Por qué la contratación de megabaterías no alcanzará para resolver el déficit estructural eléctrico y los cortes en el AMBA
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El llamado a licitación que lanzó la administración de Javier Milei para contratar "centros de almacenamiento de energía eléctrica" dejó gusto a poco entre los analistas y técnicos del sector que advirtieron que los cortes y el déficit de abastecimiento en la región del AMBA solo se van a resolver cuando se hagan las inversiones de fondo que están pendientes desde hace varios años para ampliar las líneas de transmisión y sumar nuevas centrales de generación.
Enmarcada en el "Plan de Contingencia" definido en octubre pasado, la Secretaría de Energía comandada por la macrista María Tettamanti puso en marcha una inédita iniciativa destinada a instalar "megabaterías" para stockear hasta 500 MW que serán utilizados para reforzar la oferta de energía eléctrica en los períodos de mayor demanda donde resulte insuficiente el parque de generación.
Por medio de la resolución 67/25, Energía le dio vía libre a la Cammesa para que lleve adelante "el procedimiento de Convocatoria Abierta Nacional e Internacional AlmaGBA, con el fin de celebrar contratos de almacenamiento de energía eléctrica con las distribuidoras Edenor y Edesur para mejorar la confiabilidad y las condiciones de abastecimiento del AMBA".
De acuerdo con los lineamientos fijados, el plazo de instalación de las "megabaterías eléctricas" oscilará entre 12 y 18 meses y el recupero de las inversiones -estimadas en torno de u$s500 millones- será con un adicional en la compra de energía que abonarán Edenor y Edesur y que luego trasladarán a los usuarios con un recargo tarifario. Para reforzar el interés de los posibles oferentes, el pliego establece que, si las distribuidoras dejan de abonar la parte que les corresponde, el Estado -a través de la Cammesa- actuará como "garante de pago de última instancia".
Consumo eléctrico: para qué servirán las baterías
Desde el Gobierno justificaron la movida con el argumento de que "los nuevos sistemas de almacenamiento de energía Battery Energy Storage System (BESS) servirán para cubrir requerimientos de capacidad de corta duración y aportar servicios de reserva de rápida respuesta. Además, las baterías permitirán el control de tensión y la administración de potencia reactiva, evitando así inconvenientes en instalaciones preexistentes donde los equipos están al límite de su potencia de cortocircuito de diseño".
Para el exsecretario de Energía y titular del Instituto Mosconi, Jorge Lapeña, "se trata de una medida de emergencia que no forma parte de un plan energético y eléctrico. No resuelve el principal problema que registra el abastecimiento del AMBA que no aguanta sin cortes temperaturas superiores a los 33 grados durante varios días".
Destacó que "quedan por aclarar varias dudas debido a la ausencia de información sobre los costos e impacto sobre las tarifas, lo cual hace pensar en cierta improvisación".
Lapeña advirtió que "las inversiones que espera el Gobierno no se saben de donde pueden venir frente a los vaivenes oficiales y la falta de claridad y desorden que se registra en materia energética. Si bien esa situación era tolerable en el primer mes de gestión, ahora que ya pasó más de un año resulta preocupante".
Agregó que para resolver los problemas de abastecimiento en el AMBA "se necesita una solución sistémica que permita incorporar 2.500 MW de nueva generación y ampliar las redes de transporte".
Según el exsecretario de Energía, "el almacenamiento de energía se asemeja a un parche que se enmarca en la indefinición del Gobierno acerca de si vamos camino a acoplarnos a la transición energética o si Milei va a seguir a Trump con su postura negacionista del cambio climático.
En tanto, para Marcos Rebasa -exdirector del ENRE y fundador del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz (IESO)- "que se haya llamado a una licitación para complejos de almacenamiento de energía eléctrica indica que el abastecimiento en el AMBA se encuentra en el horno y a tiro de cortes ante varios días de calor".
"Desde el Gobierno defienden la medida diciendo que no hay generación suficiente. Pero el verdadero problema que enfrenta el suministro eléctrico en la región metropolitana es la saturación y falta de inversiones en las líneas de transmisión", remarcó Rebasa.
Añadió que "si se hicieran las obras de transporte eléctrico del demorado proyecto AMBA I no serían necesarias las baterías de almacenamiento que ahora se quieren instalar a un costo desconocido que terminará impactando en las boletas de los usuarios".
Baterías insuficientes: el problema del déficit eléctrico
De acuerdo con su visión "las baterías pueden llegar a ser necesarias en un mediano plazo si el país avanza con un proceso generalizado de electrificación. De todas maneras, aún con las baterías en funcionamiento y con las líneas de transporte que faltan, el problema clave del sector eléctrico en el AMBA seguirá estando en el sector de distribución. Por más que las baterías ayuden a morigerar el alcance de los apagones en los picos de demanda, no van a resolver la falta de obras e inversiones que arrastran Edenor y Edesur desde hace varios años".
Por último, Rebasa apuntó que "una pregunta que deberían responder los funcionarios de Energía es por qué buscan almacenar energía si el país cuenta con gas de sobra para ampliar el parque de generación todo lo que sea necesario".
Por su parte, Alejandro Einstoss -investigador de la UBA y economista jefe del IAE Mosconi- consideró que la iniciativa oficial "puede convertirse en una buena medida que apunte a quitar incertidumbre al abastecimiento eléctrico del AMBA con la incorporación de nuevas tecnologías de acumulación de energía".
No obstante, alertó que "más allá de las dudas que hay por su financiamiento y costos, la iniciativa no deja de ser paliativa y complementaria que no va a solucionar el problema estructural que tenemos con las líneas de transporte y los riesgos constantes de desabastecimiento".
Einstoss señaló que "la crítica situación de la región metropolitana necesita las baterías más las redes de transporte que están proyectadas desde hace varios años. Las baterías ayudarán a cubrir la demanda pico que no alcanza a atender la generación actual, mientras que las líneas de transmisión servirán para superar el cuello de botella que enfrenta el suministro eléctrico en el AMBA".
Para el economista y consultor energético, "uno de los problemas determinantes que debe resolver el Gobierno es por qué no hay inversiones en el sector de generación. El sector sigue intervenido con resoluciones y parches desde la crisis de 2001. Por cuestiones dogmáticas, la actual gestión no cree en la alternativa de los contratos tipo PPA que se usaron en las últimas administraciones para sumar nuevas centrales. Pero tampoco avanza con el restablecimiento de las reglas del mercado eléctrico de los 90, mientras las empresas e inversores siguen requiriendo señales de confianza, plazos concretos y tarifas acordes a los costos operativos".