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Reforma laboral sortea obstáculos: Macri ya unifica agenda con la CGT y los empresarios

Reforma laboral sortea obstáculos: Macri ya unifica agenda con la CGT y los empresarios
03/10/2017 - 10:47hs

El Gobierno apuesta a sumar este martes dos respaldos contundentes a su agenda laboral para después de las elecciones. Uno de ellos provendrá del demorado confederal que realizará la central sindical CGT en la sede de La Fraternidad, donde la cúpula oficializará la "tregua" con el Poder Ejecutivo.

El cambio de clima se puede palpar en el ambiente: "Se inició un camino del diálogo con el Gobierno, una instancia positiva ya que no solo se resuelven las cosas con confrontación", señaló a iProfesional el titular de Unión de Docentes de Argentina (UDA) y secretario de polí­tica educativas de la central obrera, Sergio Romero.

En tanto, el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, apuntalará otra base de apoyo en la reunión que mantendrá en paralelo a la del sindicalismo con el comité ejecutivo de la Unión Industrial Argentina (UIA). Allí­ buscará llevarse el guiño del sector empresario para el proyecto de blanqueo laboral y pasantí­as.

Eso en principio no serí­a difí­cil. En los pasillos de la entidad, los industriales repiten casi al dedillo el sendero trazado por la Casa Rosada en materia laboral: "Agendas sectoriales, nada de reformas macro y discutir productividad".

Aun así­, se pedirán mayores precisiones respecto de los cambios en carpeta: "Vamos a preguntar cuál es la idea del Gobierno para bajar los costos no salariales de la mano de obra y sobre la Ley de Blanqueo Laboral", adelantó Jorge Sorabilla, miembro del comité ejecutivo de la central fabril.

El proyecto oficial apunta a condonar las multas a las empresas que tienen empleados no registrados, entre ellas muchas Pyme, para que regularicen su situación. Una propuesta similar al blanqueo impositivo y que cuenta con apoyo de la UIA.Paro suspendido y cambio de agenda

El objetivo de las gestiones a dos puntas encabezadas por Triaca es unificar las iniciativas del macrismo para avanzar en una reforma laboral por una senda diferente a la de Brasil, que habilitó la negociación individual, la flexibilización de contratos y la extensión de la jornada laboral.

"Estamos trabajando tanto con los dirigentes gremiales como con los del sector empresario", confirmaron cerca de Triaca.

Esa fue la prenda de negociación que acordó el funcionario con la mesa chica de la central obrera, a cambio de que los sindicalistas depusieran el paro previsto para antes de las elecciones, una resolución que será formalizada este martes en el cónclave sindical.

Solo el sector del lí­der camionero Pablo Moyano y la corriente liderada por el bancario Sergio Palazzo proponí­an hasta hace poco lanzar un paro.

"Quiero una CGT en la calle, una CGT combativa", precisó el dirigente camionero Pablo Moyano en las últimas horas. Pero esa postura no refleja la posición mayoritaria.

Mientras tanto, el escenario postelectoral es aún incierto. La intención de Mauricio Macri es que los gremios se avengan a modificar los convenios colectivos y moderar las negociaciones salariales de cara al 2018, con una pauta que oscilará entre el 12 y el 16%, a tono con lo que el Gobierno proyecta que sea el nivel inflacionario.

Pero en el sindicalismo no hay acuerdo. El abanico contempla desde los petroleros de Vaca Muerta, que aceptaron resignar beneficios, hasta aquellos que ponen reparos y los más duros que, directamente, rechazan avalar en una "flexibilización laboral". El acuerdo previsto con los petroleros de Chubut, por caso, no prosperó.

"El Gobierno tiene razón, los convenios son por sector y nosotros vamos a tener que discutirlo, pero no puede haber cambios sin acuerdo de las dos partes", matizó Omar Maturano, el lí­der de La Fraternidad, que este martes oficiará de anfitrión del confederal.Mientras tanto, en la UIA también hay tensiones. A pedido de Triaca, la cúpula acalló los pedidos de seguir la "ví­a brasileña" que entorpecí­an el diálogo oficial con la CGT. Pero por lo bajo, son varios los dirigentes industriales que le exigen a Mauricio Macri tomar medidas más radicales.

