Este megaproyecto de Vaca Muerta pasó el filtro del RIGI y ya es oficial
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El gobierno de Javier Milei avanza en la implementación del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) como parte de su estrategia para potenciar el sector energético. En este contexto, se aprobó un nuevo proyecto vinculado a la infraestructura petrolera en Vaca Muerta, que busca ampliar la capacidad de producción para abastecimiento interno y exportación.
El proyecto, denominado Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), contempla la construcción de un oleoducto de 430 kilómetros entre Neuquén y Río Negro. La aprobación para acceder a los beneficios de promoción se formalizó a través de la Resolución 302/2025, publicada en el Boletín Oficial. La medida fue confirmada por el Ministerio de Economía, que estableció que el proyecto califica como "exportación estratégica de largo plazo" dentro del sector de petróleo y gas.
El consorcio que lleva adelante esta iniciativa está encabezado por YPF y cuenta con la participación de Pan American Energy (PAE), Vista, Pluspetrol, Pampa Energía, Chevron y Shell. La resolución reconoce a VMOS S.A. como titular del Vehículo de Proyecto Único (VPU), el cual tendrá una capacidad base de 377.400 barriles diarios.
Según el decreto 749/24, que regula el RIGI, las empresas adheridas deben invertir al menos el 20% del monto comprometido en activos computables dentro de los dos primeros años tras la aprobación. En el caso de VMOS S.A., el vencimiento para acreditar la inversión mínima se fijó para el 31 de diciembre de 2028. Se estima que el desembolso total será de u$s2.900 millones.
Los objetivos del megaproyecto
El desarrollo del oleoducto busca incrementar la producción de shale oil y mejorar la capacidad de evacuación de crudo. En términos de comercio exterior, se proyectan exportaciones anuales superiores a los US$15.000 millones.
Para financiar la construcción, VMOS tramitó un préstamo sindicado inicial de u$s1.700 millones con cinco bancos internacionales. El resto del financiamiento provendrá del capital aportado por las empresas del consorcio. La aprobación para acceder a los beneficios del RIGI fue un paso clave en este proceso.
Las obras comenzaron en enero de 2025, según información proporcionada por YPF a sus accionistas. Actualmente, los trabajos incluyen la movilización de contratistas, el movimiento de tierras y la entrega de tuberías. La finalización del oleoducto está prevista para el segundo semestre de 2027, con una capacidad inicial de transporte de hasta 550.000 barriles de petróleo diarios. En caso de necesidad, la infraestructura podrá ampliarse hasta 700.000 barriles diarios.
Este proyecto representa una de las inversiones más significativas en infraestructura energética del país. Para YPF, la concreción de la obra reforzaría su posición en el mercado regional de shale oil. Las proyecciones indican que, a partir de 2027, las exportaciones podrían superar los US$20.000 millones anuales, dependiendo de la cotización internacional del crudo.