Indra: la empresa española con nombre de dios hindú que pasó a estar en el centro de la polémica electoral argentina
El 10 de agosto, apenas tres días antes de las últimas elecciones PASO, un nombre hindú quedó en el centro de la escena política.
Se trata de Indra, aunque en este caso no se refiere al rey de los dioses de la mitología hinduista y dios principal de la religión védica en la India sino a una multinacional informática de origen español, en cuyas oficinas en el barrio porteño de Puerto Madero explotó una encomienda al ser abierta por una recepcionista.
Indra es una compañía de consultoría y tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que se presenta como "el socio tecnológico de los negocios clave de sus clientes en todo el mundo".
Desde 1997, esta firma realiza el escrutinio provisional en la Argentina. En las elecciones del domingo tuvo a su cargo el recuento preliminar.
Pero a diferencia de las anteriores elecciones donde participó, la contratación no corrió por parte del Ministerio del Interior, sino del Correo Argentino, que, al ser una empresa estatal, puede convocar a concursos privados.
La compañía española se adjudicó la realización del escrutinio provisional tanto en las primarias como en las generales del 22 de octubre por un contrato de 410 millones de pesos.
Indra ganó el concurso precios al que fueron convocados también las empresas Smartmatic, MSA y Codetech, pero las últimas dos decidieron no presentarse.
La empresa española se quedó con la compulsa por haber presentado una propuesta con un precio 6% inferior que Smartmatic.
Fue la primera vez que Indra tuvo la responsabilidad del escrutinio provisorio sin ganar una licitación internacional, como sucedió en los 20 años anteriores.
Este año no se cumplió con ese requisito porque el Gobierno esperaba que esa responsabilidad recayera en la Cámara Nacional Electoral por primera vez, si se hubiera aprobado la ley de Reforma Electoral que obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados, pero fue frenada por el Frente para la Victoria en el Senado.
La Justicia electoral es hoy la responsable de realizar el escrutinio definitivo, que demora casi un mes.
El Poder Ejecutivo debió resolver la logística electoral que demandará un presupuesto total de 2.800 millones de pesos, 400 millones de los cuales serán destinados al escrutinio provisorio.
Para estas elecciones Indra contrató a 2.400 personas, que cargaron los datos de los telegramas digitalizados por el Correo Argentino, en el Centro de Cómputos; junto con otros 300 empleados que se ocuparon de todo el escrutinio provisional.
Los partidos y frentes electorales tuvieron fiscales en los centros de intercambio del Correo, en las unidades de fiscalización informática, en los centros de gestión de datos, en el centro de operación y control, en las sedes de las agrupaciones políticas y en el control postelectoral.
Indra realizó los escrutinios provisionales de las elecciones en los años 1997, 1999, 2001, 2003, 2005, 2007, 2009, 2011, 2013 y 2015, pero no interviene en el escrutinio definitivo que lleva a cabo la Justicia Electoral.
El centro de cómputos de la Cámara Nacional Electoral controla lo que sucede en los colegios habilitados donde más de 33 millones de argentinos tuvieron la posibilidad de votar en las PASO.
En general nunca hay una diferencia mayor al 1% entre el escrutinio provisorio que realiza esta empresa y el escrutinio definitivo de la Justicia electoral, que concluye dos semanas después de las elecciones.
La firma tiene amplia experiencia en escrutinios a nivel mundial: participó en más de 400 comicios en más de 40 países desde el Reino Unido, Francia, Noruega, Eslovenia, Portugal, Italia, Estados Unidos, Angola y hasta Venezuela. La empresa procesó más de 4.000 millones de votos.
Detalles ¿Cómo es el proceso en el que interviene Indra? El primer conteo lo realizaron el domingo las autoridades de mesa, bajo el control de los fiscales de cada partido.
Al finalizar el escrutinio se completaron un acta, certificados de escrutinios para las agrupaciones políticas y un telegrama con los resultados electorales de cada mesa. En total, hubo 98.087 urnas en 14.200 establecimientos electorales.
Tras esta primera etapa, que se realizó en el lugar de votación, los telegramas fueron trasladados por Correo Argentino a los 397 lugares dispuestos para el paso siguiente: el escaneo de esas comunicaciones y su transmisión al centro de cómputos de Indra en el barrio porteño de Barracas.
En ese centro, 3.400 empleados cargadores de datos ("data entry"), que fueron contratados especialmente para las jornadas electorales, esperaron los telegramas escaneados.
Trabajaron en dos turnos: entre las 18 y la medianoche del domingo, y desde la 0 del lunes en adelante.
La imagen escaneada de cada telegrama fue recibida por dos operarios diferentes, que completaron en una pantalla los números de cada categoría y partido.
Una vez completadas las dos fichas fueron enviadas a verificación por el sistema y si ambas coinciden se enviaron directamente a contabilización. En caso de inconsistencias, deben ser revisadas por un tercer operario.
Seguridad Luego del atentado, que ninguna organización o persona se adjudicó, la empresa informó que conformó "un gabinete de crisis, integrado por los responsables de relaciones institucionales, seguridad, legales y recursos humanos, y que se definió un protocolo para asegurar la integridad de las personas" que trabajarían el domingo en el centro de cómputos en el Correo Argentino.
"Las especificaciones del protocolo referidas a las áreas limitadas exclusivamente al procesamiento de datos serán aplicadas por personal contratado a tal fin por Indra", indicó.
Las medidas permitirían "un control estricto sobre el mencionado personal, a los efectos de prevenir que ingresen personas o elementos no autorizados".
Indra detalló que "el protocolo incluye la comunicación al personal propio y contratado de todas las medidas que se tomarán a fin de preservar la seguridad e integridad de las personas".
Más allá de las urnas Indra, al igual que el dios hindú, no se limita a un campo, en este caso el electoral, sino que se extiende a otros terrenos: por ejemplo, en la Argentina fue la proveedora de uno de los radares que funcionan en el aeropuerto de Ezeiza.
La sede en la Argentina, que se instaló en 1993, fue la primera filial de Indra fuera de España. Tiene un millar de empleados en el país, donde también instaló el 30% de las máquinas de los boletos de transporte público de pasajeros SUBE, el sistema de control de tráfico en Autopistas Urbanas y las máquinas de boletos para trenes urbanos, entre otras implementaciones.
Cuestionamientos En una conferencia de prensa el 8 de agosto, el jefe de la bancada de diputados nacionales del FPV, Héctor Recalde, destacó una serie de "parcialidades", que podían perjudicar la transparencia electoral.
En esa rueda de prensa, el diputado Rodolfo Tailhade señaló que eran "notorias las irregularidades en la contratación del servicio de escrutinio provisorio que brindará a los argentinos la información sobre los resultados de la elección".
Señaló que el director general ejecutivo del Correo Argentino, Jorge Irigoin, quien contrató a Indra, era un "hombre histórico" del Grupo Socma, que pertenece a la familia del presidente Mauricio Macri.
También recordó que el director general de Indra, Ricardo Viaggio, era otro "hombre histórico de Socma, lo cual para el FPV-PJ refuerza la opacidad del asunto".
Desde la empresa rechazaron en forma extraoficial esos cuestionamientos al recordar que durante el kirchnerismo fue contratada para las mismas tareas y que Viaggio apenas trabajó un par de años y hace más de una década en SOCMA.