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Los mapuches quieren que el volcán Laní­n sea un lugar sagrado: Parques Nacionales lo analiza y hay polémica

Operadores y guías turísticos se oponen a la medida porque cree que la comunidad podría restringir el paso a la cumbre y habrá nuevos conflictos
22/12/2017 - 14:57hs

La Confederación Mapuche de Neuquén (CMN) presentó un proyecto para que el volcán Laní­n sea declarado Espacio Sagrado Natural Mapuche.

La iniciativa aspira a que el macizo de 3.776 metros se convierta de modo oficial en un área destinada a rituales y actividades propias de la comunidad indí­gena, informó el diario Clarí­n.

La propuesta que la CMN ya hizo llegar a las autoridades de Parques Nacionales y al Instituto Nacional de Asuntos Indí­genas (INAI) ha provocado una fuerte polémica en la región puesto que algunos sectores -entre ellos los operadores y guí­as que promueven el ascenso a la cumbre- anticipan que la base del volcán podrí­a quedar restringida para los turistas que cada año deciden conocerlo.

El proyecto en discusión no implica que el volcán pase jurí­dicamente a manos de los mapuches aunque deja establecido que la montaña forma parte vital de la cosmovisión aborigen.

Para los mapuches el tema excede el planteo estrictamente turí­stico y comercial. Sus representantes aseguran al diario que el volcán posee una "fuerza" que asegura la continuidad de su cultura.

"El volcán es un espacio sagrado para el pueblo mapuche por la fuerza que genera. Mapuches de la Argentina y Chile hacemos ceremonias al pie del Laní­n", explica a Clarí­n, Relmu í‘anco una de las principales voceras de la Confederación Mapuche neuquina.

"Nos comprometemos con su fuerza y no queremos que se explote de la manera en que se hace actualmente. Ha perdido una de las más importantes que es la nieve", agrega í‘anco.

Ahora la APN y INAI deben analizar la cuestión. En Juní­n y San Martí­n de los Andes hay voces que temen que de concretarse el pedido, los mapuches puedan encontrar fundamentos para impedir el paso de turistas al área, poner condiciones y limitar los tours que se ofrecen al volcán.

"Estoy totalmente en desacuerdo. Otorgarle entidad de tierra sagrada es dar pie a futuros conflictos. Para nosotros la montaña es territorio nacional y no debe tener ningún limite. El que quiere subir que suba y disfrute de un paisaje hermoso", señaló Alfonso Gatica, reconocido guí­a de turismo de San Martí­n de los Andes.

El Parque Nacional Laní­n recibe cada año más de 100.000 visitantes, la mayorí­a de ellos cautivados por la geografí­a que contiene esta reserva natural.

El ascenso al volcán implica alrededor de 15 horas de trekking dividido en dos jornadas. Se lo considera un ascenso de complejidad media por lo que quienes se atreven deben estar en buen estado fí­sico, dicen los expertos.

El proyecto denominado "Laní­n-Patrimonio Biocultural Mapuche" tiene como segunda prioridad encontrar nuevas formas de explotación turí­stica del sector, pero bajo concepción y coordinación mapuche. La propuesta implica que personal especializado relate a los visitantes el sentido que tiene el volcán para los aborí­genes y de qué tratan las ceremonias realizadas.

Cada verano se desarrolla en su base el Pikañ Mawiza durante el cual participan alrededor de 400 indí­genas de Chile y la Argentina. Este año será entre el 10 y al 13 de enero y como es habitual se limita el tránsito de los turistas. Es plena temporada alta de verano y los operadores observan con enojo que un punto del parque permanezca cerrado durante tres jornadas completas.

El proyecto mapuche aspira también a la construcción de un área de gastronomí­a y actividades -como charlas y talleres-- en el marco de las cuales se pueda ampliar el conocimiento sobre la cultura ancestral mapuche.

En la actualidad el Parque Nacional Laní­n funciona bajo la figura de un "co manejo" entre las autoridades de Parques Nacionales y miembros de la comunidad mapuche. Hay sectores enteros bajo supervisión de los mapuches que cobran por los servicios prestados en los campings.

En los últimos 5 años los indí­genas han ocupado en diversas ocasiones las oficinas en San Martí­n y Juní­n de los Andes como protesta porque, argumentan, no se cumplen las expectativas de la Mesa Polí­tica de Comanejo.

En San Martí­n y Juní­n de los Andes abundan las crí­ticas a la administración que los aborí­genes hacen de sus áreas. Gente de turismo denuncia, por ejemplo, que una de la zonas más bellas del Parque Nacional Laní­n, el camping Tromen, a cargo de la Comunidad Chiquilihuin, se encuentra abandonado y no cumple con los servicios mí­nimos comprometidos.