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Se firma otro capí­tulo de la reforma laboral: industria láctea flexibiliza convenio y congela paritaria

El acuerdo se firma el lunes en el Ministerio de Trabajo, con cambios en las horas extra, el presentismo y tareas. La puja, detrás del convenio
30/10/2017 - 12:19hs
Se firma otro capí­tulo de la reforma laboral: industria láctea flexibiliza convenio y congela paritaria

El Gobierno se anotará este lunes un nuevo punto en su estrategia de sellar acuerdos sectoriales para flexibilizar las condiciones de trabajo. Ese es el objetivo del nuevo convenio laboral que firmará la industria láctea en el Ministerio de Trabajo, como parte de un entendimiento más amplio que incluyó la reducción de aportes sindicales y el congelamiento de las paritarias.

Los cambios en el sector lechero se formalizarán en paralelo al paquete de reformas - entre ellas la laboral- que anunció Mauricio Macri este lunes rodeado de empresarios, gobernadores y sindicalistas, como paso previo para avanzar con sus proyectos en el Congreso y neutralizar cualquier atisbo de resistencia de la oposición.

En vistas del crecimiento electoral de Cambiemos, buena parte de la cúpula de la CGT terminó de alinearse con el objetivo oficial de bajar los costos de las empresas para destrabar inversiones. En los últimos meses, tal como lo reveló iProfesional, varios gremios avanzaron en cambios silenciosos en sus actividades con la incorporación del pago por objetivos, la sustitución de empleos por tecnologí­a y la quita de horas extras, como se acordó en Vaca Muerta.

En el rubro lácteo, el nuevo convenio premia la asistencia "perfecta y efectiva" con un adicional del 20% del básico, mientras que por la primera falta en el mes o llegada tarde de más de 25 minutos, el trabajador percibe el 50% el premio (antes se descontaba a partir del minuto 1); por la segunda ausencia o llegada tarde después de los 25 minutos, el 33%; y por más de dos ausencias o llegadas tardes de más de 35 minutos, pierde la totalidad del premio.

Además se crea la figura del "franquero", una modalidad de trabajo a tiempo parcial que las empresas podrán utilizar solo durante los fines de semana y feriados, para evitar el pago de las horas extra de convenio, que representan un 150% más que las horas normales. También se extiende a seis meses el perí­odo mí­nimo para que un empleado suba de la categorí­a A a la B, y se autorizan las tareas múltiples siempre y cuando no sean una forma de disciplinamiento.

Todas estas modificaciones serán formalizadas el lunes en la sede de Alem de la cartera laboral, encabezada por su titular, Jorge Triaca; el de Agroindustria, Ricardo Buryaile; y el de Producción, Francisco Cabrera. Mientras que por la actividad participó el lí­der del gremio lechero Atilra, Héctor Ponce, el presidente de la Cámara de la Industria Láctea, Miguel Paulón, y el de la asociación pyme Apymel, Pablo Villano.

Los funcionarios celebran el arreglo por considerarlo un avance en la "flexibilización" laboral, una palabra que hasta hace poco habí­a sido borrada del lenguaje polí­ticamente correcto de Cambiemos.

En rigor, se trata de la renovación de un convenio que data de 1988: los petroleros de Vaca Muerta introdujeron en marzo una adenda exclusiva para el yacimiento no convencional, pero sin alterar el marco laboral de toda la actividad.

En este caso no será la última modificación. En los despachos oficiales ya se entusiasman con sumar luego otras cláusulas laborales que reduzcan los costos de las empresas, en particular la disminución del valor de las horas extra.

"Hací­a 30 años que no se abrí­a discusión de un convenio colectivo, eso significa que no es lo último, sino que se abre para los próximos años", festejó el subsecretario de Lecherí­a, Alejandro Sammartino, al ser consultado por iProfesional.

Los empresarios también ven el acuerdo como un primer paso para implementar futuros cambios. "Hay muchas cosas para seguir, como impuestos, costo laboral, evasión e infraestructura", sostuvo Paulón.

En el gremio, en cambio, son excépticos: creen que la productividad depende de la incorporación de tecnologí­a y que el sector seguirá endeudado. Ese es el caso de Sancor, Mastellone y miles de tamberos.

Concesiones

El acuerdo es el resultado de más de 10 meses de tires y aflojes, en los que el Gobierno aprovechó la caí­da de la actividad y la baja del consumo para introducir criterios de productividad en la industria, con foco en la reestructuración de SanCor.

Así­, las autoridades se comprometieron de palabra a completar el financiamiento a la cooperativa con el desembolso de $250 millones, a cambio de que el sindicato resignara beneficios, incluidos los del convenio. 

Desde principio de año, la fabricante de lácteos atraviesa la situación más crí­tica de su historia, que implicó el cierre de 4 de sus 16 plantas, la parálisis durante un mes y un plan de retiros voluntarios que achicó su dotación en un 20%, por lo que hoy emplea a 3.600 trabajadores. La crisis derivó en fuertes cruces entre el gobierno nacional, la alianza socialista-radical que gobierna Santa Fe y el gremio, que en mayo lanzó una huelga general.

En aquella ocasión, el Presidente apuntó en un discurso contra el sindicato y su dirigencia a la que responsabilizó por hacer "inviable" la industria lechera por los supuestos sobrecostos que implicaban los aportes extra acordados con las cámaras privadas para la obra social. La tensión bajó luego con un acuerdo el 5 de mayo pasado en el que el gremio aceptó reducir las contribuciones privadas al sindicato y condonar a las pyme una deuda por ese concepto de $700 millones.

El clima de conflictividad, sin embargo, retornó en plena campaña cuando los trabajadores de la planta de General Rodrí­guez de Mastellone (La Serení­sima) recibieron el 29 de septiembre pasado a la gobernadora Marí­a Eugenia Vidal y a Mauricio Macri con carteles y pintadas, que rezaban "Vidal mala leche" y "Macri-Vidal vende patria". La movida fue impulsada por la seccional que encabeza Heber Rí­os, alineada con Unidad Ciudadana y la misma que el 3 de octubre votó en minorí­a en contra de la flexibilización de convenio y dejó al descubierto una interna con la conducción nacional.

Del lado del Ejecutivo, la intervención simúltanea de tres carteras también reflejó diferencias a la hora de encarar las negociaciones con el gremio. "El Gobierno entendió que no somos patoteros ni mafiosos, sobre todo Agroindustria y Producción, mientras que Trabajo fue más duro", reconocieron desde Atilra. 

Durante las tratativas, otro punto clave fueron los salarios de convenio. El sector acordó el año pasado una suba del 40,9%, dividida en un tramo del 26,1% en octubre y otro del 13,9% en enero que terminó de pagarse en abril de este año y llevó el piso salarial bruto a $22.000. Desde entonces las paritarias quedaron congeladas, una situación que se extenderí­a hasta fin de año ya que las negociaciones comenzaran recién en noviembre.

Ahora, los tamberos de SanCor esperan que todas estas concesiones faciliten la llegada de inversiones de la neofinlandesa Fonterra.