¿Un "nuevo Moyano"?: al frente de los bancarios, Palazzo desafía a Macri y jaquea iniciativas clave
Pablo Moyano y Roberto Baradel ya no rankean al tope de la "lista negra" de sindicalistas que maneja el Gobierno.
Recientemente, Sergio Palazzo desbancó y pasó a convertirse en la amenaza número uno, tras hacerle frente a iniciativas clave para el macrismo.
Entre ellas la reforma a las jubilaciones del Banco Provincia (Bapro) y la intención oficial de fijar una pauta salarial no superior al 15%, que sirva de referencia para el resto de la economía en el 2018.
Las medidas lanzadas por el líder de la Asociación Bancaria hasta llegaron a interrumpir, días atrás, el servicio en todos los bancos del país durante las últimas dos horas de atención.
Fue para exigir la apertura de las paritarias en la actividad, en una actitud que contrasta con la parálisis de la CGT.
La central obrera está envuelta en una crisis interna tras su fallido paro en rechazo de la reforma previsional, y que deja en un segundo plano al camionero, concentrado en la gestión junto a su padre del club Independiente y en la resolución de la crisis en OCA.
Al igual que Moyano, el mendocino de cepa radical detenta su cuota de poder: lidera un gremio compacto, de salarios superiores a los $25.000 y con casi 110.000 afiliados.
Asimismo, encabeza la Corriente Federal de Trabajadores, bajo la cual se agrupan medio centenar de sindicatos vinculados al kirchnerismo y que, desde allí, presionan para catapultarlo como el futuro titular de la CGT.
La misma ambición que el camionero, hoy secretario gremial de la central obrera, con la diferencia que ahora Palazzo pasó a capitalizar el rol de sindicalista "duro".
La gobernadora María Eugenia Vidal fue testigo de su capacidad de daño. En una acción inédita, el bancario paralizó el BaPro por tres días para rechazar la ley sancionada por la legislatura bonaerense que eleva la edad jubilatoria de los empleados de 57 a 65 años.
La protesta fue de tal magnitud que, por primera vez en años, contó con la adhesión de la plana gerencial de la entidad encabezada por Juan Curuchet. Incluso, hubo que abastecer de urgencia cajeros en algunos municipios.
El sindicalista viene de rechazar la oferta salarial para el 2018. En su gremio estiman una inflación del 20% y exigen un bono a cuenta hasta marzo.
La paritaria bancaria esconde una puja de fondo: con el guiño oficial, las entidades exigen la introducción cláusulas de productividad, con la mira puesta en la jornada laboral, la incorporación de nuevas tecnologías y la reducción de sus plantillas en una de las actividades que más se modernizó en el último tiempo, de la mano de los cajeros automáticos y el homebanking.
Justamente, la "flexibilidad" fue clave para destrabar la negociación en el sector aéreo. Pero Palazzo se opone de manera tajante a modificar el convenio.
En respuesta a las medidas de fuerza, el Gobierno dictó dos conciliaciones obligatorias -una por la discusión salarial y la otra por el conflicto en el Bapro- y hasta amenazó con quitarle la personería al gremio.
"No tenemos sentimientos ni miedo, que hagan lo que tengan que hacer. Los bancarios trabajan con aire acondicionado, tienen sillas ergonómicas y se jubilan a larga edad. Mi abuelo, que es bancario, está sin hacer nada", explicaron desde el Ministerio de Trabajo encabezado por Jorge Triaca.RecalculandoEl conflicto en la Provincia encendió la alarma en el Gobierno.
El BaPro es clave en el esquema de poder de la gobernación, por estar en el podio de las entidades más grandes de todo el país, con 10.000 empleados, unas 400 sucursales y 1.200 cajeros.
Desde ese grifo fluye el dinero para abonar 1 millón de jubilaciones, una cifra similar de cuentas sueldo, 5,4 millones de cajas de ahorro y 12.000 cuentas abiertas con empresas. En resumen: es la llave financiera de la provincia más habitada de la Argentina.
A diferencia de la reforma previsional -sancionada sin cambios por el Congreso-, las fuertes protestas en territorio bonaerense forzaron la apertura de una mesa de negociación.
El objetivo de la Provincia es reducir un déficit de $5.000 millones en la caja, que atiende a 16.000 jubilados. Para ello, la ley:
- Eleva la edad de retiro a 65 en 10 años
- Reduce los haberes, al modificar el sistema de movilidad del 82% al 70% manteniendo los aportes entre el 14 y 19% (por encima del 11% del régimen común)
- Dispone el uso de las utilidades del propio banco para financiar las jubilaciones. Este punto es clave, ya que le permite a Vidal reducir los aportes al sistema previsional de la entidad y, a su vez, atar los haberes a la evolución de los resultados del Bapro.
