El "Durán Barba de los fondos buitre" explica por qué demoran las inversiones
"Las empresas americanas están cansadas de las coimas. Por eso no invierten en la Argentina, porque falta seguridad jurídica y que se termine con la corrupción. Por esto no lo hacen a pesar de que haya muchas cosas que le gusten de la administración de Mauricio Macri. Pero siguen pasando cosas y hasta que no cambie eso, las inversiones no van a llegar".
La frase corre por cuenta de Kevin Ivers, Vice President de DCI Group, una importante firma de lobby y public affairs de Washington. La consultora de asuntos públicos que se especializa en lo que se denomina "manejo de crisis" es un nombre quizás no tan conocido para el público general pero resulta muy familiar por su vieja relación con la Argentina: DCI manejó la campaña y estrategia de comunicación de los llamados "fondos buitre" que litigaron contra el país por la deuda en default.
Ellos trabajaron para American Task Force Argentina (ATFA) que reunía como socio número uno a Paul Singer y su fondo Elliott Management.
Si bien no quieren ser conocidos como los "Durán Barba" de los holdouts, lo cierto es que la tarea de la consultora (que no fue la única en el denominado "Juicio del Siglo") fue articular el discurso que tenían los acreedores hacia los medios de comunicación y tratar de "influir".
"Fue una experiencia muy interesante. Y si bien éramos un equipo grande, teníamos que estar viendo segundo a segundo todo lo que se publicaba. Incluyendo el seguimiento constante de las cuentas de Facebook y Twitter de Cristina (Kirchner) o (Axel) Kicillof para poder responder. Fue agotador", explicó Ivers.
Según datos de la Embajada argentina en Washington, sobre información provista por el Congreso de Estados Unidos, entre en 2007 y 2015, Singer "gastó" más de u$s6 millones en lobby a través de varias firmas entre las que estaba DCI.
í‰sta última recibió entre esos años un total de u$s510.000 para distintas tareas de lobby, que fueron desde tratar de influenciar en 2009 en el Congreso de ese país por los bonistas estadounidenses, hasta llevar el caso de los buitres al Banco Mundial y BID. En promedio, sólo Elliott gastaba 80.000 dólares por año en esta firma para esa tarea específica, algo que se multiplicaba porque trabajaba con muchas más consultoras.
El ejecutivo, que tuvo un breve paso por Buenos Aires antes de volver hacia San Pablo, se reunió con iProfesional en un tradicional hotel de la zona de Retiro.
Durante la charla, Ivers dejó en claro la sensación que tienen ahora los inversores, empresarios y otros fondos con respecto a la era Macri. "El Gobierno tiene que hacer más si quiere atraer inversiones, eso es seguro", dispara.
¿Qué podría hacer? Fiel a su expertise de cómo se tiene que manejar la comunicación, dice que las detenciones de los ex funcionarios del kirchnerismo sirven como un empuje mediático a la idea de que la lucha contra la corrupción es una bandera de este Gobierno.
Pero, aclara, a los empresarios estadounidenses no les termina de cerrar los movimientos espasmódicos de la Justicia (que ahora se acordó de investigar y encarcela a todos), algo que bien puede ser considerado como una falta de reglas de juego.
Admite, no obstante, que "si Cristina (Kirchner) fuera presa, algunos empresarios sentirían ese empujón adicional para convencerse de que hay que invertir en la Argentina".
Pero tampoco alcanzaría. La visión de los hombres de negocios en Estados Unidos es que si bien Macri ha hecho cosas en el sentido correcto, quizás esté demasiado lejos aún de las reformas que finalmente permitan la "lluvia" de inversiones.
"Mis clientes miran esto de la Argentina: seguridad jurídica, saber que para hacer un negocio no tenés que pagar coimas, y demás. Y la verdad es que en ese sentido, el país no cambió. Todavía suceden cosas", dispara Ivers.
Adelanta que su firma está asesorando a distintos inversores de EEUU que se vieron involucrados (indirectamente) en hechos fraudulentos porque no sabían a quién le estaban prestando dinero.
Dice que es un error del Gobierno el no poner filtros a todos los que van a ofrecerles un "negocio" con la promesa de las inversiones.
"No pasa tanto a nivel central, pero en varias provincias necesitadas de fondos, hay muchas proyectos en donde aparecen personajes que están siendo investigados por estafas. Eso es lo que va a venir, van a salir a la luz estos casos", vaticina Ivers, que no adelantó el nombre de los personajes involucrados porque sigue trabajando en la estrategia de comunicación para darlo a la luz.
Para el VP de DCI Group, la Argentina tiene una oportunidad única. Los países de la región no están tan bien para atraer inversiones por sus conflictos políticos y el calendario de elecciones.
"Argentina va a contramano en eso y el tema electoral ya pasó. Para el inversor eso ya se despejó", consigna Ivers. Agrega que Brasil sigue con sus problemas y que Venezuela es uno de los destinos predilectos de los que buscan litigar por el inminente default de la deuda.
"No sé si está ahí Elliott", responde ante la consulta de iProfesional. Pero deja picando un dato: Jay Newman, quien fuera el brazo ejecutor de Paul Singer en Elliott (dejó de ser en enero de este año el número dos de la compañía para ostentar un puesto más relajado como consultor externo) y el contacto directo de Ivers en la causa fondos buitre "sigue muy interesado en la Argentina".
"Jay sigue observando a la Argentina y es un caso de estudio que le gusta mucho, si bien ahora está alejado del fondo, se mantiene muy informado con lo que pasa ", comenta.
¿Eso significa que volvieron a comprar deuda después de ganar el litigio? Respuesta que no supo dar Ivers pero que, se especula en el mercado, es un hecho ya que Elliott tiene muchos fondos, no sólo de aquellos que buscan países al borde la quiebra.