El vino argentino vuelve a recibir dólares y bodegas activan millonarios proyectos de inversión
La foto actual no luce alentadora. Pero todos en la industria vitivinícola están atentos a la película que se viene.
La expectativa que hay en este sector clave en provincias como Mendoza, San Juan y Neuquén, es que se viene un cambio de tendencia.
Sin esperar necesariamente un boom de ventas ni un salto de las exportaciones, los bodegueros apuestan a una paulatina recuperación del negocio.
La perspectiva de una consolidación del poder adquisitivo, con salarios que sigan corriendo por encima de la inflación, es una variable clave a la hora de proyectar la recuperación del consumo de vinos en el mercado interno, que en los últimos años se movieron en caída.
En base a las cifras acumuladas hasta septiembre, se espera que en 2017 se comercialicen en el mercado interno 896 millones de litros, unos 47 millones menos que durante el año previo.
Las exportaciones, en tanto, sumaron hasta agosto 151 millones de litros, un 12% menos que en igual período de 2016, mientras que en términos de facturación prácticamente quedaron empatadas.
Así y todo, la industria vitivinícola está siendo protagonista de un "goteo" de inversiones, luego de un largo período de escasez de anuncios.
Lo interesante de esta tendencia es la diversidad: hay movimientos en cuanto a fusiones y adquisiciones, apertura de nuevas bodegas, empresas que compran maquinaria y hasta desembolsos para sumar más hectáreas con viñedos.
"Efectivamente, desde fines del año pasado empezó a haber mucho más movimiento en el sector. Hay compañías que están volviendo a apostar por la compra de `fierros` o que deciden adquirir más hectáreas. Esto es muy positivo para la industria", aseguró a iProfesional Alberto Arizu, director comercial de la bodega Familia Arizu (propietaria de la marca Luigi Bosca) y también presidente de Wines of Argentina.
En tanto, Javier Merino, asesor de la División Vinos del Banco Supervielle, confirmó que "hay mucho movimiento, especialmente de bodegas grandes, que tienen cuatro o cinco carpetas en estudio para adquirir empresas medianas o chicas".
"Están buscando marcas ya establecidas, para desembarcar con una estructura armada", añadió.
Pero, según el experto, los movimientos no se limitan sólo a casos de M&A.
Merino aseguró que "están empezando a llegar consultas de fondos de inversión del exterior, en busca de oportunidades, apostando por el negocio inmobiliario, dado que todavía es posible adquirir tierras en Luján de Cuyo o Valle de Uco, en Mendoza, a valores que internacionalmente son atractivos".
En busca del equilibrio Según un informe de la División Vinos del Banco Supervielle, uno de los efectos más negativos que provocó el atraso cambiario, el aumento del costo de capital y las elevadas tasas de interés que debían convalidarse en épocas en que la Argentina se veía acosada por los fondos buitre, fue la desinversión.
De acuerdo con la entidad, entre 2010 y 2015 los activos totales de la industria cayeron casi 20% medidos en moneda constante, mientras que el descenso de los activos fijos fue incluso mayor: 33%.
"Es decir que la industria, en esos cinco años, pasó a tener un tercio menos de capacidad competitiva desde el lado de la inversión en viñedos, maquinarias y otros bienes de uso", señala el informe.
Frente a este cuadro, Arizu coincidió en señalar que "venimos de un largo período en el que no sólo se habían paralizado proyectos, sino que se desinvirtió muchísimo. Ahora, gracias a que también bajó el costo de capital, se están recuperando poco a poco los niveles de desembolsos".
En tanto, Merino afirmó que "el sector venía tan desinvertido, que toda inyección de capital que se haga en estos momentos comienza a rendir muy rápido, incluso en términos de market share".
Según el experto, el negocio de las bodegas hoy está entregando una rentabilidad en dólares del 13% antes de impuestos, amortizaciones y pago de intereses de deuda.
"Es un nivel que está, como mínimo, unos cuatro puntos por debajo del promedio de los principales países productores, pero hay dos cuestiones positivas: los activos todavía están muy subvaluados, por lo que son atractivos para inversores del exterior, y la proyección que hacemos es que este nivel de retorno tenderá a mejorar bastante en el mediano plazo", apuntó Merino.
Los que marcan la canchaEn los últimos días, el sector fue noticia cuando se confirmó que el conductor Marcelo Tinelli relanzó su proyecto de Real Estate y vinos en Mendoza, al que rebautizó como Dragonback Estate.
El emprendimiento, que conjuga viñedos, una futura bodega boutique y una villa de lujo, demandará una inversión total de u$s20 millones.
La novedad es que Tinelli se asoció con el hermano de la primera dama, Daniel Awada.
El proyecto –del que también participa Roberto Marinho, dueño de la poderosa Red O`Globo en Brasil- contempla la construcción de una planta con capacidad para producir 1,5 millón de litros de vino y la cobertura de más de 800 hectáreas con variedades de uva premium. De ese total, 350 hectáreas ya están implantadas.
"Pasada la turbulencia económica, hoy nos sentimos más confortables y con margen para encarar la segunda etapa", explicaron desde la compañía.
Otra empresa que viene de realizar un fuerte desembolso es Trivento, que estará inyectando un total de $75 millones en Mendoza.
