INDUSTRIA NACIONAL

Esta marca cordobesa de lavarropas arrancó en un garage y hoy fabrica más de 100.000 unidades al año

Con 70 años de historia, la fábrica de electrodomésticos Codini hoy opera en una planta de 20.000 metros cuadrados en la ciudad de San Francisco
NEGOCIOS - 12 de Enero, 2025

En un pequeño galpón de San Francisco (Córdoba), José Francisco Codini encendía la chispa de lo que sería una de las principales marcas de industria nacional en su segmento. Era 1947 y, con las manos manchadas de grasa y el espíritu emprendedor que heredó de sus padres inmigrantes italianos, José construyó su primer lavarropas en el patio de su casa. Sin ser técnico ni ingeniero, pero con una intuición extraordinaria, detectó que las familias rurales carecían de soluciones para el lavado de ropa. Esa primera máquina artesanal no solo resolvió una necesidad, sino que también fundó el ADN de Codini, una empresa que hoy factura alrededor de $20.000 millones anuales y emplea a 220 personas.

"Mi abuelo era un apasionado y creativo buscavidas", recuerda Javier Codini, presidente de la empresa y miembro de la tercera generación. "No sabría decir cuántos lavarropas hacía en esa época, pero eran pocos y muy distintos entre sí. Todo era artesanal, martillo y yunque". Con pocos recursos, pero mucho ingenio, José Codini logró ganarse la confianza de sus primeros clientes, un factor clave para que la empresa creciera a paso firme. A lo largo de la década del '50, las primeras máquinas fabricadas por Codini comenzaron a aparecer en los hogares vecinos.

Esa semilla germinó con la llegada de la segunda generación, liderada por Héctor Codini, quien profesionalizó la producción y diversificó el catálogo con calefones, secarropas y ventiladores. Bajo su liderazgo, la empresa inició una etapa de expansión que la llevó a ser conocida en todo el país. "Mi padre tenía una visión moderna y pensaba en una escala de producción mucho mayor. Mientras otros se quedaban en la artesanalidad, él pensaba en cómo crecer", relata Javier. En esta etapa, Codini pasó de ser un pequeño emprendimiento familiar a una industria consolidada, capaz de abastecer las demandas del mercado nacional.

Para 1986, Codini ya había ganado como cliente a los hipermercados, las principales cadenas comerciales del país y las tiendas de artículos para el hogar. Este crecimiento se consolidó en los años 90, incluso enfrentando la apertura de las importaciones, una situación que complicó a muchas empresas nacionales. La marca apostó a la calidad como diferencial y se posicionó como una opción confiable y accesible frente a la llegada de productos extranjeros. "Siempre supimos que nuestro principal valor era la confianza de nuestros clientes. Por eso, nunca sacrificamos calidad por costos más bajos", asegura Javier. Así, en 1995, los productos Codini atravesaron la frontera para comenzar a competir internacionalmente, llegando a otros países de Latinoamérica como Brasil, México, Paraguay y Uruguay

Sin embargo, no todo fue sencillo. La crisis de 2001 golpeó fuerte, aunque Codini logró mantenerse. Mientras muchas empresas cerraban o se trasformaban en importadores, la fábrica cordobesa se mantuvo fiel a su rol en la industria nacional. Esa resiliencia y capacidad de adaptación se reflejan hoy en una empresa que factura alrededor de $20.000 millones, emplea a 220 personas entre su fábrica, administración y centro logístico, recientemente inaugurado en Buenos Aires. "La crisis nos enseñó a ser más eficientes y a no depender exclusivamente de un único modelo de negocio", reflexiona Javier.  Actualmente, en el segmento de lavado, Codini ocupa el 12% del mercado

Del garage a producir 120.000 lavarropas al año

La tercera generación de Codini —compuesta por Javier, Pablo, Rafael y Patricia— tomó las riendas de la empresa con un claro objetivo: profesionalizar aún más la gestión y expandir las fronteras del negocio. Con una planta de 20.000 metros cuadrados en San Francisco, hoy producen entre 100.000 y 120.000 lavarropas semiautomáticos y secarropas al año, además de entre 12.000 y 20.000 lavarropas automáticos, con planes de superar esta cifra en 2025.

"Queremos ser una de las tres industrias de electrodomésticos especializadas en lavado más representativas del mercado local", afirma Javier. Para lograrlo, la empresa está apostando por la innovación tecnológica con productos como el lavasecarropas y lavarropas con tecnología Steam, que utiliza vapor para eliminar manchas y alérgenos. Este desarrollo no solo responde a las necesidades actuales de los consumidores, sino que también posiciona a Codini en un segmento de alto valor agregado. Además, en marzo lanzarán una pava eléctrica que les permitirá ingresar al segmento de productos más masivos, consolidando su presencia en los hogares argentinos.

El compromiso con la industria nacional no solo se refleja en su producción local, sino también en su estrategia de exportación. Actualmente, Codini envía sus productos a Bolivia y abrió una oficina en Uruguay como parte de su plan de recuperación de mercados internacionales. "Nuestra meta es exportar el 5% de nuestra producción en 2025", adelanta el presidente de la empresa. La estrategia internacional incluye, además, negociaciones con distribuidores en Chile y Paraguay, mercados que la empresa considera claves para su expansión.

Aunque el core del negocio sigue siendo el segmento de lavado, Codini no descuida otros productos como calefones, termotanques, ventiladores y hornos eléctricos. Este año también lanzará modelos de mayor capacidad y eficiencia para diversificar su oferta. 

Codini también  supo adaptarse a los cambios en el mercado. A su modelo tradicional B2B, en el que los productos llegan a través de hipermercados y retailers, se sumó una fuerte apuesta por el comercio electrónico, con marketplaces y su propia tienda online. Sin embargo, Codini descarta por ahora abrir locales propios. "No veo otra manera de abarcar todo el país sin el apoyo de nuestros socios comerciales", señala.

Detrás de estas decisiones hay una visión clara los hermanos Codini: profesionalizar y optimizar cada proceso, pero sin perder el espíritu emprendedor de su abuelo y profundizar la visión empresarial de su padre hasta lograr estar entre los tres fabricantes más grandes del mercado con sus lavarropas aptos para todo tipo de consumidor y tamaño de bolsillo. "Nosotros siempre nos preparamos para estar a la altura de los mejores, entendiendo cuáles son nuestras fortalezas y donde debemos seguir mejorando", concluye. 

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