El CEO de Alibaba anticipa revolución del comercio: el fin de los containers y el auge de encomiendas
Es un hombre de contextura pequeña y delgada. No habla fuerte, pero cuando lo hace, todo el auditorio se queda en silencio.
Es considerado uno de los grandes "gurúes" del e-commerce y con su plataforma Alibaba y sus diferentes subsidiarias, logró amasar una de las mayores fortunas de Asia, con unos u$s48.000 millones.
Su compañía, a su vez, ya tiene un valor de mercado cercano a los u$s460.000 millones. Se trata de Jack Ma, uno de los hombres más poderosos del mundo de los negocios a nivel mundial pero que todavía se define como un emprendedor.
Y no tiene planes de detenerse. Por el contrario, va por más: ahora, postula la revolución del comercio exterior, tal como lo dejó en claro en su nueva visita en Buenos Aires, para participar de la XI Conferencia Ministerial de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
"Las formalidades del comercio mundial van a cambiar. Y el canal electrónico es el futuro. Para mí no es una alternativa más, es la gran solución para las Pymes y para la globalización, que simplemente tiene que mejorar", afirmó al inicio de su charla, acompañado por el director de la OMC, Roberto Azevíªdo y por Richard Samans, miembro de la Junta Directiva del Foro Económico Mundial.
"Hasta ahora, eran las grandes empresas que iban hacia los consumidores con sus grandes contenedores. Ahora se vendrá un comercio con paquetes y encomiendas, de los consumidores a las empresas", disparó Ma.
Y para apoyar su visión de que las viejas estructuras ya están obsoletas y van a quedar superadas, tiró en la mesa las cifras que maneja su compañía y que son superiores a muchas naciones, gracias al e-commerce: "Nosotros ya generamos 33 millones de empleos y, en un solo día, hemos llegado a vender por u$s25.000 millones. Todo gracias a las pequeñas y medianas empresas que operan con nosotros".
En este sentido, Ma le planteó al director de la OMC que es necesario limitar las regulaciones al máximo, para que prosperen los negocios y se desarrolle la infraestructura tecnológica en todas las naciones (especialmente las que están en vías de desarrollo), de modo de crear un ecosistema favorable al comercio online.
"Creo que hay cosas que hay que reglamentar pero no ahora. En diez años quizás, básicamente porque recién ahí sabremos qué es lo que tenemos que regular", lanzó de manera provocadora el megamillonario hombre de negocios.
Acto seguido, contó una anécdota: "En el año 1994, cuando arrancó el fenómeno de Internet en China, recuerdo que un grupo de expertos se reunieron en Beijing para ver qué tipo de regulaciones se tenían que implementar para controlar la red. No sé de dónde venían esos expertos, porque más de 20 años después vemos que esos problemas que planteaban nunca existieron y los que sí salieron a la luz nunca se habían sido anticipados".
Por eso, consideró que "el mundo necesita más incentivos que limitaciones. Deberían pagarse menos impuestos si se utiliza el e-commerce".
En el único punto donde sí consideró que los gobiernos deben actuar con más vehemencia es en el control del mercado negro: "Se necesitan políticas para luchar contra los productos falsificados, porque hay mucha basura online. Y si no se trabaja contra estos delincuentes, entonces estaríamos enfrentando una catástrofe".
Sin embargo, Jack Ma no concibe un ecosistema de negocios como una zona virtual liberada. Por el contrario, el dueño de Alibaba se acercó a la OMC para lograr consensos y llegar a acuerdos con la mayor cantidad de países posible.
"La globalización debe mejorar y es la llave para impulsar y ayudar a las pequeñas empresas y a los emprendedores", afirmó.
Y anticipó lo que imagina en materia de comercio mundial: un Alibaba sin fronteras.
"La idea es contar con una plataforma internacional con la que todas las naciones puedan trabajar, con pagos globales", detalló, para luego agregar que "esto requiere de un diálogo entre el sector privado y el público, para que todos puedan participar. De hecho, al colaborar con la OMC esperamos que en los próximos diez años las Pymes y los países en desarrollo tengan más presencia en el comercio global".
Y esto, lejos de ser una expresión de deseos, es una incipiente realidad: en noviembre acaba de lanzar, unto con el gobierno de Malasia, la primera "zona económica de libre comercio digital", un ámbito especial creado especialmente para que operen pequeñas y medianas empresas, con trámites de exportación e importación simplificados y menores trabas burocráticas.
Esto, insistió Ma una vez más, ayudará a que "el comercio mundial se desarrolle no ya a partir del movimiento de grandes contenedores sino a través de simples paquetes y encomiendas".
Acto seguido, volvió a hacer hincapié en la necesidad de desregularizar el intercambio: "No deberíamos tener un libro enorme de normas. Debería alcanzar con tener dos páginas".
"Cuando los funcionarios de Malasia me pidieron concluir esta plataforma en tres meses, lo hicimos en tres meses. Aquí no se trata de elaborar primero las reglas sino de empezar a trabajar rápidamente", sostuvo.
Luego, intervino la representante de Malasia ante la OMC, quien afirmó que la administración de su país está avanzando para cambiar todas las normas y así facilitar el e-commerce como plataforma exportadora.
"Desde que pusimos en marcha esta zona franca especial, hemos visto cómo las pequeñas y medianas empresas salen a vender al mundo y logran ampliar su negocio, más allá de sus mercados tradicionales", apuntó.
Según la funcionaria, "esto les permitió bajar costos, porque reducen el número de intermediarios. El éxito ha sido fulminante. Los beneficios están ahí, en el comercio electrónico. Si más países participan de esta red, entonces el crecimiento será enorme a nivel mundial".
Frente a este pedido, el propio Ma aseguró que en breve estará lanzando nuevas zonas económicas de libre comercio digital en otros tres países.
Y afirmó que bastará poco tiempo para que este tipo de acuerdos revolucionen completamente el intercambio mundial de mercancías.
"Durante siglos, pocas compañías manejaban los flujos de bienes. Nosotros, en los últimos 18 años permitimos que cientos de miles de pequeñas y medianas empresas operen y hagan negocios. No teníamos infraestructura, ni políticas de incentivo y partiendo de cero. Hoy somos una de las empresas más grandes del mundo".
Por si quedaban dudas, el hombre pequeño que mueve millones, dejó un aviso que despertó algunas sonrisas en el auditorio, pero seguramente incomodó a sus dos compañeros de panel: "Soy un emprendedor y mi trabajo de toda la vida es promover el e-commerce. Si les gusta avanzamos. Si no les gusta, también avanzamos".