Tarjetas: aprueban venta de Prisma para incentivar competencia y bajar tasas
Hace un año, la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia presentó una denuncia por abuso de posición dominante por parte de Prisma Medios de Pago en el mercado de tarjetas de crédito. Ahora, los 14 bancos que controlan la compañía serán obligados a desprenderse de la compañía.
La secretaría de Comercio, a cargo de Miguel Braun, dará en las próximas horas el visto bueno a la propuesta que presentaron las propias instituciones, que plantea una venta en dos etapas: primero el 51%, con lo que perderían el control y en un plazo de dos a tres años como máximo el resto de la compañía.
A partir del visto bueno del Gobierno se pondrá en marcha, por lo tanto, una de las operaciones más relevantes del mercado financiero en los últimos años.
La transacción persigue dos objetivos principales: impedir que continúe la integración vertical del negocio de tarjetas, es decir que sean los bancos los que controlan la emisión, las comisiones a los comercios y al mismo tiempo las tasas de interés que les cobran al público y a los locales por la financiación.
El otro objetivo central es que incentivar la competencia en el mercado de "adquirencia" es decir que cada marca de tarjeta (como Visa o Mastercard) tengan múltiples emisores, al revés de lo que sucede actualmente.
El Gobierno busca fomentar mayor competencia, a través de nuevos jugadores que empezarán a emitir las principales tarjetas de débito y crédito.
El modelo es más parecido al que está vigente en Brasil, pero los bancos aseguran que no es el mejor. "Las tasas de interés en el mercado brasileño son altísimas a pesar de que hay muchos emisores de tarjetas".
Aunque es un misterio cuánto podría valer el negocio de Prisma, se estima que no bajaría de los u$s1.500 millones. Y habría importantes jugadores internacionales interesados en quedarse con el negocio. Claro que una vez que se queden con la empresa tendrán más competencia, ya que seguramente habrá nuevos interesados en ponerse a emitir Visa en la Argentina. De la misma forma, también Mastercard pasaría a ser emitida por varias instituciones y no exclusivamente por First Data como sucede actualmente.
Desde ahora los comercios pueden descontar los cupones por las compras en cuotas en cualquier banco del sistema y no obligatoriamente en Prisma.
Se supone que esta mayor competencia en la emisión de tarjetas se reflejará en una baja de costos para los usuarios, ya sea el público o los comercios. Pero además eliminará los manejos monopólicos relacionados con el manejo de todas las etapas del negocio.
También el mercado tuvo importantes novedades en los últimos meses. Por ejemplo, Worldpay, uno de los gigantes en el negocio de emisión y procesamiento de tarjetas, anunció su desembarco en la Argentina. Se supone que será un "player" relevante en el nuevo esquema con el que funcionará el mercado.
Por su parte, Visa International nombró a Gabriela Renaudo -una ex Citibank- al frente del negocio de Latinoamérica, que será ahora manejado desde oficinas instaladas en la Argentina.
En los últimos meses el Gobierno consensuó una serie de medidas para justamente incentivar el uso de las tarjetas. Una de ellas fue la reducción de los aranceles que se cobra a los comercios cada vez que se efectúa una transacción con tarjetas de débito o de crédito. Esa disminución será gradual en los próximos tres años. En forma paralela se impusieron topes a las denominadas "comisiones de intercambio", que es lo que los bancos están autorizados a cobrarles a los comercios por cada operación.
Otra de las medidas que tiene fuerte relevancia para el mercado se puso operativa en las últimas jornadas. Se trata de una desregulación en el mecanismo de venta de cupones para las ventas en cuotas. Aquellos comercios que venden a 12 cuotas sin interés en realidad sí pagan una alto costo de financiación, ya que Prisma les adelantaba la totalidad del dinero, pero aplicando tasas de entre 45% y 50% anual.
A partir de ahora, según Infobae, sin embargo, se abrieron las opciones: los comercios podrían optar por quedarse con los cupones e ir cobrando mes a mes, pero también tienen la opción de descontarlos en cualquier banco del sistema, a tasas mucho más competitivas. El ahorro puede ser muy significativo para aquellos negocios que vendan mucha cantidad de productos en cuotas, como sucede por ejemplo con los locales de electrodomésticos.