"Trolls", "bots" y "fakes": el submundo web que emergió tras pelea Macri-Tinelli
La polémica pública entre el presidente Mauricio Macri y el empresario televisivo Marcelo Tinelli por los ataques en Twitter al conductor del ciclo Showmatch pusieron en la superficie la actividad de pseudo perfiles en la red social de microblogging y la manipulación de tendencias en este espacio que tiene en la Argentina unos 11,8 millones de usuarios.
El cruce de sospechas y acusaciones entre el jefe de Estado y el máximo responsable de la productora Ideas al Sur en torno a la supuesta campaña gubernamental en Twitter, tras las sátiras contra Macri realizadas en Showmatch, reabrió la polémica sobre la veracidad y la falsedad de los seguidores en las redes sociales.
Un escándalo, un concepto o un producto son algunos de los ejemplos que se pueden instalar o promocionar en Twitter a través de la contratación de cuentas falsas (“fakes”, en inglés), configuradas, con fotografía, biografía y tuits publicados, las cuales se manejan desde sistemas especiales para “retuitear” contenidos o difundir un “hashtag”, como “#TinelliMercenarioK”, para crear tendencias.
Macri tiene, por ejemplo, más porcentaje de seguidores falsos que las personas comunes, pero menos que la ex mandataria Cristina Fernández de Kirchner y mucho menos que su colega estadounidense Barack Obama, según un análisis realizado con una herramienta gratuita disponible en Internet.
En línea con el perfil de otros presidentes, la cantidad de seguidores reales de Macri (@mauriciomacri) en Twitter es baja respecto del total, ya que -según esa herramienta- es real tan sólo el 59% (1.724.906 usuarios) de sus 3,16 millones de “followers”.
Si bien la cantidad de seguidores falsos resulta elevada, parece ser una constante entre presidentes y ex presidentes con muchos seguidores.
Fernández de Kirchner (@CFKArgentina), con 4,57 millones de seguidores, tiene 1.957.727 falsos, con lo que sólo el 56% es real.
El porcentaje desciende aún más en presidentes de otras latitudes: de los 75,2 millones de seguidores del estadounidense Barack Obama (@BarackObama), sólo es real el 37%.
Este porcentaje se compara con el de la suspendida brasileña Dilma Rousseff (@dilmabr), con 4,76 millones de seguidores.
En tanto, el español Mariano Rajoy (@marianorajoy) sólo tiene un 42% de seguidores reales, apenas por arriba del colombiano Juan Manuel Santos (44%).
Estos números surgen del empleo de la herramienta Twitter Audit, que realiza “auditorías” en muestras de 5.000 seguidores -por usuario- y los califica entre verdaderos y falsos en función de un cálculo que contempla distintas variables.
“Usamos estos resultados para determinar cuándo un usuario es real o falso. Por supuesto, este método no es perfecto pero es una buena forma de saber si un usuario con muchos seguidores ha logrado aumentar de forma inorgánica, fraudulenta o deshonesta”, indica la consultora en la descripción de sus servicios.
En la noche del lunes, el hashtag #HoyApagonATinelli llegó a estar entre los más vistos en la red social de microblogging.
Fue un día después de que Macri había afirmado en una entrevista con un matutiño porteño que Tinelli "decidió satirizarme y recibió 150.000 tuits de crítica. Investigamos el tema. No hubo ‘trolls’ ni el Gobierno tuvo nada que ver. Sí hubo 30.000 tuiteros que lo criticaron. ¿Cómo no va a haber 30.000 tuiteros que simpatizan con el Gobierno si este gobierno es producto en gran medida de las redes sociales?”.
Las acusaciones de Tinelli tienen un antecedente de hace casi un año con el rival de Macri en las últimas elecciones: Daniel Scioli.
En agosto del año pasado, el ex gobernador bonaerense calentó la campaña al acusar Macri y a “su troupe” de montar “una campaña sucia y negativa” para sacar rédito político de las inundaciones, a través de usuarios falsos de Twitter.
“Las acciones que llevan adelante sus tuiteros a través de las redes sociales con una campaña sucia y negativa en todo momento. Es una hipocresía total, esto hay que decirlo con todas las letras”, acusó Scioli, quien unas semanas después cerró su campaña electoral con vistas a la primera vuelta en… el programa de Tinelli.
¿Qué se debe hacer en las redes frente a un troll? El lema de muchos usuarios de la web es no alimentarlos y, por lo tanto no contestarles, para que no puedan seguir “ensuciando” una conversación.
