Inversores le tienen fe: Amazon gana la confianza de Wall Street pese a sus escasas ganancias
Amazon es una bola de demolición. Ha llevado a la quiebra a librerías, ha paralizado las tiendas de ropa, ha sacudido la industria de los comestibles y ha convertido a los centros comerciales en ciudades fantasmas. Y hace todo eso mientras obtiene escasas ganancias.
Wall Street castigaría a casi cualquier otra compañía que operara de esa manera. Pero Amazon se sale con la suya porque los inversores creen en la visión de su presidente ejecutivo, Jeff Bezos, y en la capacidad para seguir creciendo.
"El dominio y el crecimiento de los ingresos lo han liberado de la molestia que soportan otras empresas: la rentabilidad", dijo Scott Galloway, profesor de la Escuela de Negocios Stern de la Universidad de Nueva York.
El año pasado, la empresa ganó u$s2.300 millones, a pesar de reportar casi u$s136.000 millones en ventas. Ese es un margen de ganancia muy ajustado de 1.7%.
Otros gigantes tecnológicos como Apple y Google operan con márgenes mucho más altos. Apple registró un margen de 21% el año pasado, mientras que Google estaba ligeramente por debajo de 22%.
El margen de beneficio de Amazon es incluso muy reducido para el sector minorista. El margen de Walmart fue de 3.1% y el de Target fue de 4.5% el año pasado.
Sin embargo, las acciones han subido casi 60% este año. La compañía vale cerca de u$s600.000 millones. Bezos es el hombre más rico del mundo, al superar los u$s100.000 millones en patrimonio neto el mes pasado.
Los inversores continúan recompensando la estrategia prospectiva sobre sus ganancias. Los accionistas están dispuestos a pagar 297 dólares por cada dólar de ganancias de Amazon. El promedio de las compañías del S&P 500 es menor a 24 dólares.
El modelo de negocio en expansión de Bezos no está diseñado considerando las ganancias a corto plazo. í‰l quiere ganar participación de mercado y aumentar las ventas, señaló el profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad de Columbia Kinshuk Jerath.
Una forma de hacer eso: ofrecer precios más bajos que los de la competencia.
Poco después de que Amazon adquiriera a Whole Foods por u$s13.700 millones en junio, la compañía recortó los precios, lo cual obligó a otras tiendas de abarrotes a reducir los precios para mantenerse competitivas.