Puerto Madero tendrá su séptimo hotel cinco estrellas

El Grupo Chateau –de la familia Groskopf– planea levantar, en un terreno sobre el boulevard Azucena Villaflor, un hotel de lujo para competir en ese barrio
NEGOCIOS - 19 de Junio, 2007

Puerto Madero poco a poco va adoptando la fisonomí­a de un polo hotelero de lujo. A los tres establecimientos cinco estrellas que ya operan en la zona (Hilton, Faena y Madero by Sofitel) y los tres que están previstos para el futuro (uno donde hoy funciona la disco Opera Bay, que serí­a de la marca St.Regis de Starwood, y otros dos en el Dique 1, en terrenos en manos de los mexicanos Mayan Resort y la local G&D), próximamente se le podrí­a sumar otro.

El Grupo Chateau –de la familia Groskopf– tiene en carpeta un plan para levantar en un terreno sobre el boulevard Azucena Villaflor un hotel cinco estrellas, con lo que se sumarí­a a la competencia.

El emprendimiento estarí­a pegado a Chateau Puerto Madero, el complejo de 48 pisos de viviendas de lujo que la misma desarrolladora construye en Julieta Lantieri al 500, donde invertirá unos u$s 50 millones.

Además, el complejo serí­a vecino de las torres Mullieris (de Creaurban y Starnova) y El Faro (de Kineret, de la familia Perelmuter).

Según publica un matutino porteño, esta iniciativa, incluso, ya fue sondeada en el último Salón Inmobiliario de Madrid, que finalizó pocos dí­as atrás.

Además de los hoteles tradicionales, en el barrio más nuevo de la ciudad también están por florecer los condo-hotel, mezcla de viviendas con las comodidades de un cinco estrellas.

Versiones

Si bien el plan hotelero es uno de los que más tienta a los Groskopf, los operadores del mercado no descartan que el lugar sea ocupado por un edificio de oficinas.

Esta variante, de acuerdo a la misma fuente, también comenzó a circular durante los últimos años por las oficinas del Grupo Chateau.

En caso de que finalmente se imponga este proyecto, Grupo Chateau no harí­a más que responder a la tendencia que hoy manda en el mercado.Muchos de los desarrolladores que tení­an en mente levantar edificios de viviendas de lujo –tal era la moda que imperó en 2006–, finalmente se inclinaron por construir oficinas.

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