Pero cuando apareció en Twitter el hashtag #TinelliMercenarioK por sus críticas a Macri, el conductor no se quedó callado.
“Hacen campañas desde cuentas truchas“, aseguró el empresario televisivo en la red social de los 140 caracteres.
A pesar de que el Presidente negó que el Gobierno haya tenido algo que ver en esa cruzada, un informe realizado por una consultora digital confirmó las sospechas de Tinelli.
Según un documento publicado por Perfil, el ataque al presentador no fue espontáneo sino que estuvo organizado.
Esta agencia especializada en redes sociales analizó el comportamiento del hashtag #TinelliMercenarioK y no encontró patrones naturales que expliquen su evolución.
El informe detalla que los usuarios que criticaron a Tinelli publicaron contenidos hora por medio, de forma mecánica, y repitieron el patrón durante las 24 horas del día.
“Se extrajeron hasta 200 tweets de cada cuenta y, al analizar el promedio de fecha y hora de cada publicación, se identificó que hay una frecuencia mecánica en su comportamiento”, señala el documento.
Según la consultora, la supuesta campaña estuvo planeada con sistemas de soporte que permiten publicar las 24 horas.
“Esto explicaría el comportamiento mecánico que los sistemas le asignan a sus procesos. Exactamente este mismo patrón se vio en grupos de trolls PRO que atacaban a Sergio Massa”, explicaron los analistas.
El informe remarcó que se publicaron contenidos desde múltiples cuentas que repetían los mismos mensajes una y otra vez.
Según detallaron esto es porque, como no existe ningún algoritmo que permita imitar la opinión humana, la única opción es generar una cantidad determinada de contenidos y repetirlos en todas las cuentas.
“Esto es muy habitual para generar una sensación de 'masividad' cuando en realidad son pocos contenidos, desde muchas cuentas”, aseguraron.
También destacaron que los usuarios investigados siguen en sus redes sociales principalmente a referentes del PRO como el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y al propio Macri.
Además las cuentas “trolls” de esta acción contra Tinelli se activaron en simultáneo.
“Las cuentas sólo interactuaron para operar este tema, luego volvieron a una posición pasiva. Generaron un gran pico de actividad exclusiva sobre el hashtag, luego bajaron absolutamente la intensidad”, dice el documento.
Según la agencia, los contenidos ofensivos fueron borrados de forma sistemática de las cuentas, 24 horas después de ser enviados.
Al monitorear la cantidad de tuits de estas cuentas minuto a minuto, según el informe, publican y eliminan constantemente.
La conclusión de la consultora fue que “hubo un ataque sistemático contra Marcelo Tinelli, proveniente de un grupo de tareas del PRO, que intervino específicamente para operar el tema y luego bajó el perfil”.
Además, puntualizaron que menos del 2% de quienes hablaron negativamente del tema fueron –se supone– personas reales.
Y remarcaron que, a partir de las denuncias y comentarios, las cuentas fueron borradas para eliminar las pruebas e incluso más del 70% de la información obtenida ya no está disponible en la red.
Compra y venta“La compra de cuentas fake -que se puede elegir por segmentación- junto con la promoción de una idea o un producto, por ejemplo, es parte de un servicio que se puede contratar y que está creciendo cada vez más”, explicó a la agencia Télam un especialista en este negocio de iniciales J.A. que prefirió reservar su identidad.
“Todo este paquete se vende como un servicio y su costo parte de los 100 dólares en adelante, aproximadamente”, detalló, aunque aclaró que “no hay un tarifario establecido”.
Este fenómeno, que muchas veces es utilizado con fines maliciosos, se engloba en el “Growth Hacking”, un término que se utiliza en programación, marketing y redes sociales para, por ejemplo, hacer crecer la audiencia de un sitio.
“A mí me consultan desde políticos hasta empresas, desde programas de televisión hasta agencias internacionales de medios. Es un servicio de ’viralización asesina’”, calificó J.A., y aclaró además que este tipo de mecanismos también puede usarse para “fines solidarios”.
El especialista enumeró algunos trucos que se suelen usar, como la programación de un tuit por día para que las cuentas fake no sean distinguidas como abandonadas o “dormidas” por las herramientas de auditoría.
También contó que algunos de los paquetes de cuentas falsas publican tuits que son únicos, o sea que no se repiten entre perfiles para que no se distinga que provienen de un mismo lugar.