La medida va en línea con la reforma previsional y con la orden de Cambiemos de armonizar las cajas provinciales con el régimen de la ANSES. Esto, a cambio de recursos para las provincias, entre ellas la de Buenos Aires, que recibirá $40.000 millones en compensación por el fondo del Conurbano.
"La reforma se hace porque el rojo en el banco se fue incrementando, pero en cualquier caso la ANSES es el último respaldo", explicó a este medio una autoridad del Bapro. En otras palabras, los fondos para pagar a jubilados, asignaciones familiares y AUH.
El temor de Palazzo es que el Banco Provincia se vuelva deficitario por tener que hacerse cargo de los haberes jubilatorios, una responsabilidad que la Constitución delega en el Estado.
"Van a desfinanciar al banco y esto afecta la calificación crediticia que elabora el Banco Central", advirtió a este medio el titular de la seccional La Plata de la entidad, Federico Bach.
A su vez, una performance menor en sus resultados podría restarle liquidez para otorgar créditos a baja tasa a chacareros inundados y a quienes no pueden acceder a la compra de la vivienda.
Desde diciembre, el banco dejó de otorgar el descuento del 50% para realizar compras en los supermercados en la tercera y cuarta semana de cada mes.
Ahora acotó la oferta a ciertos productos y redujo la rebaja a un 25%. La promo original, promovida con fuerza durante la campaña, contemplaba reintegros de hasta $1.500 con tarjetas de débito o crédito.
La medida apuntaba a estimular el consumo popular, pero en los hechos favoreció más a los sectores medios con ingresos suficientes para destinarlos a compras importantes a fin de mes, teniendo en cuenta que el reintegro se efectúa con 10 días de demora.
Además de su rol social, el BaPro es también un trampolín político. Esto Curuchet lo sabe muy bien.
Allí hicieron carrera Eduardo Amadeo y Martín Lousteau, quien en 2007 intentó modificar el régimen especial y terminó eyectado por Daniel Scioli.
Fue ese recuerdo -y no su decisión de darle quórum a la reforma jubilatoria- lo que llevó a algunos empleados bancarios a increpar al diputado cuando este caminaba cerca de una manifestación frente a la Casa de la Provincia, actitud rechazada por Palazzo.Un nuevo MoyanoLo cierto es que, sin Moyano al frente de los reclamos, ahora el líder bancario pasó a encabezar la oposición gremial a los cambios en materia laboral, previsional, tributaria y fiscal.
Su corriente tuvo un papel protagónico en la manifestación en el Congreso, en la que además de agrupaciones de izquierda y movimientos sociales participaron sectores de la CGT.
Entre ellos, seccionales de la Unión Obrera Metalúrgica, regionales de la central obrera, las dos CTA, el sindicato del Neumático, seccionales de Luz y Fuerza, trabajadores de prensa, telefónicos, ladrilleros y aceiteros.
En vistas del delicado clima reinante, los bancarios empezaron a cobrar un plus de 1% tras dispararse la cláusula gatillo incluida en la negociación paritaria.
El acuerdo prevé una compensación salarial por cada punto que supere la inflación medida por INDEC. La suba pactada fue del 19,5%, mientras que los precios acumularon una variación del 21% en noviembre.
En enero, a su vez, cobrarán otro extra, ya que se espera un incremento superior al 2% en el índice de Precios al Consumidor.
En cuanto a los salarios del 2018, el Ejecutivo cuenta a su favor con el acuerdo que acaba de cerrar la provincia de Córdoba con los estatales, a los que les otorgará un incremento del 11%.
Los bancarios son solo un eslabón de la hoja de ruta oficial. "Se van a dar todas las batallas", señalan cerca de Triaca. Las próximas tendrán como protagonistas a docentes, estatales y municipales.
El sector público ya inauguró la temporada de baja de contratos. Pero el Ejecutivo pretende además modificar los respectivos regímenes especiales de jubilación.
En las escuelas, el plan va acompañado de la reforma educativa, por la cual se apunta a cambiar el convenio colectivo, evaluar a los docentes y establecer un régimen pasantías gratuitas, más ambicioso que el proyecto de Empleo Joven bochado por el Congreso.
Este es un argumento más que tiene Palazzo para reforzar su alianza político sindical con Baradel.
Es que, por primera vez, el bancario tiene varios frentes abiertos: además de las dificultades para cerrar la paritaria y preservar su convenio, enfrenta la avanzada de Vidal en el BaPro, el banco con mayor cantidad de afiliados en la actividad.