Moyano, robots y convenios: debate de la reforma laboral mostró una "grieta" en el foro de la UIA
Pese a la resistencia de los Moyano, la reforma laboral seguirá su curso y los convenios colectivos deberán introducir más cláusulas de productividad.
El Ministerio de Trabajo adelantó esos lineamientos ayer en la conferencia de la Unión Industrial Argentina (UIA), donde empresarios, funcionarios y sindicalistas plantearon un contrapunto sobre los robots y la flexibilización, en el que se reflejaron las diferencias sobre la vía para "modernizar" el ámbito del trabajo.
La postura del oficialismo quedó a cargo del secretario de Trabajo, Horacio Pitrau, quien desde el salón Blanco de Parque Norte ratificó el acuerdo alcanzado con la CGT hace dos semanas y minimizó la reacción de Pablo Moyano, secretario gremial de la central, en vísperas de la marcha que encabezará hoy a las 15 el camionero frente al Congreso junto a sectores duros del sindicalismo peronista, las CTA, movimientos K y la izquierda.
"Ya existe el consenso necesario para avanzar con la reforma laboral, hicimos como 10 reuniones con representantes de los trabajadores y nos pusimos de acuerdo en determinados puntos, que nos permitió llegar a una conclusión final, aunque quizás no esté todo el mundo del gremialismo de acuerdo", dijo el funcionario al ser consultado por Iprofesional ayer por la mañana en la segunda jornada de la conferencia anual de la UIA, que por la tarde cerró Mauricio Macri.
Pitrau, número dos del Ministerio de Trabajo, encabezó el equipo que junto al titular de la cartera laboral, Jorge Triaca, negoció durante casi una semana cambios al proyecto oficial con los abogados de la CGT, entre ellos "Huguito" Antonio Moyano, hijo del líder camionero. A pedido del técnico se excluyó en la versión final al transporte de carga de aquellos sectores en los que no se aplicará la responsabilidad solidaria entre la actividad principal y la secundaria.
Si bien el hombre de Triaca señaló que se logró "un nivel de consenso muy alto" con la central obrera, reconoció que "siempre hay algún pequeño punto donde surgen discordancias". En rigor, luego del desplante de Pablo Moyano, el letrado de la familia también sumó ruido la semana pasada cuando salió a desmentir que hubiese participado de la redacción de la iniciativa -como había asegurado Triaca- y rechazó en su totalidad el contenido del texto por considerarlo "perjudicial" para los trabajadores.
En una señal ambigua, la cúpula de Azopardo ratificó ayer su respaldo a los cambios laborales en su reunión de Consejo Directivo, pero rechazó la reforma previsional. El Gobierno apuesta a que el triunvirato y la mesa chica de la CGT neutralicen a Moyano, cuyo endurecimiento amenaza con canalizar un malestar mayor al exhibido hasta ahora por el sindicalismo y fracturar a la principal confederación de trabajadores del país.
"No se cerró ningún contacto (con el sector de Moyano) y está representado en la central obrera", señaló Pitrau.
Este miércoles concentrarán en las puertas del Congreso afiliados de sindicatos del moyanismo como Camioneros, Judiciales, Canillitas y Peajes; de la Corriente Federal de los Trabajadores, entre ellos Bancarios y Curtidores; de la CTA de los Trabajadores, como los docentes de Ctera y Suteba, e integrantes de organizaciones sociales como la CTEP y la CNCT, junto con la izquierda, representada por el Sindicato del Neumático, la línea Sarmiento de los ferroviarios y las comisiones internas de la Alimentación.
Robots, hamburguesas y convenios flexibles
Durante la conferencia de la UIA, el dos de Triaca fue enfático en la necesidad de "aggiornar" convenios colectivos, siguiendo el ejemplo de los petroleros de Vaca Muerta, el yacimiento hidrocarburfero donde el gremio encabezado por el senador Guillermo Pereyra aceptó el recorte de horas extra, la flexibilización de la jornada y la reducción de los equipos de trabajo, entre otros cambios, mediante una adenda (agregado) al convenio colectivo.
De ese modo, el funcionario levantó el guante que le arrojó minutos antes Abel Furlán, titular de la seccional Campana de la UOM, durante el panel sobre "innovación, educación, productividad e inclusión" realizado ayer por la mañana en Parque Norte. Allí el sindicalista y diputado por el Frente para la Victoria se distanció de la reforma laboral y los acuerdos alentados por el Gobierno en el sector petrolero y lechero para impulsar la productividad.
"No necesitamos flexibilizar los convenios para encontrar una alternativa a la crisis global por la caída del precio del petróleo. Hoy en Argentina se pone en debate si se modifica o no legislación laboral, si hay un objetivo en común, no hace falta quitarle derechos a los trabajadores", aseguró el sindicalista, con más de 38 años en la filial que negocia cara a cara con Tenaris-Siderca, la fabricante de tubos sin costura del grupo Techint.
La planta de Campana del mayor grupo industrial del país mantiene un esquema de suspensiones rotativas desde mayo de 2015, a raíz de la caída del precio del crudo que impactó en la actividad hidrocarburífera, la principal consumidora de los productos de Siderca. "Fue doloroso adoptar esa medida", admitió Furlán, quien a continuación llamó a encontrar soluciones "creativas" y negó que la competitividad pasara por la flexibilización laboral.
El metalúrgico aseguró que el convenio que data de 1975 no impidió la incorporación de tecnología y reconoció que lo que ocurre en la práctica difiere de los acuerdos sellados en la actividad metalúrgica.
"Hemos podido aggiornar la situación laboral a la realidad, es el plus que tenemos", añadió. Su gremio viene de acordar en Tierra del Fuego el congelamiento de los salarios por dos años para evitar despidos.
Pero Pitrau no se quedó atrás y reiteró la necesidad de introducir ítems "modernos" en los convenios para evitar un "tsunami de despidos" por el avance de la tecnología. En la misma línea se expresó Beliz, quien planteó la necesidad de profundizar las claúsulas de innovación y promover un contrato social tecnológico con inclusión social. Mientras que Oporto señaló que "no es suficiente con los programas de educación y capacitación".
El debate continuó en el panel siguiente sobre el "presente y futuro de los desafíos del desarrollo", a cargo del economista jefe de UIA Diego Coatz quien trazó un escenario optimista en el que los robots pueden complementar el trabajo humano, en lugar de destruirlo. Luego de mostrar videos en los que máquinas cocinaban hamburguesas en McDonalds o un almacén de Alibaba sin empleados, explicó que "detrás de esto hay diseño, customización y una industria del robot".
Fuera del escenario, no obstante, los empresarios condicionaron la creación del empleo a una mayor flexibilización. En diálogo con este medio, Luis Betnaza, vice de la UIA y ejecutivo de Techint, limitó el acuerdo en Siderca a "un caso puntual" y advirtió que "es difícil asegurar que sea aplicable a todos los sectores". En el sector automotriz, a su vez, el CEO de Fiat, Cristiano Ratazzi aseguró que "cuanto mayor flexibilización, tenés más trabajo nuevo".
Entre los hombres de negocios hubo elogios para la CGT "dialoguista". Una actitud que contrastó con la evaluación de Moyano, cuya embestida contra el paquete oficial de reformas es visto como un gesto de "oportunismo político". Entre otros frentes abiertos, la familia sindical busca resolver la crisis en OCA por una deuda de casi $4.000 millones con la AFIP. La situación de la principal empresa de correo privado del país mantiene en vilo a 7.000 choferes y al propio camionero, a quien muchos reputan como el verdadero propietario de la empresa.