Además no se puede hacer todo desde una misma dirección bajo protocolos de Internet (IP, sigla en inglés).
“Todavía algunos piensan que la cuenta fake es la que tiene la foto del huevito, pero esto ya no es más así”, aseguró.
Sostuvo que las cuentas “truchas” que se pueden comprar ya tienen foto de perfil, una biografía personalizada y algunas publicaciones ya realizadas.
Existen plataformas en línea que venden seguidores con precios que rondan los casi dos dólares por 1.000 cuentas.
Pero “existe otra forma de conseguir seguidores, y es a través de algunas aplicaciones” que se venden como atractivas, advirtió el especialista.
“Hay algunos jueguitos en Twitter, como por ejemplo uno que te desafía a hacer un test de inteligencia, entonces cuando el usuario cliquea y autoriza a la aplicación, su cuenta de Twitter queda como 'cautiva”, indicó.
Una vez que se consigue una determinada cantidad de cuentas cautivas, a través de una herramienta que permite contabilizarlas, se puede publicar un tuit en nombre de esa cuenta que es real, y luego borrarlo.
Así, una cuenta real publica un tuit que está unos minutos en la línea de tiempo y puede generar interacción, hasta que los administradores de la cuenta cautiva lo borran y el usuario nunca se da cuenta de lo que pasó, explicó la fuente.
RobotsUna variante de la “fauna tuitera” es el bot, un usuario que no piensa en el contenido que comparte, que no genera contenido original y cuyo comportamiento puede ser normal en ocasiones.
La palabra “bot” tiene un contexto negativo, pero no tiene por qué ser malo.
Existen “bots” que informan sobre el tráfico, el tiempo o los precios del combustible, y que generan una información muy útil.
Algunos usuarios publican en forma automática contenido de ciertos medios. Esto puede hacerse para posicionar las noticias en la red social y que aparezcan primero en la búsqueda de los usuarios, lo que repercute en mayor tráfico en la web y, por tanto, más ingresos.
Otros utilizan “bots” con fines u objetivos: desde hacer que su artista favorito participe en un concurso a generar mala imagen sobre un partido político o compañía, como habría ocurrido con Tinelli.
Existe en estos casos una diferencia entre “bots” y “trolls”, dado que si se planifica un comportamiento para atacar a una entidad en un determinado momento, este comportamiento puede ser automatizado o pueden ser usuarios reales, pero definitivamente no es un comportamiento espontáneo.
Otra parte de la comunidad “tuitera” se aprovecha de la automatización para aumentar la eficiencia en la distribución del contenido.
Algunos “bots”, para evitar ser identificados por Twitter, tienen nombres y apellidos generados automáticamente y descripciones estándar que usan refranes.
Además, se siguen entre ellos e incluso dejan de publicar cada cierto tiempo y generan nuevas cuentas.
SondeoUnas horas antes del encuentro entre Macri y Tinelli el miércoles en la quinta de Olivos, se conoció un sondeo que revela que el 59% de los argentinos considera que el ataque al conductor en Twitter fue orquestado por trolls que responden a Cambiemos.
El 64% estaba informado del ciberataque y un porcentaje similar considera que la imitación de Macri en ShowMatch "no es un agravio a la autoridad presidencial".
El trabajo la consultora de Analogías, difundido por un matutino, relevó el nivel de conocimiento sobre el sketch de "Gran Cuñado", las opiniones sobre la calidad y el tono de la imitación, y la polémica por la denuncia que realizó el conductor sobre un eventual ataque "automatizado" en su contra en las redes sociales, por parte del call center de Cambiemos.
En torno a la denuncia de Tinelli sobre el ciberataque, un 64% se mostró informado sobre ella, y un 59% de los encuestados manifestó no creerle al Presidente cuando afirmó que no se trataba de una operación orquestada desde el call center de la comunicación gubernamental.
Con respecto a la imitación de Macri, que se realiza en el sketch de "Gran Cuñado", un 52% manifestó haberla visto; entre ese público las valoraciones, desde el punto de vista de la calidad artística, son favorables: un 72% piensa que se trata de una "Muy buena o Buena" imitación.
El 61% no cree que se trate de un agravio a la autoridad presidencial, y el 68% cree que está hecha con buen humor.
En contraste, el 61% opinó que el jefe de Estado “no se lo tomó con sentido del humor”.