La bodega, perteneciente al grupo chileno Concha y Toro, adquirió una finca en la zona de Agrelo, Luján de Cuyo, de más 230 hectáreas, que le permitirá abastecer un aumento en la producción.
"Las perspectivas del negocio de Trivento siguen focalizadas en afianzar el segmento de vinos de alta gama. Para ello es fundamental seguir invirtiendo en activos fijos. El 50% de la inversión será destinada al área agrícola para la plantación de 100 hectáreas de la finca recientemente adquirida en Agrelo. Mientras que el 34% se designará a ampliar la capacidad de guarda de vino y para equipamiento tecnológico de laboratorio y bodega", indicaron desde la compañía.
En paralelo, hace pocos días se inauguró una importante bodega en Salta, en pleno corazón de los Valles Calchaquíes.
Se trata de Estancia los Cardones, comandada enológicamente por Alejandro Sejanovich, en sociedad con el estadounidense Jeff Mausbach y la familia salteña Saavedra.
Cuentan con una finca de 25 hectáreas y una bodega de última generación con capacidad para 150.000 litros.
El proyecto, que ya está alumbrando vinos salteños de alta gama, demandó una inversión cercana a los u$s2 millones.
En la Patagonia, Humberto Canale acaba de adquirir una nueva finca, de 125 hectáreas. Cerca de un 35% será destinada a vides, mientras que otra porción tendrá como finalidad cultivar frutas.
"En la actualidad tenemos unas 145 hectáreas con viñedos. Por eso, gracias a esta adquisición, en el corto plazo estaremos sumando un 30% más", afirmó Guillermo Barzi, presidente de la bodega.
En la actualidad, Humberto Canale produce entre 1,7 y 2 millones de botellas anuales. El objetivo es ampliar la producción, pero con foco en los consumidores internacionales.
En paralelo, la marca Cuarto Dominio, que hasta ahora estaba orientada completamente a los mercados externos, desembarcó en la Argentina, anunciando una inversión de más de $10 millones para la construcción de una bodega en Mendoza.
La empresa, dirigida por los socios Andrés Blanchard y Javier Catena, trazó un plan de negocios que contempla duplicar la producción en el corto plazo, desde las 200.000 botellas que elaboran en la actualidad.
Si bien los vinos de alta gama de Cuarto Dominio se elaboran con viñedos propios del Valle de Uco, el establecimiento con capacidad para 300.000 litros se levantará en Agrelo, Luján de Cuyo, en una finca propia de 2,5 hectáreas.
En tanto, un gigante vitivinícola de Brasil, Casa Valduga, especializada en espumantes, también acaba de anunciar sus planes para desembarcar con bodega propia en Mendoza, luego de que el proyecto naufragara en 2012, en pleno cepo cambiario.
En el marco de una reciente gira de funcionarios mendocinos que viajaron a Porto Alegre en busca de inversiones, los propietarios del establecimiento adelantaron que ya están buscando un establecimiento para desarrollar vinos, con foco en el Malbec, y luego exportarlos al mercado brasileño.
En el campo de las fusiones y adquisiciones, la familia Vicentín, vinculada con los agronegocios, pateó el tablero hace unos meses con la compra del 100% de la bodega Sottano, ubicada en Luján de Cuyo, por la que pagó u$s10 millones.
Luego, adquirió la unidad vitivinícola de familia Cartellone, que operaba bajo la denominación Viñas Argentinas, en la provincia de San Juan y que era dueña de un establecimiento con capacidad para elaborar 1,8 millones de litros.
En tanto, la bodega de San Rafael Casa Bianchi, una de las más importantes del país, cerró la compra de una bodega en Valle de Uco (Benvenuto de la Serna) donde, tras ponerla a punto, comenzaron a elaborar nuevos vinos de alta gama.
En este contexto, Merino adelantó que "en lo que resta del año se seguirá viendo mucho movimiento y más anuncios", algo que consideró "lógico", luego de un largo período sin grandes novedades en materia de inversiones.
También en insumosAdemás de los anuncios de nuevas bodegas y compra de fincas, se observa movimiento por el lado de los proveedores de insumos.
Tal es el caso de Vinventions, la compañía líder a nivel mundial en la producción de tapones alternativos al corcho.
En diálogo con iProfesional, Andrés Belinsky, gerente de la subsidiaria de la empresa en la Argentina, adelantó que "este año estamos completando una inversión de u$s300.000 y para 2018 sumaremos u$s1 millón más".
El objetivo es incorporar nueva maquinaria a su planta que posee en San Juan para abastecer el mercado interno y, además, triplicar los actuales niveles de exportación hacia mercados como Chile, Uruguay y Brasil.
"Este año estaremos llegando a 220 millones de tapones en la Argentina y el objetivo es pasar a 285 millones en 2018, lo que implicaría un crecimiento del 30%", planteó el directivo, quien destacó que la novedad es que, en breve, la totalidad de los tapones para vinos serán ecológicos, derivados de la caña de azúcar.
Además, en los últimos días se anunció que el Grupo Sylvain, el quinto mayor fabricante de barricas y toneles del mundo, por primera vez tendrá una representación exclusiva en la Argentina, apostando al crecimiento que esperan de la demanda, tal como sucede con buena parte de las empresas vinculadas con el negocio de la bebida nacional.