Tras marcha atrás con el vino, cámara de bebidas sin alcohol extrema lobby para reducir impuestos al sector
Primero fue el turno de los representantes del sector vitivinícola y el cervecero, que pusieron el grito en el cielo por el impuesto al vino y el champagne y lograron que el Gobierno revisara su postura. El jueves, la Casa Rosada decidió anular la tasa del 10% al 17% que había definido para ese rubro.
Este antecedente podría provocar un efecto en cadena. Es que no son pocos los que critican la reforma tributaria que propone el oficialismo.
En la tarde de este viernes representantes de las empresas nucleados en la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol (CADIBSA) mantendrán una nueva reunión con funcionarios del Gobierno con la "expectativa" de que finalmente se revea el impuesto a las bebidas azucaradas, tal como se hizo con los viñateros.
"Ante el reciente y sorpresivo anuncio de la eliminación del impuesto interno al vino, al champagne y a la cerveza, CADIBSA manifiesta su total desacuerdo y preocupación. La medida resulta absolutamente discriminatoria contra las economías regionales, para las cuales la industria de bebidas sin alcohol es un actor fundamental", sostuvo la entidad.
"Si el motivo real del incremento impositivo está basado en un tema de salud pública, ningún producto que contenga alcohol entre sus materias primas debería estar exento de este tributo, sin excepción", enfatizó CADIBSA, que pretende obtener el mismo trato que el sector vitivinícola.
Por eso apeló al Gobierno para que "defina reglas claras, equitativas y transparentes con todas las economías regionales y con el empleo".
Para el sector, "un incremento impositivo de esta naturaleza pondría en riesgo alrededor de 5 mil puestos de trabajo en toda la cadena de valor, desde el productor agropecuario hasta el pequeño comerciante".
En un comunicado, la cámara empresaria destacó que la industria de bebidas sin alcohol genera en Argentina más de 26.000 empleos directos y representa el 0,5% del PBI del país. Sus ventas, destacó, superan los $100 mil millones al año.
También, puntualizó que el 85% de las bebidas sin alcohol se vende en comercios de barrio, almacenes, autoservicios, quioscos y despensas y representan aproximadamente el 50% de sus ingresos.
"Por la elasticidad de la demanda que tiene el sector (0,91), un mayor impuesto significaría una merma en el consumo y eso representaría menores ingresos para miles de familias", enfatizó, dando por hecho que el impuesto sería trasladado al precio.
En este contexto, CADIBSA alertó que las bebidas sin alcohol en la Argentina "padecen actualmente la presión impositiva más alta de Latinoamérica y la tercera más alta entre los países de la OCDE, sólo por debajo de Hungría y Finlandia".
De cada $100 que se gastan en bebidas sin alcohol, $50 corresponden a impuestos, según la entidad.
Alerta rojaLas presiones contra el Gobierno para que revea la suba de tasas alcanzó ribetes impensados.
Coca Cola advirtió que podría frenar inversiones por u$s1.000 millones ante los nuevos tributos que busca imponer el presidente Mauricio Macri.
La empresa multinacional evalúa frenar inversiones por ese monto en la Argentina y dejar de comprar jugos a productores citrícolas por unos u$s250 millones ante los nuevos tributos que busca imponer el Gobierno.
La situación se desencadenó después de que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, anunciara que las bebidas con azúcar agregada tendrían que pagar una alícuota del 17% cuando se sancione la reforma tributaria que él enviará el lunes al Congreso.
Las empresas productoras de bebidas azucaradas entienden que próximamente habrá un brusco cambio en las reglas de juego, por lo que ya empezaron a rediseñar sus planes de negocios en la Argentina. Se espera un fuerte impacto en la producción frutícola.
Fuentes de la empresa Coca-Cola dijeron a NA que la firma evalúa dejar de comprar jugo concentrado en la Argentina.
La compañía había adquirido en 2016 jugo concentrado por unos u$s250 millones, de lo cual destinó el 80% a exportación.
Se trata de jugos de limón, manzana, naranja, peras, pomelo, uva y durazno que son producidos en las regiones del NOA, NEA y el Alto Valle de Río Negro, en la Patagonia.
Pero el rediseño de los negocios de la firma multinacional en la Argentina podría lleva a la paralización de las inversiones por unos u$s1.000 millones que ejecutivos de Coca Cola le habían anunciado al Presidente en 2016.
El propio Macri había anunciado esa inversión en el Foro de Davos.
Presión vitivinícolaSegún se difundió el jueves, el Gobierno decidió dar marcha atrás con su intención de gravar al vino y espumantes, mientras confirmó que la vitivinicultura seguirá exenta de pagar impuestos internos, lo cual fue celebrado en Mendoza y San Juan.
La decisión fue comunicada por el presidente Mauricio Macri en la reunión que mantuvo el jueves en la Casa Rosada con gobernadores y representantes de las provincias, tras su arribo desde los Estados Unidos.
La reunión de Macri y sus ministros con los gobernadores fue desarrollada en el salón Eva Perón durante una hora tras las fuertes críticas por parte de los mandatarios provinciales, quienes habían considerado "inadmisible" la aplicación de impuestos internos a bebidas alcohólicas.
El proyecto de reforma tributaria impulsado por la administración de Macri proponía elevar las alícuotas en las bebidas espumosas y champaña de 0% a 17%; mientras que en vinos y sidras pretendía aumentar de 0% a 10%.
Los gobernadores de Mendoza, Alfredo Cornejo, y de San Juan, Sergio Uñac, habían pedido de manera insistente al Gobierno que no gravara el vino, dado que eso podría afectar de manera contundente a las economías regionales de sus provincias.
Al finalizar el encuentro, Cornejo -aliado político del Gobierno- dijo: "Acabo de tener una reunión con el Presidente y me ha confirmado que el impuesto al vino no va al Congreso, así que queda en cero".