultoras. Y las plasma en un informe conocido como REM (Relevamiento de Expectativas de Mercado).
El último reporte, realizado antes de los anuncios oficiales, dio cuenta de que la suba de precios promedio esperada es del 17,4%. No lo dicen en público, pero lo cierto es que esa expectativa coincide con la que tienen en el equipo de Dujovne. Y un poco más también.
"La nueva meta es defendible. Podemos diferir en un par de puntos, pero será cuestión de que transcurra el año. La anterior, por ser tan baja era poco creíble", se explaya la fuente.
La apuesta por el crecimientoEn el Palacio de Hacienda no andan con vueltas. Admiten que, en medio de los ajustes tarifarios y del envión inflacionario, toda la atención está puesta en el crecimiento 2018.
En voz baja, y por ahora sólo off the record, en los despachos oficiales aceptan que será muy complicado cumplir con la meta de expansión del 3,5% consignada en el Presupuesto.
Varias de las principales consultoras de la City ya comenzaron a ajustar para abajo esa previsión. Una de ellas es Eco Go (ex Estudio Bein), que da cuenta de un alza del PBI de apenas 2,1% para este año. Esta revisión bajista se generalizará en las próximas semanas.
¿Qué dicen en el Palacio de Hacienda ante esas demostraciones de escepticismo en el mercado? El siguiente punteo sintetiza la visión oficial:
1.- "La nueva pauta inflacionaria y el reciente repunte del dólar le darán más oxígeno a la economía. Quitan del medio la sensación de atraso cambiario creciente y la idea de que nos encaminábamos hacia una burbuja"
2.- "Después de un primer trimestre áspero por las subas tarifarias, de ahí en más comenzaremos a recorrer una senda de crecimiento parecida a la del último semestre de 2017"
3.- "El contexto internacional juega a favor: Brasil y Europa muestran una recuperación interesante y esto quedará reflejado en nuestras cuentas externas"
4.- "Sin embargo, eso no significa que el déficit de cuenta corriente se revertirá fácilmente. Tardaremos varios años en lograr un superávit pero iremos camino a ello"
5.- "Mientras tanto, veremos una expansión de las inversiones locales y extranjeras: en el tercer trimestre crecieron al 13% anual y cerraron el año en torno al 17%/20%"
6.- "Los sectores que captarán más desembolsos serán los de energía, telecomunicaciones, combustibles y real estate"
7.- "Las decisiones de inversión no dependen de la tasa de las Lebac. Más bien, son sensibles a los tipos de interés de más largo plazo. Al riesgo país, que viene disminuyendo y se ubica en los niveles mínimos de los últimos diez años. Este es el proceso que apuntamos a consolidar"
8.- "Debemos ser pacientes. Sabemos que se necesita que lleguen dólares para inversiones en la economía real. Precisamente, todos estos cambios que ayudan al crecimiento del país, harán que sea más fácil recorrer el camino hacia una economía más sustentable"
El Gobierno sabe que el talón de Aquiles del modelo económico es la restricción externa. Concretamente, la acumulación del déficit de cuenta corriente, por el rojo comercial y la cada vez más pesada cuenta de los intereses de la deuda.
Por ese motivo, se focaliza en sostener el repunte del PBI. Es la única manera de tener convencidos a inversores extranjeros de que no es "mal negocio" financiar a la Argentina.
Ese es el partido que se juega en los despachos oficiales: el del crecimiento. Por eso en Casa Rosada se aceptó extender la filosofía del gradualismo a las metas inflacionarias.
La creencia de que un peso más devaluado y una política monetaria más expansiva contribuirán a ese escenario fue la que finalmente se impuso.
De todas maneras, en Hacienda no pierden de vista la recepción de la sociedad -sobre todo del área metropolitana- a todas las novedades.
Se sabe: la economía suele escaparle a la lógica del Excel y al análisis de escritorio. Se construye sobre expectativas. Y sobre ésas se trabajará, también, durante los próximos meses.
Sobre todo, hasta que los cierres de las paritarias permitan avizorar un futuro un poco menos brumoso.