Entre ellas, figuran los reclamos para "reducir la mochila fiscal" (leáse las cargas patronales). La reunión con el titular de la cartera laboral servirá para calmar la ansiedad del sector manufacturero, el más afectado por la dificultad para hacer frente a la competencia de los productos importados y su consecuente resultado de pérdida de empleo.

La reforma invisible está en marcha

Lo cierto es que la reunión del confederal de la CGT tendrá un tono mucho más dialoguista y menos confrontativo de lo que se insinuó en la marcha del 22 de agosto pasado, cuando Juan Carlos Schmid habí­a prometido el anuncio de medidas de fuerza.

Ahora, con una agenda de acuerdos, también se están produciendo movimientos en la interna de la organización sindical.

Cerca de 200 gremios participarán este martes de la convocatoria de la CGT, entre ellos los alineados con el MASA, el movimiento liderado por el taxista Omar Viviani y el ferroviario Sergio Sasia, que hasta ahora se mantení­a alejado de Azopardo.

La apertura de la central obrera a otros sectores incluye a las 62 organizaciones, con las que mantuvieron contactos el jueves pasado, aunque no estarán presentes este martes. A diferencia del MASA, el brazo polí­tico gremial que lideraba el fallecido Gerónimo Venegas, nunca convalidó el congreso de unificación de la CGT.

El confederal comenzará con el repaso de informes del triunvirato y continuará con la discusión de los puntos candentes, entre los que figuran el plan de lucha -que darán por suspendido hasta nuevo aviso-, los convenios colectivos, paritarias, obras sociales y la polí­tica económica.

En las últimas horas, en tanto, el Gobierno logró concretar nuevos acuerdos sectoriales. Los petroleros de Santa Cruz se comprometieron el viernes pasado en el Ministerio de Energí­a a replicar un convenio similar al de Vaca Muerta, que flexibiliza las tareas, la jornada y la dotación.

Y el sindicato lechero Atilra avanzó con las cámaras lácteas en un borrador reservado que restringe el premio por presentismo, incorpora la multitarea y habilita el trabajo por tiempo parcial. Se trata de cambios que apuntan a relanzar el sector y que tomaron impulso a partir de la crisis en Sancor.La "reforma invisible" promovida por Macri pasa por la incorporación de cláusulas de productividad a los convenios en el marco de las paritarias, en las cuales empresas y gremios ya empezaron a revisar las condiciones laborales.

Tal como lo adelantó iProfesional hace dos semanas, hay discusiones avanzadas en el sector del peaje, supermercados, aeronáuticos y la industria automotriz, mientras que Sanidad introdujo a principio de año el pago por objetivos en el convenio de atención domiciliaria.

"Hay que adaptarnos a las nuevas tecnologí­as, pero sin flexibilizar el empleo ni relegar conquistas y manteniendo la calidad de vida", aseguró Sasia.

Respecto de la discusión salarial, la cúpula planteará recuperar el poder adquisitivo perdido. Mientras los aumentos en los ingresos promediaron el 22%, las estimaciones de los institutos que trabajan con las entidades sindicales prevén una inflación superior a esa cifra para fin de año.

Por ello, varios de los gremios que incluyeron claúsulas gatillo o de revisión, exigen actualizar las remuneraciones en función de los "precios de las góndolas", en lugar del INDEC como alientan las autoridades. De cara al 2018, los aeronáuticos y los peones rurales ya elevaron pedidos del 24 y 35%, tal como informó este medio el domingo.

En las próximas semanas, por otra parte, la Justicia podrí­a fallar en la causa iniciada por los docentes de UDA en reclamo por la continuidad de las paritarias nacionales, una instancia que el Gobierno suprimió en 2017 y que desató el conflicto laboral más largo del año.

En la agenda gremial figura además el reclamo de medidas para generar puestos de trabajo, regular la importación y asistir a las Pyme. Todo el temario estará cruzado por otro debate menos visible, en torno al futuro del triunvirato.

El MASA, las 62 y Moyano buscan reemplazarlo por un unicato después de octubre, una vez que decante la interna peronista. Pero los "gordos" e "independientes" apuestan a que la trí­ada de secretarios generales cumpla con los dos años restantes de su mandato.